MST-Nuevo MAS ¿Por la unidad de la izquierda?

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mst masTanto el MST como el Nuevo MAS buscan presentar a su alianza como la expresión de la “unidad de la izquierda”. Y acusan al FIT de “divisionistas” y de no haberlos aceptados. Nada más alejado de la realidad. Son el MST y el Nuevo Mas los que llevan años negándose a integrar el Frente de Izquierda.
Cuando en el año 2011 creamos el Frente de Izquierda, el MST se opuso tajantemente, planteando que hacer un frente exclusivo de la izquierda era “sectario” y que había que incorporar a compañeros de la tradición “nacional y popular” y de la centroizquierda.

Su proyecto en ese momento fue sumarse a la construcción de Proyecto Sur, junto a Pino Solanas y otros personajes, como Luis Juez en Córdoba (luego embajador de Macri en Ecuador) integrándose al Frente Cívico. Posteriormente, cuando Proyecto Sur se hundió porque Solanas decidió unirse a Carrió, el MST continuó su camino de alianzas con la centroizquierda, juntándose en sucesivas elecciones con Marta Maffei o con el partido de la entonces gobernadora de Tierra del Fuego Fabiana Ríos, que llegó a reprimir docentes. Durante todo este período, el MST fue oficialismo de la CTA Micheli, en oposición al sindicalismo combativo. Siempre su política fue el frente de centroizquierda.
Por su parte, el Nuevo MAS, luego de negarse a integrar el FIT en el momento de su nacimiento, manifestando pretensiones sobre las candidaturas totalmente fuera de la realidad, se dedicó en los años siguientes a denunciarlo, haciendo campaña casi exclusivamente en su contra.
A lo largo de estos seis años el Frente de Izquierda se fue consolidando como una alternativa para los trabajadores y el conjunto de los luchadores. Ante este hecho de la realidad y el reiterado fracaso del MST y de su dirigente Bodart de lograr salir diputado con alianzas de centro izquierda el MST, junto al Nuevo MAS, han pegado un viraje en su política para armar una alianza cuyo principal objetivo es sumar algunos votos tratando de generar confusión con el FIT. De ahí que hayan elegido para su alianza electoral la denominación “Izquierda al Frente”, obviamente una inversión del propio nombre del FIT. El acuerdo es tan oportunista que el MST mantiene su planteo de hacer “frentes más amplios” con fuerzas de la centroizquierda: en Santa Fe van en una lista junto con Carlos del Frade, Patria Grande y el PCR.
Increíblemente, después de años de confrontar al Frente de Izquierda, el MST y el Nuevo MAS pasaron de tratar de instalar que “hay dos frentes de izquierda” a directamente autoproclamarse como “la unidad de la izquierda”. La realidad desde hace seis años es que el FIT es la única alternativa de unidad de la izquierda y que ha sumado a otros sectores como a la compañera María del Carmen Verdú de la Correpi y a otros valiosos compañeros de la Corriente de Izquierda “Poder Popular” (integrada por cinco organizaciones: Izquierda Revolucionaria, Hombre Nuevo, Marcha Guevarista del Pueblo, Organización Política La Caldera y Rebelión Popular) y al PSTU, entre otras fuerzas de izquierda.
Seamos claros: la alianza  entre el MST y el Nuevo MAS no es ni se plantea la unidad del conjunto de la izquierda. Se trata de un acuerdo oportunista para “rapiñar” algunos votos al FIT y al mismo tiempo dedicarse a atacarlo como “divisionista”. O en Córdoba, donde toda su campaña se centra en un ataque a nuestra compañera Liliana Olivero, la principal figura de la izquierda en dicha provincia. Los partidos del Frente de Izquierda, sin esconder nuestras diferencias, llevamos seis años construyendo y presentándonos juntos a elecciones, lo que permitió que obtuviéramos diputados nacionales, legisladores provinciales y concejales que orgullosamente estuvieron y están presentes en todas las luchas, que ganan como un trabajador -rechazando los “dietazos” de los partidos patronales- y que pelean por construir una alternativa a partir de un claro programa de izquierda, postulando que gobiernen los trabajadores. Seguimos peleando y representando la aspiración de miles de luchadores por la unidad de la izquierda, mal que les pese a los oportunistas.

Escribe Javier Leonforte

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