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El ajuste del FMI y la eliminación del IFE

Publicado en El Socialista N° 487
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Escribe Guido Poletti

El gobierno de Alberto Fernández anunció que no pagará la cuarta cuota del IFE, dando fin a este programa. Así, nueve millones de familias que recibieron 10.000 pesos en las tres ocasiones en que se pagó este subsidio ya no lo cobrarán. Seamos claros, siempre dijimos que era un monto absolutamente insuficiente y, peor aún, que ni siquiera se pagaba todos los meses, por lo que terminaba siendo menos de 5.000 pesos mensuales por familia. Pero ahora el gobierno empeora la situación, millones no recibirán siquiera esta limosna. ¿Por qué? La respuesta es simple y sencilla por más que se la quiera esconder con discursos retorcidos: es parte de las exigencias de ajuste del Fondo Monetario Internacional.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, anunció que el IFE será reemplazado por los programas Potenciar Trabajo y Potenciar Inclusión Joven. Se trata de una auténtica cortina de humo. La realidad es que el Potenciar Trabajo es para personas que ya están incluidas en programas anteriores, como “hacemos futuro” y “proyectos productivos comunitarios”. Los beneficiarios están cobrando hoy 9.450 pesos, con el aumento de diciembre llegarán a apenas 10.293. Por su parte, el Potenciar Inclusión Joven sólo estará disponible para personas de entre 18 y 29 años, que cobrarán durante doce meses 8.500 pesos a cambio de una contraprestación laboral. Lo decimos con todas las letras, se trata de trabajo precario, con un sueldo miserable que alcanzará apenas a una porción menor de los que cobraban el IFE.

La pandemia del coronavirus no terminó, sanitariamente ni en sus consecuencias sociales. Por eso, todos aquellos que se han quedado sin ingresos deben acceder a un subsidio de 40.000 pesos por mes. En medio de la emergencia, es escandaloso que prime el programa de ajuste exigido por el FMI. Necesitamos otro plan económico, obrero y popular, que resuelva las más urgentes necesidades populares. Dejando de pagar la deuda externa, rompiendo con el Fondo e implementando un auténtico impuesto a las grandes riquezas alcanzaría y sobraría para financiar todos los programas que permitan atender las consecuencias del Covid-19.