Tengamos en cuenta que en este caso no estamos hablando de los cientos de miles de presos sin condena por delitos menores y que sufren la cárcel durante años. Mucho menos estamos hablando de luchadores sociales o “del campo popular”, como nos quiere hacer creer el kirchnerismo, perseguidos por enfrentar a los poderosos.
Se trata de funcionarios y empresarios que usaron su poder durante años para robar millones de dólares del Estado y del pueblo. Son estafadores y ladrones que utilizaron durante años su control del aparato del Estado y de los jueces para robar millonadas. Hablar de derechos, debido proceso y “persecución”, en el caso de De Vido, que seguía usando su cargo como presidente de la Comisión de Obras Públicas de la Cámara de Diputados, para continuar con los “negocios”, es un despropósito.
Es cierto que los ex funcionarios kirchneristas van presos mientras los jueces se hacen los distraídos con la corrupción macrista. Pero de lo que se trata no es de defender a los kirchneristas -que bien presos están- sino de exigir que se enjuicie y se castigue a todos los empresarios y funcionarios coimeros, sean del signo político que fueran.
Y en ese camino seguir denunciando a la podrida Justicia capitalista que, aunque hoy castigue a unos cuantos funcionarios corruptos, con su “debido proceso” sirve fundamentalmente para defender los intereses de los patrones contra los trabajadores y el pueblo.