En este marco el Frente de Izquierda quedó consolidado como cuarta fuerza y la primera de la izquierda, con un piso del 4,3 % detrás del kirchnerismo que obtuvo el 9,9 por ciento. Logramos sostener la votación de las PASO de 2015 con Liliana Olivero, dirigente de Izquierda Socialista, peleando por la banca que le robaron en 2013 con fraude.
Nuestra campaña fue intensa y con un gran esfuerzo militante, a pesar de la apatía y el “descreimiento en los políticos”, que la recorrieron casi hasta el final y que se reflejó en el 3 % de votos anulados y el 2% en blanco. Tuvimos un claro eje de enfrentamiento a los ajustes del gobierno nacional y de la provincia, que actúa como su cómplice principal desde la liga de gobernadores peronistas. Liliana Olivero realizó viajes a las principales ciudades del interior y en capital fue convocada a numerosos medios, desde donde no solo explicó nuestras salidas de fondo, sino que desafió a los principales candidatos a un debate público.
Centenares de fiscales cuidaron nuestros votos y se sumaron a la pelea por dar a conocer nuestras propuestas. Ahora seguiremos dando la pelea hacia octubre disputando el sector de los que votaron a Macri por temor a Cristina, y los que lo hicieron a variantes que no pasaron las PASO, para que se inclinen por el FIT. También pelear el voto de aquellos compañeros que, confundidos, fueron al frente divisionista formado por el Nuevo MAS y el MST (que en su momento fue parte del juecismo, hoy embajador de Macri en Ecuador, participación que aún reivindica). Así se hará más fuerte al Frente de Izquierda en la provincia en el camino de construir una alternativa política para la clase trabajadora frente a los partidos patronales.