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¡Aumento salarial de emergencia ya!

Publicado en El Socialista N° 499
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Escribe Guido Poletti

Los precios de los productos de la canasta familiar siguen aumentando, semana a semana. Sólo en los últimos seis meses, según las propias estadísticas oficiales, los salarios perdieron el 7%. Que se suma al 25% perdido en los tres años anteriores. Lo mismo pasa con las jubilaciones, la mayoría en el nivel de la indigencia y con una fórmula de reajuste inaugurada en marzo donde ya los precios le ganaron de lejos al aumento.
Mientras esto sucede, el pacto de la CGT y las CTA con el gobierno ya asume características vergonzosas. El salario mínimo fue ajustado a apenas 29.000 pesos, ¡a los que se llegaría el año que viene! Este monto ya hoy representa apenas un tercio de los 92.000 que requiere una familia tipo como mínimo para vivir, según calculan los trabajadores de ATE-Indec.

Los burócratas de los grandes gremios van cerrando sus paritarias con porcentajes de “aumento” que van entre un 30 y un 35%, a pagar por las patronales en cómodas cuotas. Y ya ni siquiera existe lo que formalmente se firmaba en años anteriores, una cláusula gatillo que obligara automáticamente a reabrir la negociación si los salarios quedan retrasados con la inflación. Ahora eso es reemplazado por etéreas “cláusulas de revisión”,de imposible cumplimiento
Los burócratas siguen al pie de la letra el camino trazado por el gobierno: el doble discurso de que los salarios se “recuperarían” este año porque la inflación oficial fue presupuestada en 29%. ¡Cuando en sólo los primeros tres meses del año ya acumula el 13% y se calcula que va a terminar arriba del 50 por ciento!

Pero en las últimas semanas algo empezó a cambiar. Los trabajadores de la salud de Neuquén marcaron el camino. Rebelándose ante la traición de la burocracia de ATE que había pactado un aumento de apenas el 15%, se autoconvocaron, pararon, se movilizaron, hicieron cortes de rutas y, tras una lucha durísima, lograron un incremento de 53% y el pase a planta de 1.350 trabajadores eventuales y precarizados. Surgió la Interhospitalaria, un nuevo organismo de lucha, que permitió alcanzar un triunfo enorme, ya que el aumento se traslada a todos los trabajadores de la provincia.
Es un ejemplo importantísimo de que luchando se puede ganar. Lo demuestra también el sindicalismo combativo con los trabajadores del Neumático del Sutna, que lograron un 54% de aumento. Por eso hoy, más que nunca, hay que apoyar y coordinar todas las luchas. Las que vienen dando los docentes de la Ciudad de Buenos Aires, la de los docentes universitarios; las luchas enormes de los trabajadores de la Salud de los hospitales Larcade, Malvinas Argentinas o la clínica Constituyentes, entre otras. También la dura pelea que están dando  los trabajadores del citrus en Tucumán, los vitivinícolas de Mendoza, los portuarios de la Terminal 5 del Puerto de Buenos Aires, los trabajadores de Ambassador de Ushuaia y los empleados de los servicios fúnebres.

Es la reacción, que recién comienza, contra el gobierno de Alberto Fernández que no otorgó ninguna medida para combatir la pobreza en medio de la segunda ola de la pandemia. Ni en salarios, ni en jubilaciones. Y que incluso se niega a pagar un nuevo IFE. Mientras, como contrapartida, ya lleva pagados desde que gobierna 7.100 millones de dólares a los pulpos acreedores.
¡Se va más plata para la deuda y el FMI que en ayuda social a los efectos de la pandemia!
Por eso, desde la izquierda y el sindicalismo combativo le exigimos a la CGT y las CTAs que rompan el pacto con el gobierno y convoquen a un auténtico plan de lucha por un aumento salarial de emergencia y por la reapertura de todas las paritarias. Porque, como el ejemplo de Neuquén nos lo demuestra, si se pelea, se organiza a las compañeras y compañeros y se debate y vota en asambleas, se unifica y coordina las luchas se puede ganar.