Print this page

Un presupuesto a la medida del FMI

Publicado en El Socialista N° 546
Tags


Escribe José Castillo

El gobierno peronista del Frente de Todos presentó en el Congreso Nacional el proyecto de presupuesto 2023. Además de los dibujos y las mentiras de todos los años, contiene una verdad: ahí está planteado el ajuste que exige el Fondo Monetario Internacional.

Como todos los meses de septiembre, hizo su ingreso al Congreso el proyecto de presupuesto para el año próximo. ¿Para qué discutirlo si sabemos que está dibujado y la mayoría de los números que ahí aparecen son mentira? Muy simple, porque es exigencia del FMI que se apruebe conteniendo las metas de ajuste para el año que viene.

Esto es lo central. Si el gobierno se comprometió a terminar este año con un déficit fiscal de no más de 2,5% del PBI (y para eso está llevando adelante el ajuste que sufre día a día el pueblo trabajador), el acuerdo con el Fondo dice que dicho ajuste debe ser mayor aún el año próximo: hay que llegar a bajar el déficit hasta 1,9% del PBI. A esto le agregamos que la meta monetaria de cuánto puede asistir el Banco Central al Tesoro (para que se entienda: cuanto es el máximo que puede emitirse) debe reducirse a apenas 0,6% del PBI (del 1% actual).

El FMI quiere que se vote esto. Compromete para ello al oficialismo del Frente de Todos y a la oposición patronal de Juntos por el Cambio. Hernán Lacunza y Luciano Laspina, los economistas de PRO que salieron a fijar la posición de dicho partido, ya adelantaron que podrían “votar a favor o a lo sumo abstenerse”. Es que saben que el Fondo exige que “quede escrito” el compromiso de ajuste para el año que viene.

La ley anexa: se viene un nuevo blanqueo

Pegado al presupuesto viene la ley de “incentivo a la inversión, construcción y producción argentina”. Consiste, en concreto, en autorizar a las grandes empresas y multimillonarios a poder usar parte de sus dólares fugados en nuevos emprendimientos, sin que nadie les pregunte el origen de los fondos ni les exija que paguen los impuestos adeudados. Una ley a la medida, además, de todos los negocios delictivos habidos y por haber, como el narcotráfico, la trata de personas o armas y un largo etcétera. Es la forma en que el gobierno del Frente de Todos tratará desesperadamente de hacerse de algunas divisas de más para mostrarle al FMI que cuenta con las reservas para hacer frente a los vencimientos de deuda.

Pagos netos al FMI

El acuerdo con el Fondo estableció que este año 2022, junto con cada revisión del organismo, llegaría un dinero exactamente igual a cada vencimiento con el organismo. O sea, la plata “entra” a la Argentina, e inmediatamente “sale” para pagar cada cuota que vence con el FMI.

En 2023 será distinto, el dinero que aportará el Fondo será mucho menos a los vencimientos con dicho organismo. Habrá que pagarle al FMI 4.000 millones de dólares en efectivo, saliendo de nuestras reservas. Por supuesto que el gobierno ya nos dice que “no nos preocupemos”, que para eso conseguirá nuevos préstamos, del BID, el Banco Mundial o la Corporación Andina de Fomento. Aunque lo logre, solo significará más endeudamiento que habrá que pagar a futuro, agrandando una bola de nieve ya imparable.

Las mentiras

Por supuesto, el proyecto de presupuesto no deja de tener las mentiras de siempre. Vamos a la más importante: dice que la inflación bajará al 60% anual.

Y el dólar va a estar a 270 en diciembre de 2023.

Ya lo anticipamos: es un vulgar engaño. Colocado para disimular el desastre económico que continuará el año próximo, sin duda. Pero también para después, cuando la inflación sea superior, tener las manos libres para que los salarios, las jubilaciones, los planes sociales y las partidas destinadas a salud, educación o vivienda suban menos que los precios y así, por esa vía, llevar adelante el ajuste.

En síntesis, hay que repudiar este presupuesto, a la medida del FMI, y por supuesto votarlo en contra. Y oponerle lo que planteamos desde siempre, otro programa económico, obrero y popular, que partiendo de no pagar la deuda externa y romper con el FMI priorice las urgentes necesidades del pueblo trabajador, de salario, trabajo, educación, salud y vivienda.