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Por una verdadera recomposición salarial

Escribe Pablo Almeida, Delegado general ATE Ministerio de Economía

El gobierno de Fernández con el argumento de la solidaridad pretende que los trabajadores no podamos recuperar lo que perdimos el año pasado. Solo otorgó una suma fija de 4.000 pesos que ni siquiera la cobran todos. Plantea postergar la discusión salarial para después de la negociación con los usureros y el FMI y que no se incluyan cláusulas gatillos.

El gobierno anunció el otorgamiento de una suma fija de 4.000 pesos en dos veces a cuenta de futuros aumentos y piensa establecer un supuesto piso en las paritarias de este año. Pero a los pocos días se comenzaron a conocer que las verdaderas intenciones detrás de estos decretos era cerrar la discusión sobre la pérdida salarial de los últimos cuatro años, postergar las discusiones paritarias establecidas para los primeros meses del año y quitar de las mismas cualquier mecanismo de cláusula gatillo.

Todo mientras la inflación siguió pulverizando el salario. Consultoras privadas señalan que la suba de precios superaría el 3% en enero pero se dispararía mucho más en un rubro clave para los bolsillos populares: alimentos y bebidas. Todo esto después de un 2019 con una inflación del 53,8% y del restablecimiento del 21% del IVA a los productos esenciales de la canasta básica. La Junta Interna de ATE Indec ha establecido que al mes de diciembre pasado una familia tipo necesitó de un ingreso mayor a 61.882 pesos para cubrir sus necesidades básicas. La realidad de los últimos años demostró que los salarios no son los que producen la inflación, sino los empresarios formadores de precios y los especuladores de todo tipo. Hasta el propio Alberto Fernández tuvo que manifestar su malestar por la “irresponsabilidad” de los mismos.

En este marco, las sumas fijas no solo resultan insuficientes sino que cristalizan situaciones de salarios miserables. Por si todo esto fuera poco el gobierno dejó trascender que el sistema de sumas fijas tiene también como objetivo endulzar los oídos del FMI. “Los funcionarios a cargo del diseño de la política salarial insistieron en que se intentará salvaguardar ese sistema -que la semana pasada inauguró la Asociación Bancaria- hasta abril o mayo, para darle tiempo a la negociación con el Fondo Monetario Internacional y los acreedores externos, y recién después acometer un acuerdo social y la ronda formal de como históricamente se discutió en la Argentina.” (Ámbito Financiero, 31/1).

El objetivo del gobierno es postergar la discusión paritaria hasta después del acuerdo con el FMI y los usureros. Mientras tanto irá otorgando sumas fijas que no resuelven el problema de la pérdida de poder adquisitivo de nuestros salarios.

A todo esto las conducciones sindicales de la CGT y las CTA van dejando correr todos estos intentos de avanzar sobre nuestros derechos. Con algunas diferencias menores a su interior, todos los sectores de la burocracia sindical brindan un marco de apoyo al gobierno de Fernández y tratan de no hacer olas. Algunos de los gremios más importantes son mencionados como la punta de lanza de la imposición de las sumas fijas en las paritarias que se vienen. Son los casos de Comercio, la UOM y los gremios docentes. Una vez más entregan en forma escandalosa nuestros salarios mientras pujan con el gobierno por los fondos de las obras sociales, un botín de los dirigentes absolutamente ajeno a los intereses de millones de trabajadores.

Necesitamos recomponer en forma urgente lo perdido en los últimos años. Para eso exigimos un aumento de emergencia ahora, para que nadie gane menos que la canasta familiar. La apertura inmediata de todas las paritarias y el establecimiento de mecanismos de indexación como la clausula gatillo para dejar de perder frente a la inflación. Una vez más debemos organizarnos desde cada sector de trabajo para que las conducciones sindicales dejen de avalar el ajuste del gobierno. Y de esta manera imponer las medidas de lucha necesarias para que la crisis la paguen los grandes empresarios, los especuladores financieros y el FMI y no el pueblo trabajador. ¡Plata para salarios y jubilaciones, no para el pago de la deuda!