Escribe: Laura Marrone
Laura López, maestra de una escuela primaria de la Villa Zavaleta de la Ciudad de Buenos Aires murió el 1 de abril, víctima del dengue. La escuela de Laura está junto a una villa infectada de dengue donde cada familia acusa un integrante enfermo. Lo mismo ocurre en la Villa de Retiro y la Villa 20, que difunde comunicados por las redes diciendo “Arrasados por el dengue”. Fue en el hospital de la zona, el Penna, donde sus médicos tuvieron que difundir en marzo un audio por whatsapp denunciando la situación para que los ministerios de Salud de la Nación y de la Ciudad reconocieran la epidemia.
Hasta la primera semana de abril de 2016 el ministerio de Salud denunció la existencia de 2,07 veces más casos de dengue que en el 2009 y 5 muertos a nivel nacional. Ya hay 2.082 casos estudiados por Chikunguña y 1001 por Zika, entre autóctonos e importados. Por su concentración urbana, la Ciudad de Buenos Aires registra el doble de casos que en el resto de país, que es de 15 por cada 100.000 habitantes. Las cifras son inferiores a la realidad ya que muchas veces las familias no llegan al hospital público por falta de recursos o porque los turnos están saturados. Debido a la falta de redes domiciliarias de agua potable la población de las villas se ve obligada a acumular agua en recipientes que se transforman en criaderos del Aedes Aegypti, el mosquito vector de las enfermedades mencionadas.
El reclamo por medidas preventivas estalla entre los sectores de salud y educación. La epidemia pudo haberse evitado con fumigaciones, campañas permanentes de educación, de descacharrización, limpieza permanente de pastizales y escombros en lugares públicos o urbanización de las villas. Hoy estamos frente a una emergencia y las medidas son de carácter urgente. El FIT exigió en la legislatura la provisión de repelente e insecticidas gratuitos a la población carenciada, recipientes con tapa para acumulación de agua potable en las villas y refuerzo de los servicios en hospitales para atención de las víctimas.
La extensión del mosquito obedece a causas más profundas como es la ruptura del equilibrio ambiental a partir del uso abusivo de pesticidas en los campos que provoca la desaparición de los predadores naturales, todo ello empujado por el afán de lucro sin planificación de la producción bajo el sistema capitalista. Para resguardar la vida, además de las medidas de emergencia mencionadas, se requiere la planificación sustentable de la economía. Algo que solo un gobierno de trabajadores podría encarar.