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¡Aumento salarial ya!

Publicado en El Socialista N° 477
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En otra semana donde, nuevamente, siguieron aumentando los contagios y las muertes por coronavirus, la principal acción del gobierno peronista de Alberto Fernández fue otorgar, vía el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, un aumento de salarios a la policía bonaerense. Ni un peso para los trabajadores de la salud o para más infraestructura sanitaria. Todo en la misma semana en que sale a la luz que varios hospitales del propio conurbano están al borde del colapso. Situación que ya está siendo totalmente desbordada en varias provincias. El contraste entre el monto y la celeridad con que se respondió al reclamo de la policía bonaerense y el congelamiento del salario de los docentes, de los trabajadores de la salud, judiciales y estatales en general es vergonzoso.

Ya en semanas anteriores, en la misma provincia de Buenos Aires, se habían asignado 37.000 millones de pesos a un denominado “plan de seguridad”. Si le sumamos lo que ahora se destina a la policía bonaerense, terminan siendo 82.000 millones de pesos dedicados a reforzar el aparato represivo. En concreto, para reprimir las luchas y los reclamos, como ya se está viendo con la declaración de “ilegalidad” y los desalojos en tierras tomadas realizados en Ciudad Evita y los que se preparan en Guernica. Esta es la política concreta de los gobiernos, tanto nacional como provinciales.

Su máxima expresión han sido las declaraciones del secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, que le han sumado a su ya largo currículum represivo, a su encubrimiento a la policía del gatillo fácil (como en el caso de Facundo Castro), un ataque directo a los organismos de derechos humanos que ha provocado como respuesta un repudio masivo, al que por supuesto nos sumamos. Sin embargo, el gobierno de la provincia sigue sosteniendo a Berni y, como una señal muy clara, lo volvió a colocar en primera fila al anunciar los fondos para la policía. 

El dinero terminó saliendo de un “pasaje” de fondos coparticipables de la Ciudad de Buenos Aires hacia la provincia. Esto dio lugar a una nueva pelea “en las alturas” entre las fuerzas políticas patronales en la figura de un enfrentamiento Larreta-Fernández. Sin embargo, no debemos confundirnos, más allá de los roces tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio comparten lo fundamental de la agenda patronal, el apoyo a la renegociación de la deuda externa, el congelamiento y la baja salarial y un largo etcétera. No se trata de un debate entre distritos ricos y distritos pobres. La plata que durante el gobierno de Macri se le destinó a la ciudad de Buenos Aires no fue a salud, educación ni salarios, sino a fortalecer el aparato represivo de la CABA. Ahora, que cambia de destino y va hacia la provincia, tampoco significa un peso para los docentes ni para los  trabajadores de la salud, ni para resolver el drama del déficit habitacional. 

A los salarios congelados, que cada día pierden más poder adquisitivo, se les suma la continuidad de las suspensiones y los despidos. A los más de 300.000 puestos de trabajo en blanco, con ejemplos emblemáticos como los de la multinacional Latam, se agrega ahora el drama de la amenaza de cierre de otra multinacional, Falabella, con miles de despidos más en la mira.

Mientras tanto, el gobierno avanza “silenciosamente” con la negociación con el FMI, como reconoció esta semana el propio ministro de Economía, Martín Guzmán. El gobierno de Fernández acaba de presentar el proyecto de presupuesto 2021 en el que reconoce que, para cumplir las exigencias del FMI, se realizará un nuevo y mayor ajuste. Que, numéricamente, será el más grande desde el año 2002. El déficit fiscal deberá bajar a 4,5% del PBI, desde el 8% actual, lo que significa un recorte de 1,6 billones de pesos, el total de lo que aumentó este año debido a la pandemia. En concreto, para llevar adelante este ajuste se pretenderá eliminar tanto el IFE como el resto de los gastos sociales actuales. Frente a esto, la burocracia de la CGT como la de las CTA siguen con su sostenimiento absoluto del gobierno, dejando pasar el ajuste. Peor aún, su esfuerzo ahora está en reclamar mayores descuentos a los salarios de bolsillo de los trabajadores con la excusa de la desfinanciación de las obras sociales.

Para confrontar con esta realidad, este jueves 17 se llevará a cabo una jornada nacional del Plenario del Sindicalismo Combativo donde se visibilizarán y coordinarán todas las luchas. En la ciudad de Buenos Aires se culminará con un acto central a las 17 en la Plaza de Mayo, donde será orador Rubén “Pollo” Sobrero, por los ferroviarios del Sarmiento. Estarán presentes compañeros del Sutna, profesionales y trabajadores de la salud, docentes de Ademys y los Suteba combativos, estatales y trabajadores de Latam, entre otros. En la jornada se planteará la necesidad de salir a pelear por un aumento inmediato para los médicos y las enfermeras, los estatales, los docentes y los jubilados. De pararle la mano a las multinacionales Latam y Falabella, que después de obtener enormes ganancias en todos estos años cierran y dejan a miles en la calle. De denunciar a la CGT, que solo le preocupa la caja de las obras sociales y, junto con las CTA, dejan pasar el ajuste. Exigirles que rompan su pacto con el gobierno y llamen a enfrentar el ajuste. Reclamar un aumento salarial de emergencia, que se reabran las paritarias, se prohíban los despidos y un ingreso universal para todos los que lo necesiten de 30.000 pesos.

También es fundamental, frente al ajuste en curso y al mayor que se viene tras el acuerdo con el FMI, la necesidad de un plan de emergencia para combatir las dos pandemias, la del coronavirus y la de la crisis social que se descarga sobre el pueblo trabajador. Que se financie con un verdadero impuesto a las grandes fortunas de los multimillonarios y las ganancias de los bancos y multinacionales y con el no pago de la deuda. Por este programa venimos batallando desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad. Te invitamos a sumarte.