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¿Hay que apoyar al peronismo para que no venga la derecha?

Publicado en El Socialista N° 552
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Escribe Adolfo Santos

El presidente Alberto Fernández difundió en estos días un par de spot publicitarios, en modo electoral, criticando al ex presidente Macri, tratando de mostrarse como una opción diferente a la gestión anterior. El objetivo del presidente es frenar el desbande de sectores peronistas desilusionados con su gobierno. Sin embargo, cuando el peronismo habla de los cuatro años de la derecha macrista en el gobierno, hay que recordarle que fue cómplice de las políticas aplicadas por el PRO y los radicales de Cambiemos durante ese período. Los gobernadores y parlamentarios peronistas y los dirigentes de la CGT dejaron pasar los ajustes y no organizaron a la clase trabajadora y demás sectores populares para enfrentar a ese gobierno derechista.

Con el argumento de que si vuelve la derecha será para aplicar tarifazos y atacar derechos -lo que es verdad- se está encubriendo que en estos últimos años el gobierno peronista fue el que ha profundizado el ajuste, aumentado los niveles de pobreza e indigencia, precarizado el trabajo, desvalorizado los salarios y robando a los jubilados y pensionados para cumplir con el FMI. Eso es lo que produce desilusión y ruptura de importantes sectores con el peronismo.

Los políticos peronistas, cuando son gobierno, aplican globalmente políticas similares a administraciones de derecha, independientemente de los discursos más radicalizados. No actúan con independencia política ni en defensa de la soberanía como nos quieren hacer creer, son ejecutores de los planes impuestas por el FMI y gobiernan junto a los  intereses económicos de los poderosos. Al igual que el gobierno de Cambiemos, el peronismo paga puntualmente la deuda externa, le hace grandes concesiones a los sojeros y grandes empresarios, entrega la soberanía a las multinacionales como en Vaca Muerta o Veladero e impulsa duros ajustes contra los trabajadores.

Aunque tengan diferencias, no hay un peronismo de izquierda y otro de derecha. Daniel Scioli dice que si no se presenta Alberto Fernández postulará su candidatura. Scioli es embajador en Brasil, ex vicepresidente de Néstor Kirchner y ex gobernador de la Provincia de Buenos Aires, quien mantiene buen diálogo con Horacio Rodriguez Larreta y se ufana de las excelentes relaciones que construyó con Bolsonaro. Como él mismo reconoce: “Más a la derecha que yo, ¿qué hay?”.

El peronismo acusaba a Massa de ser agente de la derecha y ahora lo convirtió en una pieza clave de este gobierno apoyado por Cristina, los gobernadores y la CGT. Hasta el “rebelde” Pablo Moyano se ha convertido en su “fiel soldado” en el supuesto combate a la inflación, controlando depósitos de supermercados, una verdadera cortina de humo, como si Massa no supiera quienes son los formadores de precio y generadores de la inflación. En vez de estar discutiendo un plan de lucha para impedir las pérdidas salariales, los dirigentes burocráticos peronistas son colaboradores de un proyecto económico responsable de una inflación que en 2022 rozó el 100% y aplica un brutal ajuste.

¿Y Cristina? Solo le preocupan sus causas judiciales. En el reciente acto en Avellaneda no dijo nada de la inflación, no pidió aumento de salarios y nada señaló sobre el sometimiento al FMI. Cristina es la que dice “El capitalismo se ha demostrado el sistema más eficiente y eficaz para la producción de bienes y servicios que necesita la humanidad”, mientras en el mundo y especialmente en nuestro país crecen la pobreza y la indigencia, y la desigualdad social alcanza índices obscenos. El mismo capitalismo que defienden Larreta y Milei.

Está claro que hay que combatir al macrismo, a la derecha tradicional y a las políticas reaccionarias del liberfacho Milei que representa la fase decadente de un capitalismo cada vez más destructor y saqueador. Pero la opción no es el peronismo que está aplicando un mayor ajuste y enormes tarifazos, echándole la culpa a la herencia macrista mientras reconoció el escandaloso endeudamiento de Macri con el FMI. Claramente no es una alternativa capaz de generar bienestar a los trabajadores y sectores populares, por eso pierde base social.

No se combate a la derecha con políticas de derecha. La única opción para derrotar a los gobiernos derechistas no pasa por ninguna opción falsa tildada de “nacional y popular”, sino por una política de izquierda como la encarnada en el Frente de Izquierda Unidad.