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A pesar del coronavirus y contra el ajuste: crecen las luchas

Publicado en El Socialista N° 461
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Editorial

A medida que pasan las semanas, vemos cómo van aumentando los contagios de coronavirus en nuestro país. Los casos se multiplican en los barrios populares, tanto de la Ciudad de Buenos Aires como del conurbano. 

Hay una enorme preocupación en la clase trabajadora y los sectores populares. Miedo al contagio de todos los que están obligados por las patronales a ir a trabajar, con altísimo riesgo en el transporte público, o en los propios lugares de trabajo donde, como le sucede a los trabajadores de la salud, se sigue careciendo de elementos para garantizar las condiciones de seguridad necesarias. Pero también inquieta ver cómo los gobiernos nacionales y provinciales ceden a las presiones patronales habilitando la apertura de más actividades. Preocupa ver cómo se acaba la plata por las reducciones salariales, el aumento de los despidos y las suspensiones, o la inflación, que sigue golpeando sobre los precios de los productos de la canasta familiar.

Es que entre el gobierno de Fernández, las patronales y la burocracia de la CGT se ha gestado un pacto para llevar adelante un auténtico ajuste sobre las espaldas del pueblo trabajador. Sin embargo, y aun en medio de la cuarentena, los trabajadores resisten. Y muchas veces ganan. Así lo vimos con la impresionante lucha de los mineros de Andacollo, en Neuquén, que lograron un gran triunfo frente a la multinacional minera yanqui Trident Southern Explorations. O con la victoria de los obreros de La Nirva y de Fadete. A esto tenemos que sumarle las constantes denuncias que siguen manteniendo los trabajadores de la salud en todo el país mientras siguen en la primera fila de la pelea contra la pandemia. En Córdoba una caravana de autos de diez cuadras de extensión se manifestó para repudiar el intento de criminalizar a dos médicos como responsables de muertes por coronavirus en un geriátrico de la ciudad de Saldán. En la ciudad de Buenos Aires también hubo una enorme reacción frente al contagio por Covid-19 sufrido por el jefe de Enfermería del hospital Fernández. 

A todo esto, tenemos que sumar otros conflictos que crecen y se extienden. Hay varias e importantes luchas en la provincia de Córdoba. Allí, a la de los choferes de UTA se agregó una auténtica rebelión ante el ajuste a las jubilaciones, votado entre gallos y medianoche, impulsado por el gobernador peronista Schiaretti. Pelean y son reprimidos los municipales de Pico Truncado en la Santa Cruz de Alicia Kirchner. En Chubut se movilizan los trabajadores textiles y de la pesca, confluyendo con estatales y docentes que desde hace meses pelean contra el ajuste provincial. Todo esto es solo una muestra de distintos sectores de la clase trabajadora que, pese a la cuarentena, están saliendo a luchar.

El gobierno, las patronales y la burocracia de la CGT están jugados a hacer pasar este ajuste. Quieren que la crisis la paguen los trabajadores. Mientras las empresas reciben subsidios multimillonarios que financian hasta los sueldos de los gerentes de empresas como Techint o Clarín, del otro lado se vuelve a ajustar a los jubilados con un “aumento” con el que, esta vez, pierden todos, sin excepción, hasta los que cobran la mínima. Sigue la negociación de la deuda externa con un gobierno que, cada vez más claramente, dice que está dispuesto a “mejorar” su oferta, léase pagarle más a los pulpos acreedores a costa del hambre del pueblo.

Mientras tanto, la semana pasada vimos, con preocupación, cómo las prácticas más repudiables del aparato represivo siguen presentes en el actual gobierno. Los mineros de Andacollo fueron espiados por personal de inteligencia de Gendarmería Nacional, una forma de actuar que nos recuerda lo que hacía y reivindicaba la ex ministra de Macri Patricia Bullrich cuando asesinaron a Santiago Maldonado. Días después se produjo en Tucumán la desaparición y posterior aparición del trabajador Luis Espinoza asesinado por la policía del gobernador peronista Manzur.

Las luchas, que van en aumento, nos marcan el camino, es posible derrotar el ajuste. No es casual que en todos los casos las posibilidades de pelear y ganar se dan cuando hay direcciones que se oponen o son independientes de la burocracia entreguista de la CGT. Por eso está planteada una tarea impostergable, rodear de solidaridad esas luchas, no dejarlas aisladas, coordinarlas para que se ganen y fortalecer a los nuevos activistas que surjan. Y pelear por lo más necesario, una nueva dirección para la clase trabajadora. 

Ese es el objetivo central de la reciente reunión del Plenario del Sindicalismo Combativo. Un paso muy importante, un hecho inédito que se haya realizado este plenario virtual de luchadores en medio de la cuarentena. Además de los ferroviarios del Sarmiento, el Sutna, Ademys, los Suteba combativos, los Ceramistas de Neuquén, entre otras direcciones que ya pertenecían al Plenario, ahora se incorporaron compañeros que participan de más de sesenta conflictos a lo largo del país. Esto muestra la importancia de la unidad de los luchadores y de ampliarla cada día más. El plenario, entre otras importantes definiciones, votó la realización de una jornada nacional el próximo 16 de junio, que debemos apoyar con todo para que sea exitosa.

La pelea está planteada. ¿Quién va a pagar la crisis del coronavirus? Nosotros, desde Izquierda Socialista y el Plenario del Sindicalismo Combativo insistimos: la tienen que pagar los capitalistas, los banqueros, los pulpos acreedores de la deuda externa. Los trabajadores y los sectores populares defendemos una cuarentena sin hambre, sin despidos ni rebaja salarial. Para eso es necesario conformar un gran fondo de emergencia que atienda las necesidades sanitarias, pero también las urgencias sociales. Financiarlo requiere de un impuesto a las grandes fortunas y empresas. Impuesto que, hasta hoy, el gobierno no solo no presentó un proyecto en el Congreso, sino que incluso los diputados votaron en contra del tratamiento del único existente, el del Frente de Izquierda Unidad. Pero también se imponen la suspensión inmediata del pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI. Aquí está la plata para atender las más urgentes necesidades populares. Pelear contra el ajuste, apoyar todas las luchas y postular este programa es la tarea que tenemos planteada.