Se puede objetar que se trata de un dato de la época Macri, desactualizado, sin embargo, esos índices no han variado sustancialmente en los últimos años y la tendencia ha sido hacia el crecimiento de la brecha con lo que, los ricos argentinos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

Muchos compañeros votaron a Alberto Fernández pensando en superar este flagelo, sobre todo si cumplía con sus promesas de campaña de “meter plata en el bolsillo de los trabajadores”. Sin embargo, las primeras medidas económicas del gobierno no apuntan en esa dirección. Al contrario, se congeló la movilidad para los jubilados y se pretende otorgar sumas fijas inferiores a la inflación de 2019 al conjunto de los trabajadores. Eso significa achicar el pedazo de la torta que le correspondería a los asalariados.

Por otra parte los de arriba se han visto beneficiados por la reducción de las retenciones, como en el caso de las sojeras y empresas petroleras o la eliminación de impuestos a la renta financiera. Además, se respetaron los aumentos de tarifas de las empresas de servicio y las dedicadas a la alimentación como Arcor, Coto o Aceitera Deheza aumentaron los precios y sus lucros en detrimento del bolsillo del trabajador.

Estas políticas del nuevo gobierno, así como la de reducir gastos para cumplir con los compromisos de la deuda externa, son claros indicadores que, lejos de resolverse el problema en nuestro país tenderá a agravarse. La desigualdad no es una simple estadística, significa más pobreza y más miseria real, que continuará arrojando miles de compañeros y sus familias a la marginalidad.

Desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad, llamamos a la más amplia unidad para luchar contra el congelamiento salarial, las sumas fijas y por paritarias libres y sin techo. Por mas plata para educación, salud y demás servicios públicos y no para la deuda externa. Este es el camino para superar la explotación y la miseria creciente.