Print this page

Crecen los contagios y las muertes en las escuelas/ Sin vacunas no puede seguir la presencialidad

Escribe Jorge Adaro, secretario adjunto de Ademys, Docentes en Marcha

El 29 de marzo falleció de Covid-19 el profesor de CABA Jorge Langone, afiliado de Ademys. El paro que convocamos puso en debate la grave situación que vivimos docentes, estudiantes y familias en este simulacro de clases presenciales. Llevamos nuestras denuncias a programas de radio y TV y en TN estuve defendiendo a la docencia ante los ataques reaccionarios de algunos invitados, como la funcionaria Guillermina Tiramonti.

Jorge no fue el primer docente en el país fallecido por Covid-19, lamentablemente esta semana ya son más, pero sí generó mucha indignación en la docencia porteña porque demostró trágicamente la veracidad de las denuncias que venimos realizando. Ante la muerte de un docente, los sindicatos de las provincias y la burocracia de Ctera deberían haber tomado la misma actitud que Ademys, pero sus conducciones kirchneristas mantienen un vergonzoso pacto con el gobierno de Alberto Fernández y permanecen inactivas y abandonan los reclamos docentes.

A cuatro semanas del retorno a la presencialidad se confirmó nuestra denuncia de que la política de Larreta-Acuña, que es la misma que nacionalmente aplican Fernández-Trotta y los gobernadores, es criminal. Crecieron exponencialmente los contagios y, aunque el gobierno quiere responsabilizar a las personas por sus “descuidos”, la única medida que puso en movimiento a millones al encuentro con el virus y su esparcimiento y que explica esta explosión de casos fue el regreso a la presencialidad escolar. Y si no han sido más los docentes contagiados y fallecidos es porque en ningún lugar se implementó realmente el absurdo protocolo gubernamental de las “burbujas cotidianas de treinta alumnos”, sino que en cada escuela docentes y muchos directivos han creado sus propios protocolos. Todos los que tienen hijos en edad escolar saben que las “clases presenciales normales” son un simulacro, no existen.

Esta “nueva ola” de la pandemia, que hizo saltar las mediciones de riesgo epidemiológico en todas las provincias, potencia los peligros de contagios en las escuelas y, ni hablar, en el transporte público. Es una minoría ínfima de docentes la que ha recibido la primera dosis de la vacuna. Y se confirma que hay un alto porcentaje de niños y adolescentes contagiados que tira por la borda otra de las mentiras gubernamentales, que los niños no contagian ni transmiten el virus.

Así no se puede seguir. Hay que frenar ya la presencialidad tal como está, retomando un sistema de virtualidad hasta que los docentes y estudiantes estemos vacunados. Para eso tenemos que exigir al gobierno que las millones de dosis que están en el laboratorio de Garín, en Buenos Aires, se incauten y se vacune a todos. Además, entregar ya computadoras y conectividad gratuita para docentes y estudiantes para retomar la virtualidad sin dejar a nadie por fuera del sistema educativo.

Para esto debemos reclamar a las conducciones sindicales docentes en cada provincia y a la burocracia de Ctera que rompan su pacto con Fernández y los gobernadores, tomen estos reclamos y llamen a un plan de acción para lograrlos.

Llamamos al conjunto de las conducciones docentes antiburocráticas y combativas a que retomemos la coordinación y resolvamos medidas de acción unificadas para defender la educación pública, la salud y la vida de docentes, estudiantes y familias.