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Coronavirus: vertiginoso aumento de los contagios

Publicado en El Socialista N° 465
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Escribe Claudio Funes

Patricia es una enfermera despedida hace un año de un conocido centro médico de la CABA. Sin indemnización y sin subsidio alguno, vive con sus dos hijos y su marido, vigilador privado, en una modesta vivienda de la ciudad. La mamá de Patricia está internada en el hospital Penna, intubada; su papá, aislado en una habitación de su pequeña vivienda; su hermano, también intubado, está internado en un sanatorio de su obra social. Cuando su marido tuvo fiebre fue testado el grupo conviviente. El resultado fue Patricia y sus hijos dieron positivo y, afortunadamente, el hombre, no. Consecuencia, mujer e hijos fueron recluidos en un hotel preparado para pobres mientras el marido tiene que atender a todo el grupo familiar en distintas situaciones de tratamiento.

Este drama, que lo viven miles de trabajadores, no es captado por las cifras oficiales que, aun siendo exactas, disuelven en una estadística el tratamiento y los cuidados exquisitos que recibe, por ejemplo, el intendente Insaurralde, con el tratamiento que reciben Patricia, su papá y sus hijos. Hay otro problema que amenaza a los trabajadores, la saturación de camas en hospitales y obras sociales empieza a ser una realidad. En Florencio Varela, cuando aún no se alcanzó el pico de contagios del coronavirus, el 76,8% de las camas de terapia intensiva se encuentran ocupadas. En Esteban Echeverría la ocupación llega a 75 por ciento. Las obras sociales, saturados sus prestadores habituales, derivan sus pacientes a remotas y rudimentarias clínicas privadas.

La epidemia se está agravando

Mientras escribimos estas líneas, el ministerio de Salud informa que hubo 2.285 casos nuevos en la fecha, 23 de junio, llegando el total de casos comprobados a 47.216 de los cuales fallecieron 1.078. Del total de infectados informados, el 93% corresponde al área metropolitana de Buenos Aires.

Mientras desde el gobierno se alzan voces alertando sobre el agravamiento, se está discutiendo la necesidad de anunciar el jueves 25 un reforzamiento del aislamiento social obligatorio. Algunos funcionarios, como el viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, han llegado a decir “hay posibilidades concretas de que colapse el sistema de salud”, ya que todavía no se llegó al pico de contagios de coronavirus. 

En los medios se desarrolla una batalla entre comunicadores y distintos políticos patronales. Están quienes culpan a una presunta irresponsabilidad del pueblo trabajador como los del Frente de Todos y, del otro lado, la oposición patronal de Cambiemos responsabiliza a la cuarentena.

¿Por qué llegamos a esta situación?

Tenemos que ser claros. No se le puede echar la culpa a la gente. La responsabilidad es del gobierno de Fernández, que permitió abrir el 85% de la industria a favor de las grandes patronales y multinacionales, y que somete a decenas de miles a romper la cuarentena porque no pueden sobrevivir con los 10.000 pesos de la IFE. 

Los gobiernos, nacional y provinciales, tampoco cuidaron a los trabajadores de la salud. Mientras se acusan entre Kicillof y Larreta de Cambiemos, esta semana fallecieron dos enfermeros en CABA y un médico en el Chaco. Estas terribles pérdidas dan la razón a los reclamos del personal de salud que los gobiernos y las patronales sanatoriales desconocen. En muchos casos ni siquiera recibieron los 5.000 pesos mensuales ofrecidos meses atrás.

La salud pública no está en condiciones porque en las últimas décadas los distintos gobernantes de todo tipo la han sometido al ahogo presupuestario, falta de tecnología y de recursos humanos. Ni la pandemia ha logrado un significativo aumento de su presupuesto después de casi cien días de cuarentena.

El gobierno del Frente de Todos es el principal responsable, pero no hay que olvidar la voracidad de las patronales que no aplican los protocolos ni brindan seguridad a sus trabajadores. Hay casos de contagios en Firestone, Coca-Cola (que tiene el 10% de la planta infectada) y la multinacional Procter&Gamble en el parque industrial de Pilar, para dar algunos ejemplos.

Además de un trabajador fallecido en el ferrocarril Mitre, hay contagios en las otras líneas ferroviarias. Esta semana la Línea Sarmiento fue interrumpida al habilitarse el protocolo por Covid-19 porque dos guardas, que habían estado en contacto estrecho con un portador positivo, manifestaron síntomas. Unos 37 trabajadores, que habían estado en contacto fueron desafectados lo que llevó a la paralización del servicio.

Con fortalecer la cuarentena no alcanza

La pandemia se combate sosteniendo la cuarentena sin hambre, despidos ni rebaja salarial. El gobierno debe hacer que sea posible el aislamiento. Para ello es necesario que la familia de cada trabajador debe recibir un ingreso que cubra sus necesidades y, entonces sí, pueda quedarse en cuarentena en su casa.

Tenemos que pelear por medidas de fondo, por nacionalizar la totalidad de las instalaciones privadas, sanatorios y laboratorios y ponerlas a trabajar bajo control de sus trabajadores. Este mismo tratamiento debe darse a todas las obras sociales, nido de corrupción de la burocracia sindical. La producción y la distribución de insumos, el testeo, reactivos, medicamentos, vacunas y todo otro elemento necesario para combatir la pandemia debe pasar a manos del Estado bajo control de sus trabajadores.

Todo este esfuerzo será financiado con un impuesto especial a la riqueza a las grandes patronales y   multinacionales junto al no pago de la deuda externa. Para lograrlo, será necesaria la movilización de los trabajadores en defensa de la salud del pueblo.