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El gobierno con IDEA: nuevas medidas a favor de las patronales

Publicado en El Socialista N° 482
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Escribe José Castillo

El gobierno peronista del Frente de Todos estuvo presente en el Coloquio de IDEA. El presidente Alberto Fernández asistió a la apertura y el ministro de Economía, Martín Guzmán, estuvo en el panel del último día. Recordemos que se trata de la reunión anual de lo más granado del empresariado concentrado nacional y extranjero, un auténtico “foro” donde el establishment económico da a conocer sus posiciones y exigencias frente a los gobiernos. Como dato de color, Néstor y Cristina Kirchner nunca asistieron. Más aún, la “excusa” que usó Néstor Kirchner para echar en 2005 a su entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, fue por su participación en este coloquio.

Alberto Fernández ya venía reuniéndose sistemáticamente con los principales patrones de la Argentina. Su presencia en IDEA “coronó” esta serie de actividades. Su discurso fue toda una serie de elogios y promesas al empresariado. Periodistas del diario Perfil descubrieron una perlita: sus palabras parecen casi calcadas del discurso que dio ante el mismo coloquio el entonces presidente Macri en 2016.

Sin embargo, todas las “señales amigables” que da el gobierno del Frente de Todos no parece alcanzarles a las principales patronales argentinas. Siguen exigiendo más. “Un plan”, dicen, que traducido es “más ajuste aún”. O medidas más claras para que vuelva la “confianza”. Nuevamente, traducido, más concesiones a las empresas, los bancos y el establishment económico. Sus economistas y periodistas insisten: la “dirección” de las medidas está bien, pero se necesitan “más”. Y, por supuesto, coronan todo esto con un dólar que sigue subiendo y brechas entre el oficial, el blue, los “contados con liqui” y MEP (dólares que usan los grandes especuladores para fugar).

¿Cómo viene respondiendo el gobierno a todo esto? Como en toda la cuarentena. No es cierto lo que sostienen algunos periodistas amigos del oficialismo de que Alberto Fernández está “resistiendo”. Al contrario.

La realidad es que se sigue profundizando el ajuste contra el pueblo trabajador. Las paritarias siguen congeladas, o acordadas con sumas fijas totalmente por debajo de la inflación. Las jubilaciones recibieron tres aumentos por decreto, donde el 100% de los trabajadores, incluyendo los de la mínima, terminaron recibiendo menos que lo que les habría correspondido si se hubiera aplicado la cláusula de reajuste suspendida por el Frente de Todos apenas asumió en diciembre. Ahora se está por aprobar una nueva fórmula de reajuste jubilatorio a aplicar a partir de 2021, se hará según la variación de los salarios y no de la inflación. O sea, con los datos de este año los jubilados volverán a perder más aún el año próximo. 

A esto sumémosle que se perdieron 3.750.000 puestos de trabajo, con sus consecuencias en términos de crecimiento astronómico del desempleo y la pobreza.

Y del otro lado hay una ya larga serie de medidas, que se profundizan día a día, de concesiones a las grandes empresas. A las que ya se vienen tomando desde que comenzó la pandemia (rebajas de salarios de 25%, ATP con el gobierno pagándole a las patronales hasta 50% de los salarios de montones de empresas, despidos, suspensiones y cierres de empresas dejados pasar sin sanciones) se suman las medidas del último mes. Veamos.

Se rebajaron las retenciones a los monopolios exportadores del agro y la megaminería. Ahora se sumaron subsidios a las petroleras y las gasíferas. Se anunció que, a partir del año próximo, se descongelan las tarifas de gas y electricidad. Se le brindaron nuevas concesiones a las grandes patronales de la llamada “economía del conocimiento”. Se anunció que el Estado se va a hacer cargo de pagar salarios de empresas que deban reestructurar sus deudas. Finalmente, en el propio Coloquio de IDEA, el ministro Guzmán dio a conocer toda una batería de medidas que benefician directamente a los especuladores financieros. Les rebajará los impuestos a las ganancias y bienes personales. Se eliminarán incluso las escasas medidas que existían para que les resultara menos fácil fugar vía el “contado con liqui”: se reducen los días que llevaba la operación, con el riesgo consiguiente, y se vuelve a permitir operar en ese mercado especulativo incluso a los fondos de inversión extranjeros. Hasta los diarios más cercanos al oficialismo dicen que esta medida tiene por objeto facilitar que puedan salir (léase “fugar”) fondos usureros internacionales como Templeton y Pimco, a los que hasta se les pondrá a disposición 750 millones de dólares de las casi inexistentes reservas del Banco Central.

Todo esto es para transitar el tiempo que lleva alcanzar el “premio mayor”, acordar el ajuste con el Fondo Monetario Internacional.

Así, sin dudas, no hay salida para el pueblo trabajador. El camino es exactamente el opuesto. Por eso insistimos en que es necesario otro plan económico, obrero y popular, que comience con dejar de pagar la deuda externa, romper con el FMI y, en vez de cederle todos los días algo nuevo a las grandes patronales, cobrarles un impuesto de verdad a las grandes riquezas. Para así, con todo ese dinero, volcarlo a resolver las más urgentes necesidades populares generadas por las dos pandemias, la sanitaria y la social.