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Un salario que no es mínimo, ni vital ni móvil

Publicado en El Socialista N° 543
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Escribe Guido Poletti

Se pactó un salario “Mínimo, Vital y Móvil” que consolida la pobreza. Si la canasta oficial para salir de la misma asciende a 111.000 pesos, el resultado está a la vista. El aumento tendría que haber sido del 130%, no de un 21% y en cuotas como pactaron el gobierno, los empresarios y la CGT.

Finalmente, se fijó un monto que lo lleva a 57.900 recién para el mes de noviembre. Habrá una primera cuota de incremento en septiembre, que lo llevará de los actuales 47.850 a 51.200 pesos, luego otra en octubre (a 54.550) para alcanzar finalmente los 57.900 en el penúltimo mes del año.

La reunión del Consejo del Salario Mínimo fijó ese monto con 30 votos a favor, entre ellos vergonzosamente los de los representantes de la CGT, en una nueva señal de que la burocracia mantiene su pacto con el gobierno y deja correr el ajuste. La CTA de Yasky se abstuvo para salvar la ropa y el único voto en contra fue el de la CTA Autónoma de Ricardo Peidró, por supuesto de que sin hacer el más mínimo gesto de movilizar para que esto cambie. Muy lejos quedaron todas las “exigencias” que en los días previos hacían escuchar los burócratas de las diferentes centrales.

La realidad es que el salario mínimo se viene deteriorando sistemáticamente contra la inflación. Desde el comienzo del gobierno del Frente de Todos, los precios subieron un 270,9% y el salario mínimo apenas un 243,1%. Se trata de apenas 160 dólares, de lejos uno de los más bajos del planeta.

El valor del salario mínimo es muy importante. De él depende el monto de los planes sociales  “Potenciar Trabajo” (que reciben un importe equivalente al 50% de dicho salario), de la jubilación mínima (que por ley no debe quedar por debajo) e incluso de los salarios iniciales de algunas actividades, que hoy están tan bajos que orillan dicho monto.

El Salario Mínimo Vital y Móvil, según la propia ley, debe garantizar alimentación, vivienda, educación, vestuario, salud, transporte, esparcimiento y vacaciones. ¿Se puede lograr esto con 57.900 y encima recién en noviembre? Parece una burla. Hay que exigir a la CGT que rompa el pacto con el gobierno y las patronales y llame a un paro general y a un plan de lucha nacional por un inmediato aumento salarial y jubilatorio al valor de la canasta familiar, calculada por los trabajadores de ATE Indec en 179.990 pesos. Este número, ajustado mensualmente por inflación, que es ¡tres veces más! de lo acordado para noviembre por el Consejo del salario, es el que permitiría garantizar aquello a que se compromete la ley de Salario Mínimo, Vital y Móvil.