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¿Para qué viajó Alberto Fernández?

Publicado en EL SOCIALISTA N° 449
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Escribe Adolfo Santos

Los primeros pasos del gobierno comienzan a mostrar cual será su dinámica. Las leyes enviadas al Congreso y votadas de forma unificada por todos los partidos patronales, así como la gira que acaba de emprender, dejan claro que la principal preocupación es empeñar todos los esfuerzos para cumplir con los pagos de la fraudulenta deuda externa y beneficiar a las multinacionales.

Las medidas votadas, no son para resolver los problemas de los jubilados, de los más vulnerables o para combatir la pobreza. Apuntan a facilitar el camino del gobierno para cumplir con los usureros internacionales. El viaje del presidente va por el mismo camino: negociar el pago de la deuda externa y ofrecer beneficios y garantías a los usureros y a las multinacionales de los países visitados. Llama la atención, pero es el mismo camino que había emprendido Macri cuando inició su gobierno: viajar para garantizar ganancias a las multinacionales y negociar la deuda.

La primera escala de Fernández fue Israel. Un claro mensaje para agradar a Donald Trump. Evidentemente, no es un gobierno que toma distancia del imperialismo como muchos compañeros llegaron a imaginar. Su decisión de respetar los compromisos con la deuda cada vez lo acercan más al gobierno yanqui y sus aliados. Tanto es así, que Alberto Fernández acabó abrazándose con Benjamín Netanyahu y elogió los avances del régimen racista y de apartheid que encabeza el estado sionista de Israel. Una bofetada a la lucha del pueblo palestino.

Después, voló a Roma. Una vez más, fue a pedir que lo ayuden para pagar la deuda. “Siempre le pido ayuda al Papa Francisco. Me respondió que siempre me va a ayudar”. El Vaticano, a través de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, organizó un foro con las máximas autoridades del FMI y el equipo económico argentino para discutir cómo pagar la deuda. Esta “ayudita” papal junto al FMI, seguramente tendrá su contrapartida a la hora de discutir el aborto en Argentina.

En Italia, se reunió con autoridades del gobierno y con empresarios, entre ellos representantes de Ghella, que hace parte del consorcio denunciado por corrupción en las obras de soterramiento del ferrocarril Sarmiento. También lo hizo con empresarios interesados en la explotación del litio, un mineral utilizado para la fabricación de baterías. Argentina tiene importantes yacimientos en el norte del país. Los italianos tienen interés en el mercado argentino que les resultaría más barato. La empresa italiana FIB – FAAM va a inaugurar una fábrica de baterías de ese material en Nápoles. Por eso están interesados en obtener esa materia prima barata en nuestro país. Empresarios franceses y la alemana Siemens, principal fabricante de baterías de litio, también tienen interés en este mineral.

En Alemania, la agenda fue más amplia, pero siempre manteniendo el foco en el pedido de ayuda para pagarle al FMI. Fue el tema central con la canciller Ángela Merkel, que hasta hace unos meses apoyaba la administración de Mauricio Macri y ahora servirá de respaldo político para la renegociación de la deuda. Ese apoyo no será gratis. Las autoridades alemanas le expresaron al presidente Fernández su preocupación con la imposibilidad de las empresas instaladas en Argentina de girar utilidades por el “cepo cambiario” y con la deuda con los bonistas de aquel país.

Después mantuvo una agenda con un pool de empresas alemanas que actúan en Argentina, como Basf, Merck, Mercedes Benz y Bayer. Y realizó reuniones privadas con Siemens y con Volkswagen. Esos encuentros fueron para ofrecer beneficios fiscales y dar garantías para que estas multinacionales puedan retirar sin problemas sus utilidades del país. Sobre esto último, mencionó la ley de hidrocarburos, que flexibilizará el giro de utilidades a los que inviertan en Vaca Muerta. “El modelo es Vaca Muerta” les habría dicho. Las visitas posteriores a Francia y España seguirán el mismo camino: pedidos de ayuda para mejor pagar al FMI y flexibilización para las multinacionales.

Lejos de demostrar independencia o de ejercer un acto de soberanía, el viaje del presidente es la demostración de sometimiento y dependencia. Sometimiento a los dictados del FMI y dependencia del poder imperialista y sus multinacionales. Pidió ayuda, no para enfrentar el sistema financiero, sino para pagar deudas fraudulentas. Llegó al colmo de comentar que iba a proponer un plan de desarrollo al FMI, justamente el organismo encargado de organizar el saqueo de los países endeudados.

Mendigando al imperialismo y al FMI nos seguiremos hundiendo. Necesitamos declarar la Segunda Independencia rompiendo los acuerdos que someten nuestra soberanía al imperialismo y desconocer la deuda fraudulenta que los gobiernos peronistas, radicales o del PRO se esfuerzan en pagar con más sufrimiento y miseria. Con esos recursos se puede iniciar el desarrollo del país mediante un plan de obras públicas que genere millones de puestos de trabajo, mejore los salarios y las jubilaciones y permita invertir en salud, educación y programas sociales para así resolver las más urgentes necesidades populares.