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No a los despidos en Falabella

Publicado en El Socialista N° 477
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Escribe Claudio Funes

La multinacional de capitales chilenos Falabella, con tiendas en Chile, Argentina, Perú, Colombia, México, Brasil y Uruguay planea irse del país. Emplea a 4.500 trabajadores y posee diez tiendas. Es el mismo grupo empresario dueño de las nueve sucursales de Sodimac y de la tarjeta financiera CMR, que tiene cerca de 300.000 clientes. La familia Solari también es propietaria del banco Falabella, con operaciones en Chile, Colombia y Perú.

Es considerado el grupo de retail (venta minorista) líder en Latinoamérica por su facturación multimillonaria. Llegó al país en 1993, donde abrió su primer local en la provincia de Mendoza. Además de sus propios locales cuenta con tiendas en distintos shoppings y tiene presencia en la ya citada Mendoza, Córdoba, Rosario y San Juan.

Preparando su salida, Falabella anunció el cierre de las sucursales de Florida 343 y Tortugas Open Mall, en el norte del conurbano bonaerense. Y dos tiendas de Sodimac, ubicadas en Villa Tesei y en Malvinas Argentinas. Los empleados ya recibieron el anuncio de despido bajo la forma de retiro voluntario. Recordemos que la familia Solari ya había cerrado, en febrero de 2019, uno de sus locales más grandes, en la calle Florida al 600.

Fuentes del grupo dijeron a varios medios que están en busca de un “socio estratégico” ya que la intención de los socios mayoritarios es abandonar el país. “La decisión está tomada, pero no sería inminente. Hay directores que sugieren ‘frizar’ toda la operación a un mínimo y ver qué pasa luego de las elecciones del año próximo, pero son minoría”, dijeron desde la gerencia.

Tal como ocurrió con la aeronáutica Latam, estos anuncios son decisiones de la casa matriz, que incluyen el despido masivo de personal con la excusa de no poder hacer frente a la crisis económica. Una falsa excusa. Solo “padecen” una merma en sus siderales ganancias y la buscan solucionar descartando trabajadores que durante décadas los enriquecieron.

Esta afirmación surge de lo que informó el propio grupo empresario. Entre enero y junio Falabella “perdió” 136 millones de dólares, frente a las ganancias de 205 millones de dólares del primer semestre del año previo. Y en lo que va del año las acciones de la firma cayeron en torno de 30 por ciento. Los ingresos bajaron 25% y totalizaron 2.140 millones de dólares en el segundo trimestre. Queda claro, es una baja en sus ganancias, no pérdidas.

Con la excusa del complejo contexto de la pandemia y sus consecuencias, Falabella y Falabella CMR también suscribieron con la burocracia del Sindicato de Comercio, Cavalleri, el esquema dispuesto por el gobierno a través del artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo, mecanismo que permite la negociación de suspensiones con rebaja de salarios y reducción de contribuciones patronales.

La burocracia sindical y el gobierno peronista de Alberto Fernández venían repitiendo, y repiten, que esa medida es para preservar los puestos de trabajo.

Queda demostrado que no. El verdadero objetivo de este gobierno es garantizar la ganancia capitalista, pero a las patronales, insaciables, nada les alcanza. Por eso Falabella despide trabajadores mientras el gobierno del doble discurso del Frente de Todos lo deja pasar.

Ya pasó con Latam. Y con las otras empresas que cerraron en estos meses. A pesar de que existe un decreto de necesidad y urgencia que prohíbe los despidos, hubo 300.000 desde que empezó la pandemia. Con el guiño del gobierno y la burocracia de la CGT, que los dejaron correr. Se trata de hacer justamente lo opuesto: prohibir de verdad los despidos, y que cualquier empresa que viole esta disposición sea expropiada y puesta a funcionar bajo gestión de sus propios trabajadores.