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Ante la crisis del coronavirus: Plata para la emergencia, no para la deuda externa

El coronavirus ya llegó a la Argentina. Se suma al dengue para poner al desnudo la crisis sanitaria provocada por años de ajustes llevados adelante por todos los gobiernos. Ante la emergencia, se impone la medida más importante: dejar de pagar inmediatamente la deuda externa

Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo por Izquierda Socialista/FIT Unidad

El coronavirus se suma a los males del pueblo trabajador como la inflación, los despidos y los salarios de pobreza. El gobierno de Alberto Fernández pasó de minimizar la pandemia a improvisar medidas de emergencia. Pese a que hace meses el virus está causando muertes en el mundo, el ministro de salud Ginés González García dijo que “no esperaba que llegara tan rápido”.
El gobierno cerró las fronteras, canceló eventos públicos y ahora suspendió por quince días las clases. Lo hizo por presión de los docentes, ya que en muchos establecimientos escolares no hay lavandina, alcohol en gel, jabón, ni toallas, los baños son deplorables y los pastos están sin cortar.

Se esperan otras medidas, pero millones siguen siendo obligados a ir a trabajar viajando en transporte público y exponiendose al contagio. Y hay preocupación en que no se respeten los puestos de trabajo y los salarios de quienes tengan que someterse a una cuarentena. En enero ya hubo 40.000 nuevos despidos y siguen las suspensiones.
El presidente dice que “es mejor tomar decisiones extremas a arrepentirse después”. Pero solo destinó 20 millones de dólares para la emergencia mientras Kicillof pagó de contado 250 millones de dólares por una deuda usurera. ¡Es mentira que este gobierno prioriza a los más vulnerables! Fernández ya le había sacado impuestos a las petroleras, mineras y a los bancos mientras les recortó 100.000 millones de pesos a los jubilados. Y se dispone a renegociar una deuda millonaria contraída por Macri y el FMI. Desde el Frente de Izquierda peleamos por lo opuesto: para que se deje de pagar ya esa deuda usurera y fraudulenta y se destinen todos esos millones a combatir el coronavirus, el dengue y la tremenda crisis sanitaria, escolar y social.

Que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores

La situación es muy grave. Si hoy los hospitales públicos ya están colapsados antes del coronavirus, es por culpa de los ajustes de los sucesivos gobiernos. Imaginémonos lo que va a pasar si el coronavirus se extiende. La salud pública lleva años de recortes para favorecer la salud privada y sin dar abasto para atender a los pacientes. Por eso las y los trabajadores y profesionales vienen reclamando desde hace décadas por más presupuesto y mejores salarios.
¡Hacen falta medidas de fondo! Hay que invertir todo lo necesario para prevenir la epidemia y revertir el colapso del sistema sanitario y educativo. Hay que comprar todos los insumos y garantizar camas (incluyendo la de las clínicas privadas), aparatología, nombrar a todos los médicos, enfermeros y auxiliares necesarios. Hay que aumentarles los salarios y pagar las horas extras. Que los laboratorios garanticen medicamentos e insumos gratuitos para todos los hospitales y que todos los estudios se hagan gratuitamente en los hospitales o el sistema privado de salud.

Que se utilicen estos días de receso escolar para que el gobierno garantice los insumos y solucione los problemas de infraestructura en las escuelas. Si no cumple, que no se retomen las clases. Que el gobierno garantice la comida para todos los chicos y las licencias pagas por parte de las patronales para los padres que deben cuidar a sus hijos en las casas.
Hay que exigir protección laboral. Y donde no se garantice, suspender la actividad sin sanciones a los trabajadores. ¡Ningún despido ni rebaja salarial por esta crisis!
Para todo esto la plata debe salir del no pago de la deuda externa ya que no se puede priorizar a los usureros y banqueros por sobre la salud y la vida del pueblo trabajador. Y que se apliquen impuestos especiales a las multinacionales, bancos y grandes terratenientes para que sean ellos y no los trabajadores quienes paguen la crisis. Llamamos a luchar por estas medidas.
 


Las medidas “extraordinarias” del gobierno

Escribe Guido Poletti

Se ha anunciado un paquete de medidas económicas ante la emergencia. Lamentablemente no se ha asignado un peso más a los hospitales, la infraestructura o los salarios de los trabajadores de la salud. En lo que respecta a las medidas en sí mismo desde lo económico, tal vez a algunos compañeros les parezcan correctas o progresivas. Queremos reflexionar al respecto.
Se ha anunciado un bono por única vez de 3.000 pesos para los jubilados de la mínima, junto con idéntico monto para la AUH. Nuevamente, los jubilados que cobran más de los 20.000 pesos (muy por debajo de la canasta de pobreza) no recibirán un peso. En definitiva, se trata de una redistribución para un sector de la disminución de la masa de dinero (100.000 millones de pesos) que le tocaba a los jubilados y que se les redujo para destinarla a los pagos de deuda con el cambio de movilidad jubilatoria.

Los trabajadores otra vez son postergados. Ni un peso de aumento o “bono” alguno. Más aún, las patronales ya están planteando con el guiño del gobierno que “ante la emergencia” se deben suspender las paritarias. Mientras tanto, todos vemos como los precios siguen para arriba, pulverizando los salarios. Los artículos de limpieza y farmacia, estratégicos frente a la pandemia, son los que más suben. Todas las “advertencias” del gobierno no tienen como contrapartida ninguna medida concreta: no hay castigo a las grandes cadenas de supermercados formadoras de precios, que siguen haciendo superganancias con la desesperación de la gente.
El gobierno ha anunciado también que subsidiará a las empresas que no pueden pagar sus sueldos, “para evitar los despidos”. Las que se van a aprovechar de esto, como ya sucedió otras veces, son las grandes multinacionales: recordemos que en 2008 se le llegó a otorgar con esta excusa un crédito a la mismísima General Motors ¡Lo que hay que hacer es prohibir por ley las suspensiones y despidos, no darle a las patronales la plata que se necesita para la emergencia sanitaria!

A todo esto se lo ha llamado “medidas extraordinarias”. Pero no hubo ningún anuncio obligando a las grandes empresas, los bancos, o los pulpos especuladores a que entreguen algo de sus superganancias. ¡Hasta sigue vigente la reducción de retenciones a petroleras y mineras! Y lo más importante de todo es que sigue vigente la decisión central del gobierno: pagarle a los usureros de la deuda externa y al FMI. Ahí, exactamente, está el dinero para las verdaderas medidas extraordinarias que requiere la crisis.