La acción concreta del gobierno de Schiaretti ha sido la de avalar, vía la justicia, las maniobras de la patronal y aportar las fuerzas policiales para cercar la planta en forma desmedida y con el claro objetivo de amedrentar a los compañeros y compañeras de la planta y aleccionar al conjunto de los trabajadores.

El gremio Molinero en sus contadas apariciones no solo no aportó soluciones sino que, por el contrario, enfrió y dividió el conflicto, desautorizó las medidas tomadas por los trabajadores, permitiendo a la patronal todo tipo de arbitrariedades. Lo mismo sucede con las CGT y las CTA provinciales que mantienen el aislamiento del conflicto. Apenas si convocaron a un plenario esta semana, llamado por la CGT Rodríguez Peña y las dos CTA, que luego de debatir sobre el conflicto y a pesar de exigencias de medidas inmediatas de apoyo, abrió la posibilidad de una movilización en...¡marzo!

Como respuesta al desgaste por la larga resistencia, al aislamiento, a varias movilizaciones y reuniones infructuosas, un grupo de trabajadores y de la comisión de mujeres que activan en el conflicto, se hicieron fuerte subiéndose a los silos, a 60 metros de altura, fortaleciendo la exigencia de no al desalojo y cese de la presencia policial. Reclamando que la empresa pague todo lo adeudado, los restituya en sus puestos de trabajo y ponga en funcionamiento el molino. Esta acción duró doce días. Pero fruto de que hasta el día de hoy, continúa la falta de respuestas, se acentúa el desgaste y la acción disociadora de los estamentos estatales, el divisionismo y aislamiento que fomenta la burocracia sindical por acción u omisión, los trabajadores han decidido cesar esta medida, desalojar el Molino y continuar la lucha desde afuera.

De esta irresolución del conflicto no solo es responsable el gobierno de Schiaretti, sino también el de Alberto Fernández. En un país en donde se mueren niños por desnutrición, a una empresa productora de harina, se le permite no producir y despedir a todos sus trabajadores, para poner esos millones de pesos en los plazos fijos y otras maniobras especulativas.

Desde Izquierda Socialista denunciamos que no tienen ninguna razón para no producir alimento para millones de argentinos, y si así no lo hacen, se los debe expropiar y poner el molino a producir bajo la gestión de sus trabajadores. Esta nueva situación debe servir para unir fuerzas. Más que nunca hay que denunciar el rol de la burocracia sindical de conjunto y exigirles que convoquen ya, a una medida de fuerza en apoyo de estos trabajadores.Llamamos al conjunto de las organizaciones de trabajadores, políticas, sociales y a los vecinos a fortalecer la presencia en la planta.