Escribe Simón Rodríguez, dirigente de la UIT-CI*

El 20 de abril, el ex policía Derek Chauvin fue condenado por el asesinato de George Floyd. Un jurado lo declaró culpable de las tres imputaciones, asesinato en segundo y tercer grado y homicidio en segundo grado. 

Fue un triunfo de la rebelión antirracista en cuyo transcurso salieron a las calles más de 20 millones de personas en marchas gigantescas en cientos de ciudades de todo el país, sobrepasando a la represión de la policía y de la Guardia Nacional, incendiando locales policiales y derribando estatuas y monumentos racistas.

Se espera que la condena [...] sea de más de diez años de cárcel. El fallo fue celebrado por la juventud y las comunidades que constataron que con su movilización se pudo abrir una brecha en las prácticas de instituciones racistas [...]. Se marcó un hito histórico. [...] Es la primera vez en la historia del estado de Minnesota que un policía blanco es condenado por asesinar a un hombre negro bajo su custodia.

[...] La policía emplea métodos violentos siete veces más frecuentemente contra negros que contra blancos en la capital estadual, Minneapolis. [...] Entre 2005 y 2017 fueron asesinadas alrededor de mil personas por año por la policía en los Estados Unidos. En todo ese período solo veintinueve policías fueron condenados por asesinato u homicidio involuntario (BBC, 15/4/2021).

La movilización derrotó a la impunidad

El primer reporte policial de aquel 25 de mayo fue un intento de encubrir el asesinato de Floyd. [...] El arresto se habría realizado sin incidentes, pero al notar los efectivos que el “sospechoso” parecía “estar sufriendo algún padecimiento médico” solicitaron asistencia médica, lo que no evitó que falleciera luego en un centro médico. 

Pero el asesinato de Floyd, a quien se acusó de haber comprado cigarrillos con un billete falso, fue grabado en video por varias personas, [...]. Durante nueve minutos Floyd fue asfixiado por Chauvin con la ayuda de otros tres policías, cuyo juicio se realizará en los meses venideros. 

Alivio y nerviosismo entre los capitalistas

El presidente Biden se mostró “aliviado” por la condena, reflejando la reacción más extendida entre los capitalistas, temerosos de un nuevo estallido de ira popular si el racista Chauvin era absuelto. [...] Con cinismo, Biden pretende ponerle el nombre de Floyd a una ley de reforma policial. Durante las protestas del año pasado la recomendación de Biden era no disparar a matar sino “a las piernas”.

Como parte del esfuerzo por lavar la cara del régimen, el fiscal general Merrick B. Garland anunció un día después de la sentencia contra Chauvin que se abrirá una nueva investigación [...] para determinar si el Departamento de Policía de Minneapolis lleva a cabo prácticas inconstitucionales o ilegales, si hay patrones de brutalidad represiva, discriminación u otras prácticas.

Pero otros sectores no pueden ocultar su resentimiento ante el resonante triunfo de la lucha antirracista. El Wall Street Journal del 20 de abril se lamentó de que la condena de Chauvin no será vista como la demostración de que el sistema funciona, sino como un triunfo de las protestas “ilegales”.

Mientras habla de reformas y de superar el racismo, el régimen sigue apretando sus tuercas con la aprobación de veintinueve leyes estaduales represivas que atacan el derecho a la protesta. [...] Una de las leyes, aprobada en Florida el día antes del fallo contra Chauvin, permite criminalizar a personas que participen en protestas en las que haya violencia, aunque no hayan cometido ningún acto violento.

Las tareas pendientes

Siguen impunes miles de asesinatos racistas [...]. La lucha por llevar a la cárcel a los policías racistas y asesinos continúa, fortalecida por la condena a Chauvin. [...] Durante las protestas antirracistas de 2020 se produjeron miles de detenciones, cientos de personas resultaron criminalizadas y muchas continúan tras las rejas. Es importante continuar luchando por una amnistía general para todos los luchadores antirracistas. [...]

Las ilusiones en que la condena de Chauvin marca un viraje, alimentadas por Biden, su gobierno del Partido Demócrata y otros políticos del sistema, no tienen asidero en la realidad. La brutalidad policial racista no se ha detenido. [...] 

Hay alrededor de 800.000 agentes policiales en los Estados Unidos, un verdadero ejército cuyo enemigo es el pueblo pobre y trabajador, al que los capitalistas necesitan mantener a raya en medio de la abismal desigualdad social. [...] Los sectores más oprimidos y explotados de la clase trabajadora son los afroamericanos, los inmigrantes y los indígenas, contra ellos se ensaña la violencia [...] sea bajo gobiernos demócratas o republicanos.

Ninguna reforma policial puede apuntar a modificar esta función del aparato represivo capitalista. [...] el gobierno capitalista e imperialista de Biden, por más presión que se ejerza sobre él, no va a realizar una reforma que cambie la función social de la policía, mucho menos va a abolirla y renunciar a una herramienta fundamental para mantener los mecanismos de la explotación en funcionamiento. 

La rebelión antirracista logró la condena de Chauvin y fue un factor decisivo para la derrota política y electoral de Trump. [...] Quedan muchas batallas por delante. La destrucción de la policía es una tarea revolucionaria que solo pueden llevar a cabo los trabajadores, la juventud y las comunidades oprimidas en la medida en que puedan construir sus propias organizaciones políticas [...] y sus gobiernos, en última instancia instaurando un poder obrero y popular. Solo entonces podremos decir que se hizo justicia a las víctimas de este sistema de opresión y explotación.

22 de abril de 2021

*Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional

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