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Un 2021 dónde seguimos luchando contra la depredación del ambiente y el saqueo

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Después de un 2020 cruzado por innumerables luchas ambientales en nuestro país, entramos a un 2021 donde la lucha ambiental no se detiene (y los conflictos para enfrentarlos tampoco).
Todo esto no es simplemente una particularidad de nuestro país. Somos parte de un inmenso movimiento mundial de lucha por el ambiente, que empezó a masificarse en 2019 a partir de las huelgas por el clima.

Nuestro continente latinoamericano, a su vez, ya venía de una larga serie de conflictos, en particular contra el saqueo de los recursos y la contaminación consiguiente. En este marco, nuestro país tiene un largo recorrido de peleas contra la megaminería, prácticamente desde su instalación en los comienzos del gobierno kirchnerista. A ello también debemos sumarle las luchas en defensa del bosque nativo y contra las multinacionales como Monsanto en Córdoba. O los diversos conflictos contra los basurales y las fábricas contaminantes en las zonas industriales del conurbano. En el último período fue ganando importancia la defensa de los humedales, en riesgo por el avance de la frontera sojera y los incendios (causados por el calentamiento global, pero también intencionalmente).

El año pasado, se sumó un nuevo tema, el proyecto de instalación de megafactorías porcinas en nuestro país, que dio lugar a las movilizaciones con la consigna “no al acuerdo porcino”. Y nunca debemos olvidar el siempre presente repudio de numerosas comunidades a la extracción de gas y petróleo por métodos no convencionales (fracking) en Vaca Muerta.

Todas estas luchas, con sus distintas dinámicas, fueron generando un creciente activismo ambientalista. Donde se mezclan y entrecruzan los viejos luchadores de las peleas de años anteriores con una nueva generación, mayoritariamente juvenil, que ingresa a la lucha al calor del crecimiento del movimiento ambientalista a escala internacional.

Ambiente en Lucha, conformado por compañerxs de Izquierda Socialista más independientes,  nace el año pasado al calor de esta realidad, siendo parte de estas peleas, con un programa anticapitalista, que plantea que no hay salida para la crisis ambiental planetaria sin terminar con el capitalismo. Y que, en nuestros países, la depredación ambiental está íntimamente ligada al saqueo de nuestros recursos, para cumplir con los pagos de la usuraria deuda externa. Hacemos unidad de acción con todos aquellos, que más allá de sus diferentes perspectivas y programas, quieran salir a pelear por la defensa de nuestro ambiente y contra el saqueo.

En el camino transitado durante el año pasado, fue quedando claro, para un sector importante del activismo ambiental, el doble discurso del gobierno de Alberto Fernández y Cristina. Que por más que hagan discursos demagógicos sobre el tema, sigue adelante y tiene como políticas prioritarias avanzar con la instalación de las megafactorías de cerdos y con  la explotación de Vaca Muerta. Que apoyaron y apoyan todos los proyectos megamineros provinciales, empezando por el de Chubut. Que hace la vista gorda frente a todas las violaciones a la legislación ambiental que realizan empresas transnacionales y locales, terratenientes y monopolios de exportación de soja. Un gobierno, el del Frente de Todos, que al igual que los provinciales de distinto signo político, no le importa en absoluto el ambiente y sigue priorizando la depredación. Destinanod incluso recursos írrisorios para atender desastres como los incendios de bosques en la Patagonia.

Entramos a 2021. Con una agenda de luchas internacionales en las que ya estamos participando y seguiremos haciéndolo, ya que somos parte de un movimiento mundial. Pero también sabemos que tenemos que darle continuidad a las peleas en curso. Dentro de ellas tiene un destaque prioritario la enémisa intención del gobierno peronista de Arcione de permitir la instalación de la megaminería en Chubut. Pero también tenemos que seguir peleando para rechazar el acuerdo porcino. Y continuamos defendiendo los humedales.  A lo que ahora se agrega el debate por la Hidrovía del Paraná. Sabemos que tenemos muchas otras peleas, a lo largo y ancho del país, en todos los lugares donde estamos presentes como Ambiente en Lucha. Luchas viejas que se reactivan y nuevas que aparecen. Seguiremos siendo parte de todas ellas, dando nuestro apoyo incondicional para que triunfen.

También sabemos que en el movimiento ambientalista hay muchos debates. Fraternalmente queremos intervenir en algunos de ellos. El primero, obviamente, tiene que ver con el horizonte de la propia militancia ambientalista. Que para nosotros tiene que ser claramente antiimperialista, anticapitalista y socialista. Porque el capitalismo imperialista es el principal responsable de que hoy esté en riesgo la propia vida sobre el planeta, nuestra casa común. La segunda discusión es en relación a las causas por las que se somete al saqueo y la destrucción de las riquezas y el ambiente de nuestro país. Desde Ambiente En Lucha insistimos en el lugar preponderante que tiene en esto el pago de la deuda externa. Los gobiernos (el de los Kirchner en su momento, luego el macrismo y ahora el actual de Alberto Fernández) están dispuestas a destruir lo que haya que destruir, y entregar al saqueo todas y cada una de nuestros recursos, renovables o no, con el objetivo de obtener divisas para cumplir con los pagos a los buitres acreedores de la deuda externa.  Esto vale para el fracking de Vaca Muerta, para la megaminería, para el acuerdo porcino, para la extensión de la frontera, y para la entrega de los ríos a costa de la flora y fauna y el acceso vedado de la población a su disfrute.

También queremos plantear la discusión de la relación que existe entre el desastre ambiental y la pandemia del coronavirus. Porque la búsqueda insaciable de ganancias es uno de los motivos por los que se extienden enfermedades (vía la zoonosis, el traspaso de virus de origen animal a los seres humanos). Y también por las que, una vez extendidas, no se avanza en las soluciones. Por eso queremos discutir la importancia de la campaña por la eliminación a escala mundial de las patentes medicinales, detentadas en muchísimos casos por multinacionales y laboratorios que son los mismos que participan de la depredación ambiental.

Un tema importante es como pelear. Con unidad, sostenemos. Por eso fuimos impulsores y somos defensores de la Coordinadora de Basta de Falsas Soluciones. Al mismo tiempo que promovemos la unidad para pelear con cualquier otra organización que, en su lugar, esté honestamente al servicio de ganar las luchas.

Te invitamos a leer esta publicación. A comentarla, discutirla y hacerla circular entre tus compañerxs y entre los activistas de la lucha ambiental. Y, por sobre todo, te invitamos a sumarte a Ambiente en Lucha. Porque este año, sin duda, necesitaremos fortalecer más que nunca esta herramienta al servicio de las peleas en curso y las que se vienen.