Print this page

Frente de Todos: ¿Y el impuesto a la riqueza?


Escribe Juan Carlos Giordano, Diputado electo Izquierda Socialista / FIT Unidad

A más de un mes de anunciado, el famoso proyecto del impuesto a la riqueza de los diputados Máximo Kirchner y Carlos Heller, del Frente de Todos, todavía no vio la luz. El único proyecto que existe para gravar a los ricos, grandes empresarios, bancos, multinacionales y terratenientes para recaudar 20.000 millones de dólares y combatir la mayor crisis del coronavirus es el del Frente de Izquierda Unidad.

El impuesto es una necesidad imperiosa. ¿Cómo puede ser que en medio de la pandemia las ganancias y acciones de los grandes capitalistas sigan creciendo y no se las toque? El Grupo Mercado Libre, de Marcos Galperín, tuvo un crecimiento de sus acciones en las últimas horas de 6.000 millones de dólares. Y el valor de mercado de la firma asciende a 37.290 millones de dólares, casi el 10% del producto bruto interno (PBI)  argentino, es decir, de toda la riqueza anual que generan millones de trabajadores. “Seguimos comprometidos en empoderar a nuestros comerciantes para que continúen operando y asegurando las entregas de bienes que necesitan los hogares. Mercado Libre tiene la oportunidad de salir de esta situación más fuerte”, dice el grupo en un comunicado.

Galperín es uno de los cincuenta millonarios de la Argentina, dato que todos los años publica la revista internacional Forbes. El dueño de Mercado Libre es a su vez integrante de la crema de grandes magnates nucleados en AEA (Asociación Empresaria Argentina) junto a Arcor, Perez Companc, Irsa, Fiat, Techint, Globant, entre otros. 

Otro tanto se podría decir del dueño de FATE, Madanes Quintanilla (también dueño del Grupo Aluar y otras empresas), quien acaba de rebajar 50% la quincena de sus 1.600 obreros y amenaza con la rebaja de 25% en caso de volver a producir. El dueño de FATE también está entre los cincuenta millonarios del país, a quien se le debería aplicar el impuesto, igual que a los bancos, las multinacionales y las ganancias empresariales, pero hasta ahora el gobierno no los ha tocado.

Hablando siempre de impuestos, hay que agregar que el 60% de Ganancias lo pagan los trabajadores, y que el IVA (el impuesto que más recauda) es el más impopular e injusto, ya que el 21% lo paga igual un Paolo Rocca, de Techint, que un desocupado. Conclusión: la mayor recaudación impositiva la aporta el pueblo y los de arriba quedan en una completa impunidad. 

Dicen que el proyecto oficial “estaría listo”, pero volvemos a repetir, ni siquiera fue presentado. Según versiones, lo harían en estos días. Sería para recaudar entre 3.500 y 4.000 millones de dólares y estaría destinado para salud. Si fuera así, sería insuficiente (representa solo un 30% de lo que el gobierno dispuso desde la pandemia), pero igual decimos que lo apliquen ya. Sin embargo, se demora peligrosamente. Incluso hay una versión de que Heller lo retoca permanentemente y que hay un reclamo de los empresarios para que sea a cuenta del futuro pago del impuesto a las ganancias, o sea que lo que se les cobraría por un lado se les devolvería por otro. Si así fuera sería una auténtica burla. 

Los devaneos “parlamentarios” son impresionantes. Cristina pidió previamente un fallo de la Corte, después si se iba a reunir el Congreso de manera virtual o presencial, y ahora se sabe que, si sesiona por primera vez, el proyecto no se trataría porque, en caso de ser presentado, pasaría a comisiones varias semanas. Otros sectores hablan de que sería “confiscatorio”, o que viola la “propiedad privada”, y que si sale se va a  empantanar en los enredos judiciales, porque sería apelado. O sea, se sigue dilatando una medida ultra urgente. 

Dicen que debe pasar por el Congreso, pero le acaban de robar un 25% del salario a millones de trabajadores en una mesa en Olivos entre la UIA, la CGT y el gobierno. ¿O no se violó en este caso la “propiedad privada” de la retribución salarial con que cuenta un trabajador para su sustento?

Lo mismo podríamos decir del pacto mafioso de Macri con el FMI. Fue firmado a espaldas del pueblo y se va a reconocer, renegociar y pagar sin grandes dilaciones. Ahora, cuando se trata de imponerles un impuesto a los de arriba le dan mil vueltas, sabiendo además que no hay que tener ninguna expectativa en un Congreso que siempre vota leyes contra los trabajadores y los jubilados.

Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad llamamos a los sectores obreros y populares a seguir reclamando por lo suyo y a la vez a unirnos para reclamar un fuerte impuesto progresivo a los de arriba,para que la crisis la paguen ellos, no los trabajadores.