Apr 16, 2024 Last Updated 4:53 PM, Apr 16, 2024


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa (CABA) de Izquierda Socialista/FIT Unidad

Con cinco votos a favor y cuatro en contra, la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el viernes 24 el fallo Roe vs Wade de 1973. El amparo legal que consagraba el derecho al aborto en todo el territorio estadounidense había sido ganado hace cincuenta años con la lucha.  En adelante, la regulación de la práctica quedará en manos de los gobiernos locales. Esta cuestión se vuelve alarmante porque en más de la mitad de los Estados (26) el aborto está prohibido y criminalizado, afectando la salud de treinta y seis millones de mujeres en edad reproductiva.

Por eso las movilizaciones no se hicieron esperar y desde el mismo día que se conoció el fallo las mujeres y disidencias norteamericanas salieron a manifestarse contra la decisión del máximo tribunal. Más de 100.000 personas, según Planned Parenthood, una de las organizaciones convocantes, salieron a las calles de Nueva York, Los Ángeles, Nashville, Detroit, Boston, Atlanta, entre otras. Así se iniciaron las movilizaciones que se prolongaron durante todo el fin de semana en al menos 70 ciudades.

Pañuelos verdes en defensa del derecho al aborto

En Argentina, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito convocó a una acción frente a la Embajada de Estados Unidos en repudio a la anulación del fallo Roe y en apoyo a las feministas norteamericanas que salieron a las calles. Desde Isadora e Izquierda Socialista/FIT Unidad nos movilizamos junto a la Campaña, frente a este avance conservador que Donald Trump festeja como su triunfo y que el actual presidente, Joe Biden, pretende utilizar electoralmente sin brindar ninguna solución federal a la clandestinidad del aborto. Exigimos aborto legal, seguro, gratuito y accesible para todas las identidades con capacidad de gestar, sin restricciones ni discriminaciones arbitrarias contra las mujeres migrantes y pobres. Solo confiamos en la fuerza de la movilización feminista independiente de los gobiernos, de los partidos patronales y de la justicia patriarcal para defender y conquistar cada uno de nuestros derechos.

 

 


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa CABA por Izquierda Socialista/ FIT Unidad
 
Por Resolución Nro. 2566/2022 el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y la Ministra de Educación Soledad Acuña, prohibieron el uso del lenguaje inclusivo y no binario en las escuelas porteñas. Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad repudiamos esta normativa que viene de la mano de las iglesias y de sectores conservadores, que buscan disciplinar a la docencia y atacar las luchas feministas que en los últimos años vienen ganando las calles.

El argumento central de Larreta y Acuña es que supuestamente el uso del lenguaje inclusivo y no binario en las aulas trajo aparejado un bajo rendimiento en las pruebas estandarizadas, aunque no presentaron ninguna evidencia que lo demuestre. Las pruebas estandarizadas (que los gobiernos locales y los organismos financieros internacionales insisten en aplicar) no son elementos pedagógicos sino “evaluaciones” que se aplican sin tener en cuenta la situación de cada institución, ni mucho menos la de cada estudiante y sus familias.

De esta manera, pretenden eludir la responsabilidad del gobierno frente al fracaso escolar. En la ciudad de Buenos Aires, Larreta redujo el presupuesto educativo afectando las condiciones de enseñanza y aprendizaje. Los resultados están a la vista: graves problemas de infraestructura y salarios de miseria que deterioran la calidad educativa.

Defendemos a quienes usan el lenguaje inclusivo y no binario

Es importante aclarar que no existe en nuestro país una legislación que establezca un determinado uso oficial del castellano. Todos los dialectos conviven y son utilizados por quienes hablan sin ningún tipo de regulación. El lenguaje como cualquier práctica social es dinámico y acompaña los cambios sociales. Así palabras como “chatear” o “googlear” aparecieron con el uso masivo de las tecnologías y a nadie se le ocurrió prohibirlas.

En los últimos años, con la irrupción del movimiento feminista y en particular de las disidencias, surge la necesidad de nombrar a todas las identidades de género sin discriminación, eliminando la connotación sexista y machista del uso genérico del masculino, identificado con la letra “o”. Así como usamos la letra “a” para las identidades femeninas, empezamos a utilizar con mayor frecuencia los pronombres neutros (sin carga genérica) y apelamos a las letras “x”, “@” y “e” para referirnos a todas las identidades de género, entre ellas a quienes se identifican por fuera del binarismo (masculino-femenino).

No es casualidad que de todas las variedades y usos lingüísticos solo se está prohibiendo el uso del lenguaje inclusivo y no binario. De esta manera se busca atacar al movimiento feminista y a sus luchas con las que se obtuvieron leyes como el matrimonio igualitario, la identidad de género, la interrupción voluntaria del embarazo y el cupo laboral travesti-trans. Conquistas por las que seguimos peleando para que se implementen sin restricciones.

Por otro lado, discrepamos con Juan Grabois que en Twitter escribió “En mi barrio hay pibes de sexto que no saben leer ni escribir. Acá nos importa un rabanito sus discusiones exclusivas”. El referente de Patria Grande y seguidor del Papa Francisco, minimiza el debate como si fuera una “cortina de humo” dejando  correr la prohibición. Lo opuesto a lo que hacemos desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad, que denunciamos esta censura y el ataque que significa a la docencia, al movimiento feminista y en particular a las disidencias. Sostenemos que son luchas muy importantes e indisociables. No las subestimamos por ser luchas democráticas ya que están en juego los derechos humanos como el derecho a la identidad o el derecho a la  educación. Como feministas socialistas somos parte de esta batalla y la damos con toda nuestra fuerza, sin abandonar nuestra perspectiva por una sociedad sin opresión ni explotación.


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa por Izquierda Socialista/FIT Unidad
 
Aquel 3J de 2015 quedará para siempre grabado en nuestra memoria. Con el grito de Ni una Menos y Vivas nos queremos, las mujeres y disidencias salimos a las calles a exigir el fin de la violencia machista y que se terminen los crímenes de odio hacia las mujeres, lesbianas, travestis y trans. Desde aquella emblemática fecha que ya es parte del calendario de luchas feministas, las mujeres y disidencias hemos ganado en organización y profundizado en nuestros reclamos. Sin embargo, desde el 2015 a esta parte pasaron tres gobiernos (Cristina Fernández, Mauricio Macri y Alberto Fernández) y ninguno de ellos brindó una verdadera solución a la angustiante cifra de un femicidio y trans/travesticidio por día.
El presidente Alberto Fernández destacó ese día en Twitter que: “El índice de femicidios, travesticidios y transfemicidios registró el valor más bajo de la historia”, según datos del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina. Pero nada dijo sobre el verdadero calvario que debe transitar una víctima de violencia de género en nuestro país para encontrar una respuesta, cuando deben huir de los violentos para proteger su propia vida y la de sus hijes. Tampoco dijo nada acerca de la insuficiencia del Plan Acompañar (destinado a víctimas de violencia de género) que no llega a los 40.000 pesos  y es solo por seis meses. Tampoco dijo nada sobre la revictimización de las denunciantes por parte del personal policial y judicial.

Por esto y por presupuesto para erradicar la violencia de género es que fuimos miles en las calles el pasado 3J en todo el país. Porque no van a lograr callarnos y vamos a seguir peleando por nuestro derecho a no ser el próximo cuerpo “encontrado sin vida” que diariamente leemos en los portales de noticias.

Misma plaza: dos convocatorias

Tal como sucedió el pasado 8M, en el día internacional de las mujeres, en el Congreso hubo dos convocatorias para el 3J. Por un lado, desde la asamblea independiente de mujeres y disidencias en la que participamos con Isadora e Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad, leímos un pliego de reivindicaciones en el que se reclamó que la deuda es con nosotras/nosotres y no con el FMI, para que ese dinero se destine a combatir la violencia de género y no al pago de la deuda externa. Allí mismo reclamamos por la separación de la Iglesia del Estado y presupuesto para la aplicación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), y por una Educación Sexual laica, científica y con perspectiva de género. Por otro lado, estuvo la convocatoria de las organizaciones de mujeres y LGBT+ ligadas al Frente de Todos, que en su documento mencionaron tímidamente a Larreta pero obviaron denunciar la responsabilidad del gobierno nacional frente a la violencia de género. De esta manera, se ve cómo diferentes organizaciones (Patria Grande, Movimiento Evita, CCC/PCR, entre otras) fueron cooptadas por el gobierno y, desde su lugar cómodo en algún Ministerio, abandonaron la lucha por la independencia política del movimiento feminista respecto a los gobiernos que defienden con   sus instituciones este sistema capitalista y patriarcal.


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa CABA por Izquierda Socialista/FIT Unidad

El domingo 15 de mayo el diputado por La Libertad Avanza, Javier Milei, presentó su libro “El camino del libertario”. Lo hizo junto a Viviana Canosa, frente a más de mil personas en la Feria del Libro. En ese marco, la periodista lo interrogó sobre su profesión como economista y sobre su precandidatura de cara a las elecciones presidenciales del 2023. Entre otras frases provocadoras, que sus seguidores aplaudieron en la sala, dijo que, si es presidente, en su gobierno “no va a haber marxismo cultural”. Y agregó: “ya saben que, si gano, le doy pista al Ministerio de la Mujer”, acompañando la afirmación con un gesto de que lo cerraría. “No voy a estar pidiendo perdón por tener pene; no tengo por qué sentir vergüenza de ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes”, remató.

Sus palabras tienen una enorme carga racista, más teniendo en cuenta que las dijo al día siguiente de la masacre ocurrida en la localidad de Búfalo en el Estado de New York. Allí Payton Gendron, un hombre blanco, asesinó a diez personas mayoritariamente negras que se encontraban en un supermercado. El asesino, que había premeditado el ataque con odio racial, adhiere a la teoría que se conoce como “El gran reemplazo”. Esta ideología señala que existe una avanzada de los movimientos feministas y antirracistas como el “Black Lives Matter”, que buscaría reemplazar a los hombres blancos.

La frase de Milei no es casualidad. Es parte de su discurso de odio contra las mujeres, las disidencias y las personas marrones o negras. Justamente descarga su odio en las personas víctimas de este sistema capitalista, racista y patriarcal que él defiende (aunque se diga antisistema) y que excluye cada vez más a las grandes mayorías, llevándolas a situaciones de pobreza extrema. No es casualidad tampoco que su mejor alumno, el legislador porteño Ramiro Marra, haya lanzado el Movimiento Antipiquetero Argentino (MAPA) que invita a denunciar a quienes cortan la calle en reclamo de sus derechos. Tampoco es casualidad que seguidores de Milei pinten esvásticas o que griten frente a cámaras de televisión que es la hora de que la mujer vuelva a estar en la casa, como ocurrió en Parque Lezama en un acto de campaña electoral del año pasado.

Frente a la reacción machista, más organización feminista

Todos estos discursos -y acciones- cargados de misoginia y racismo que fomenta Milei, y que no son un fenómeno exclusivamente nacional como se vio en la masacre de Búfalo, muestran hasta dónde pueden llegar los neofascistas y sus políticas de odio. Por eso, alertamos que seguir dándole crédito (o tiempo mediático) a un personaje como Milei, es sumamente peligroso.

Desde su lugar de privilegio en una sociedad capitalista, racista y patriarcal, fomenta cada vez más el odio a las mujeres, a las personas pobres y a la izquierda, promoviendo que sean atacadas y silenciadas. Es lo peor del fascismo, que desde Isadora e Izquierda Socialista/FIT Unidad repudiamos y no vamos a permitir.

Con la cuarta ola de luchas feministas, las mujeres y disidencias venimos ganando en organización. Venimos visibilizando la violencia de género al grito de #NiUnaMenos y hemos conquistado el aborto legal con la #MareaVerde. Apostamos a la movilización feminista para enfrentar todos los atropellos de los neofascistas que nos quieren a las mujeres encerradas en la casa y a las disidencias avergonzadas dentro del placard. Pero no lo lograrán.

Si algo aprendimos con la lucha es que nadie nos regaló nada y que todos los derechos conquistados son producto de nuestro esfuerzo. No es como dijo Alberto Fernandez, que el patriacado terminó una vez logrado el aborto. Sino veamos cómo están actuando los sectores conservadores y antiderechos de los que Milei forma parte. Ningún derecho ganado es para siempre, por eso debemos seguir movilizades y frente a la reacción machista oponer más organización feminista.


Escribe Mercedes Trimarchi, legisladora electa por Izquierda Socialista/FIT Unidad

Tras filtrarse en los medios la posibilidad de retroceder en la interrupción voluntaria del embarazo, las movilizaciones de mujeres en Estados Unidos no se hicieron esperar. No es para menos, ya que está en juego el fallo Roe, instrumento conquistado con la lucha hace cincuenta años y que le ha permitido a las mujeres estadounidenses abortar.

 
El pasado lunes 2 de mayo se filtró en el portal Político un texto del juez Samuel Alito en el que la Corte Suprema de Justicia estaría declarando como “atrozmente errónea desde el comienzo” la histórica decisión del caso Roe vs Wade de 1973. Frente a esta situación se pone en evidencia que ningún derecho conquistado es para siempre y, por lo tanto, la defensa de la interrupción voluntaria del embarazo queda en manos de la lucha feminista.

La amenaza al fallo Roe no es nueva. En cincuenta años los intentos de los sectores conservadores y anti derechos no se hicieron esperar. Incluso han logrado leyes en estados locales muy restrictivas. De no existir el actual amparo judicial, en la mitad de los estados las mujeres no podrían abortar.

El último ataque vino de la mano del reaccionario y misógino Donald Trump, que junto a las iglesias busca restringir la autonomía de las mujeres. Recordemos que justo antes de las elecciones presidenciales de 2016, Trump se había comprometido a nombrar jueces en la Corte Suprema que anularían “automáticamente” el fallo Roe. Cuestión que se concretó bajo su presidencia con el nombramiento de tres nuevos jueces que le dieron mayoría a los conservadores (seis a tres).

Por otro lado, es un escándalo el uso electoral que Joe Biden está haciendo del tema. El presidente llamó defender el Fallo Roe pero votando al Partido Demócrata en las próximas elecciones de medio término. Una nueva maniobra oportunista que refleja la hipocresía del Partido Demócrata, que en cincuenta años no sancionó una ley (especialmente cuando tuvieron el control de ambas cámaras) dejándolo en manos de la justicia y por lo tanto, en constante peligro, bajo amenazas permanentes como lo que está ocurriendo ahora.
 
Solo con la lucha feminista lograremos frenar este ataque

De concretarse esta decisión del máximo tribunal, quedaría en manos de los gobiernos locales regular la práctica con la posibilidad de que en más de la mitad de los Estados se prohíba el aborto y se criminalice. La situación más grave es para las mujeres que habitan en los Estados en los que rige la Ley del latido, como en Texas. Allí no solo se impide el derecho al aborto sino que se premia a las personas que denuncien a la clínica, al médico o a quien acompañe a una mujer a abortar. Las penas son de varios años de cárcel y lo que viene ocurriendo en estos distritos es que se fogonea y envalentona a grupos e individuos de extrema derecha que se organizan para denunciar a las mujeres y al personal de salud que garantiza la práctica.

La Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores - Cuarta Internacional publicó una declaración de apoyo a las movilizaciones que se están realizando en Estados Unidos en defensa del derecho al aborto contra este avance conservador que se puede leer y compartir desde la página uit-ci.org.

La pelea por el aborto legal seguro y gratuito en Estados Unidos y en el mundo solo la podremos librar las mujeres y disidencias con la movilización independiente de los gobiernos. Solo confiamos en la fuerza de la movilización y con ella decimos: Ni un paso atrás. Los derechos se defienden y se conquistan en las calles.

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