El gobierno de Macri y su ministro Bullrich tuvo que ceder y, por primera vez, hacer una propuesta real a la docencia universitaria, ya que las anteriores sólo merecían ser calificadas de provocaciones. Lo central de la propuesta macrista es un incremento de 16% al básico a cobrar en el mes de junio; y otro incremento del 15% en diciembre. Y la reapertura de la paritaria a comienzos de 2017.
Objetivamente obligamos al gobierno a sentarse a negociar seriamente. Y eso es nuestro gran triunfo a la fecha. A la vez, debemos insistir en que aún estamos lejos de nuestro reclamo original del 45%. Venimos de años de arreglos salariales a la baja, con salarios muy deteriorados, producto de la gran capitulación de la Conadu que bajo el gobierno kirchnerista firmó una escandalosa paritaria por 16 meses. La actual propuesta del 31%, y más aún recién en diciembre, no cubre siquiera los índices de inflación que se darían en las visiones más optimistas del propio gobierno macrista. Por otra parte, no se reconoce ningún tipo de retroactividad, que nos permitiría recuperar, así sea en parte, lo ya perdido. Y todo esto sin siquiera poner en consideración que seguimos estando muy lejos de nuestros reclamos históricos -la media canasta familiar para el cargo testigo-, la eliminación del impuesto al salario -que cada vez alcanza a más docentes universitarios- y la plena vigencia de nuestro convenio colectivo de trabajo.
Nuestra lucha salarial es sólo una parte, muy importante por cierto, de una gran rebelión educativa en curso por un verdadero aumento presupuestario. Los 500 millones de pesos "ofrecidos" por el macrismo son completamente insuficientes. Como lo han explicitado docentes, no docentes, estudiantes, e incluso algunas autoridades universitarias, no alcanzan siquiera para el funcionamiento normal ya previsto en 2016. No permiten pagar los servicios (gas, electricidad, agua), las becas ni los insumos de investigación. Y además quedan una vez más sin considerar los reclamos históricos pendientes, como el salario para los ad honorem y los temas urgentes de infraestructura de muchas universidades.
La lucha en defensa de la educación pública tiene también este año un gran desafío: imponer el boleto educativo, que, con los tarifazos del macrismo, se ha transformado en una reivindicación más urgente que nunca. Ya hubo cuatro marchas por el boleto educativo y está convocada una quinta. Es muy importante que los docentes universitarios, con la Conadu Histórica a la cabeza, articulemos nuestra lucha con este reclamo y así potenciemos ambas.
Nuestra lucha no está aislada. Es parte de una enorme pulseada nacional que está dando toda la clase trabajadora contra las medidas de ajuste de Macri y de los gobernadores. Con la autoridad que nos da estar llevando adelante un plan de lucha ejemplar, y luego de la histórica marcha del jueves pasado, creemos que, cómo plantearon en Plaza de Mayo nuestros compañeros Nicolas Nuñez -Comisión Directiva de la FUA- y Jorge Adaro -Secretario General de Ademys-, la Conadu Histórica debe reclamar un paro general de las centrales obreras (CGT y CTA).
Compañeras y compañeros: hay fuerza para seguir. Podemos ir por más. Proponemos seguir con el plan de lucha, con medidas de fuerza con modalidad a determinar colectivamente en la semana del 23 al 27 de mayo, que confluyan con la marcha por el boleto educativo ya convocada por todas las corrientes estudiantiles agrupadas en la FUA para el viernes 27 de mayo, por presupuesto, salario docente y boleto educativo. Porque podemos derrotar el ajuste de Macri.
Sigamos fortaleciendo este gran movimiento en defensa de la educación pública que supimos poner en las calles.
Docentes Universitarios de Izquierda Socialista