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¿Cómo sería un gobierno de la izquierda y la clase trabajadora?


Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad

Izquierda Socialista viene postulando que gobierne la izquierda y las y los trabajadores. Una primera aclaración sobre el tema es decir que eso nunca ocurrió en Argentina. Nunca hubo un gobierno de izquierda y la clase trabajadora. De paso es bueno señalar que no tenemos nada que ver con aquellos gobiernos que se muestran como una falsa izquierda, cuando son gobiernos capitalistas que nos llevaron al desastre, en Argentina y Latinoamérica. En concreto, nada tienen que ver con la “izquierda” el peronismo, Maduro en Venezuela, el dictador Ortega en Nicaragua, ni Boric en Chile o Lula en Brasil. Esto vale como aclaración ante muchos medios de prensa que confunden hablando de kirchnerismo como sinónimo de izquierda. No tenemos nada que ver con el peronismo ni con sus falsas campañas. Hoy el peronismo es sinónimo de hambre, pobreza y sometimiento porque gobierna para los grupos concentrados y el FMI. O el impresentable de Milei, que tilda a todo lo que se le cruza de “socialismo y de izquierda”, incluso a Larreta o a Biden de Estados Unidos, para justificar su fundamentalismo capitalista-imperialista.

Dicho esto, señalamos que un gobierno de izquierda significaría poner todas las riquezas que generan las y los trabajadores al servicio de combatir la pobreza, los salarios y jubilaciones miserables, la desigualdad social. Cómo puede ser que en un país rico que tiene de todo el pueblo trabajador y sectores populares se hundan en la desesperación al no tener acceso a lo mínimo para subsistir. Esto es así porque Argentina es un país capitalista que mantiene una estructura social en beneficio de unos pocos: los grandes empresarios, banqueros, multinacionales y terratenientes. Agravado por el sometimiento con el Fondo Monetario Internacional, que le agrega un peso específico al saqueo y al sometimiento vía una deuda externa usurera y fraudulenta.

Un gobierno de izquierda dejaría de pagar esa estafa mal llamada “deuda” para cumplir con la deuda social con el pueblo trabajador. Si Argentina se desprendiera de las cadenas que nos atan a las potencias imperialistas y al FMI sería un país con “soberanía política, justicia social e independencia económica”, las consignas que sigue repitiendo el peronismo mientras hace lo opuesto.

No es cierto que Argentina está en semejante desastre porque “hay muchos impuestos que agobian a los empresarios y no los dejan invertir” o que “hay mucho gasto con los planes sociales” como dice la centroderecha del macrismo o los liberfachos de Milei. Tampoco es cierto que el peronismo “está haciendo todo lo posible para mejorar las cosas pero no lo deja la derecha, los medios adversos o la justicia”. No. A todos los une la defensa de este sistema capitalista explotador y depredador.

Un gobierno de la izquierda y de las y los trabajadores expulsaría a las multinacionales explotadoras que nos roban el petróleo, el gas, el litio y demás bienes comunes; nacionalizaría la banca y el comercio exterior para frenar la fuga de capitales; terminaría con el robo y saqueo de las privatizadas, reestatizando todos los servicios públicos esenciales para que haya tarifas accesibles, y con un plan económico obrero y popular que erradique los males sociales.

¿Cómo no va a ser mejor que gobiernen las y los docentes que defienden todos los días la educación pública a pesar de sus salarios miserables? ¿Cómo no vamos a vivir mejor si a la salud la pasan a administrar, controlar y gestionar las y los médicos, enfermeros, trabajadores y demás equipos técnicos, terminando con el negocio capitalista de la salud privada, conquistando un sistema de salud único, estatal, nacional y gratuito para millones? Si las escuelas, hospitales, viviendas y calles las hacen los obreros de la construcción, ¿cómo les vamos a dejar la obra pública para que se beneficien los Lázaro Báez o Benito Roggio?

De lo que se trata es de que gobiernen los que nunca gobernamos, la izquierda y la clase trabajadora, para que de la mano de un programa de fondo como levantamos desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad, junto a la juventud, jubiladas y jubilados, mujeres y disidencias y pequeños comerciantes, apliquemos un plan económico, político y social diametralmente opuesto al que nos vinieron imponiendo. Este tipo de gobierno impondría una Argentina socialista con plena democracia para el pueblo trabajador, construyendo un sistema socialista de manera planificada, racionalmente, poniendo todos los recursos humanos y materiales para combatir los males capitalistas.