La gerencia k mostró un total desprecio por las mujeres del Sarmiento. Hablan de “inclusión y democratización del trabajo” pero se negaron a recibir a las interesadas que llevaban sus solicitudes. Solo permitieron que ingresara el abogado de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria acompañado por una trabajadora. Cumplido el objetivo de conseguir la firma de las solicitudes exigiendo respuesta en 72 horas, en la puerta misma de Sofse resolvimos dar continuidad a la pelea. Movilizándonos el próximo 7 de agosto a la misma cueva machista de la Fraternidad, para llevar el reclamo del cupo femenino en la especialidad a Maturano, secretario general de los fraternales. ¡Si se puede en los subtes se puede en los trenes! ¡Mujeres a la conducción!