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Macri - Dujovne - FMI: Mas ajuste al servicio del pago de la deuda

Escribe José Castillo

Después de un fin de semana lleno de rumores y reuniones, donde se llegó a hablar hasta de la renuncia del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, finalmente en la mañana del lunes se conocieron las nuevas medidas tras dos sendas conferencias de prensa, la primera del presidente Macri y la segunda del propio Dujovne.
Detrás de las palabras hipócritas de Macri, diciendo cínicamente que le “hubiera gustado dar aumentos a los docentes universitarios o más presupuesto para Ciencia y Técnica” pero que “no era posible”, y de las explicaciones “técnicas” de Dujovne, lo que hay, blanco sobre negro, es una profundización del ajuste para seguir pagando la deuda externa.


Tras los anuncios, Dujovne viajó a Washington a “rogarle” al FMI que les adelante las cuotas del préstamo acordado en junio que estaban programadas para 2020 y 2021. A cambio de eso, se le garantizará al Fondo un mayor ajuste que el ya astronómico que se había firmado entre Macri y Lagarde. Recordemos: la Argentina se comprometía a llegar a 2019 con un déficit fiscal del 1,3%, lo que significaba un super-recorte de 400.000 millones de pesos. Ahora será peor aún, ya que el gobierno le promete al FMI “déficit cero” en 2019 y superávit de 1% en 2020, por lo que el ajuste deberá crecer a más de 550.000 millones de pesos.
Las nuevas medidas para alcanzar este objetivo van claramente contra el pueblo trabajador: 11 ministerios pasarán a ser secretarías. Como ya se empezó a denunciar en decenas de asambleas de trabajadores, esto pone en riesgo los puestos de trabajo de centenares de miles de estatales, además de que áreas como salud, ciencia y técnica o derechos humanos, dejarán de ser consideradas estratégicas y montones de programas y reparticiones en todo el país serán cerradas. También se anunció una reducción aun mayor a la obra pública, con su secuela de desocupación para la industria de la construcción, además de los caminos, puentes, casas, escuelas u hospitales que quedarán sin construirse o repararse. A esto hay que agregarle el anuncio de una baja mayor en el dinero presupuestado para remuneraciones y gastos operativos del Estado, con su consecuencia de salarios congelados. Por último, se profundizarán los tarifazos, ahora sumándole la medida de que los subsidios al transporte y la tarifa social eléctrica serán transferidos a las provincias, que deberán optar por aumentar los boletos o ajustar en otras áreas.
El ministro también anunció retenciones a las exportaciones. Claro que con una “trampa”, con el clarísimo objetivo de no perjudicar a las grandes empresas exportadoras. Normalmente este impuesto (como cualquier otro) se fija en un porcentaje. Así, por ejemplo se debería haber planteado que se pagaría el 10% sobre el monto total exportado de cualquier producto. Pero esta vez no es así: las exportaciones de productos primarios (como el trigo o el maíz) pagarán 4 pesos por cada dólar exportado. Y el resto 3 pesos por dólar. Esto es una vulgar trampa: hoy 4 pesos, con el dólar a 40, significa el 10%. Pero si el dólar sigue subiendo, 4 pesos cada vez representarán menos. Así, con un dólar a 50 será sólo el 8%, con un dólar a 80 el 5%, y así sucesivamente se irá licuando. O sea: cuando más se devalúe la moneda, y por ende más ganen los exportadores, este impuesto les representará menos en sus ganancias. A los monopolios exportadores de soja, directamente se los favorece: actualmente pagan retenciones por el 25,5%, y ahora, a partir de los anuncios, ¡se les reduce a 18%! Sumándole a ello los famosos 4 pesos, con la excusa que dará “más o menos lo mismo”. Cosa que sin duda será falsa si el dólar sigue subiendo, y los exportadores de soja terminarán pagando el 18% más lo que ya será una “monedita” de 4 pesos. O sea que las famosas “retenciones”, que por otra parte más de una multinacional como Dreyfuss, Nidera o Cargill se la terminará obligando a pagar al pequeño productor, no significan que “pagarán los que más tienen”, como cínicamente anunció Macri. Finalmente el ministro Dujovne tuvo que reconocer que todas estas medidas lo único que generará será más recesión, pronosticando para este año una caída de la economía de al menos el 1%, mientras se filtró un borrador donde el propio Ministerio calcula que la caída será de 2,5% y la inflación llegará a 42%. En síntesis: salarios y jubilaciones se pulverizarán y habrá más pobreza y desocupación. Todo al servicio del FMI y los pagos de deuda.