El Foro Social Mundial en el corazón de la “primavera árabe”

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

El revolucionario sirio Salamah Kaileh hablando en el taller de la UIT sobre la revolución siriaMás de 5.000 organizaciones sociales, políticas, ambientalistas, de derechos humanos, de la juventud, inmigrantes, mujeres y de los pueblos de diferentes países, con una presencia estimada en 60.000 personas, según sus organizadores, se dieron cita en el Foro Social Mundial 2015, que se reunió en el Campus de la Universidad de El Manar de la ciudad de Túnez, en África del Norte.

Laura Marrone y Gabriel Schwerdt, dirigentes de Izquierda Socialista presentes en Túnez

Desde su primera edición en Porto Alegre (Brasil), el foro es un espacio de exposición de ideas de sectores progresistas y de diferentes corrientes de izquierda. Entre los fundadores del foro han predominado sectores reformistas como, por ejemplo, ATTAK y sectores de ONGs ligados a la Iglesia Brasilera. Por su dirección y por el mismo formato de foro, tiene la limitación de no ser un espacio de resoluciones para tareas comunes sino más una “feria” de ideas.

Túnez, la revolución a flor de piel

Sin embargo, el hecho que el foro se realizara por segunda vez en Túnez, país que dio comienzo a la llamada “primavera árabe” en el 2011 y que abrió un proceso de contagio en todos los países de la región del norte de Africa y se extendió luego a Medio Oriente con el inicio de la revolución siria, le dio un contenido especial. Millares de jóvenes, que fueron la vanguardia del proceso, se dieron cita en los diferentes talleres, poniendo a los encuentros la pasión de quien busca nutrirse de las experiencias de otros pueblos, para dar curso a la revolución que aún vive en ese país.

Una atmósfera militante daba cuenta de una juventud politizada, forjada en la acción, en las calles, en las tomas de las plazas durante la revolución, fogueada en enfrentamientos con la policía del régimen dictatorial en retirada. El sentido de los debates era encontrar el camino para dar continuidad a una revolución que se inició con importantes triunfos democráticos, como la caída del régimen dictatorial de Ben Alí, luego de 25 años, que logró liberar a decenas de miles de prisioneros políticos, denunciar las torturas, recuperar el derecho a la vida política y sindical.

“Yo estuve en la revolución, ganamos la democracia, pero esto no puede quedar aquí. La desocupación, la inflación, la pobreza, nada ha cambiado, hay que seguir, hacer la revolución social, el socialismo o vamos a perder incluso la democracia”, nos dice Meher, estudiante de informática. El salario medio es de 600 dinares (300 dólares). La mayoría de la juventud está desocupada. Solo entre los universitarios recibidos hay 800.000 sin trabajo, al punto que han organizado la “Unión de diplomados desocupados”, algo así como “los piqueteros” universitarios.

A fines de 2014 ganó las elecciones un ex ministro del antiguo régimen. Sin embargo, más de 4 millones de personas no participaron del proceso electoral y muchos de ellos observan con desconfianza el estancamiento del proceso revolucionario.

La masacre en El Bardo y la contrarrevolución

La masacre de 22 turistas en el museo del Bardo por un grupo fundamentalista ligado al ISIS, solo una semana antes del Foro, marcó un punto alto de la contrarrevolución que intenta por la vía del terror derrotar la revolución que sigue viva en Túnez. En tanto que en los países vecinos el proceso ha retrocedido como es el caso de Libia, dividida en dos gobiernos, o en Egipto, con un gobierno cívico-militar.

“Somos como el ave Fénix, renacemos cada vez como lo hizo Cartago, la ciudad milenaria dos veces masacrada. Nos levantamos, e hicimos el foro, a pesar de todo”, nos dice Yibran, estudiante tunecino. Ciertamente, un brillo en los ojos parece agradecer que hayamos mantenido la apuesta de participar desde tan lejos y por eso la frase no se cae de cada tunecino que nos recibe “Vous est bienvenue” (Ustedes son bienvenidos).

Siria, la cita de honor que no fue

La revolución siria, desde su inicio hace cuatro años, tiene más de 200.000 personas asesinadas y 7 millones desplazadas o exiliadas, víctimas del dictador Bashar Al Assad, por un lado, y más tarde del fuego del Estado Islámico (ISIS) y del propio imperialismo norteamericano por otro. Esto era motivo suficiente para que el foro hubiera tenido a este pueblo y a su heroica resistencia como un eje de debate y de propuestas de acciones solidarias en el mundo entero en los próximos meses. Pero no lo fue. La delegación del propio gobierno de Al Assad, que debió haber sido repudiada en el foro, se presentó justificando su actuación como una respuesta a la intervención imperialista y al terror de ISIS. El resto de los estados árabes presentes hicieron silencio frente a la masacre. Muchas organizaciones de izquierda árabe, otrora anti-dictatoriales y simpatizantes de la revolución siria, han caído en la trampa del mal menor y callan o directamente justifican a Al Assad.

Sin embargo, gran parte de la juventud magrebina presente, hija de la revolución en Túnez, Argelia, Marruecos, rechaza esa postura aún de los partidos de la izquierda tradicional, fuertemente influenciados por tradiciones estalinistas. Fueron simpatizantes de la revolución siria desde sus inicios y denuncian que la intervención de ISIS y del imperialismo es contra el propio pueblo revolucionario.

Una campaña internacional por la revolución siria

Nuestra delegación de la UIT-CI tuvo como eje de participación en este foro, la convocatoria a la realización de una campaña internacional de solidaridad con la revolución siria y el pueblo kurdo, triunfante en Kobane. Siendo una delegación pequeña, sin embargo, nuestra propuesta ganó la simpatía de gran parte de esos jóvenes que se sumaron a nuestros talleres con su presencia y participación.

La presencia en nuestros talleres de importantes compañeros como Salamah Kaileh, reconocido revolucionario marxista sirio, prisionero durante 10 años del régimen de Al Assad, contribuyó a nuclear a diversas organizaciones juveniles y jóvenes independientes que se comprometieron a desarrollar juntos una campaña mundial en apoyo a la revolución en Siria.


“So, So, So, Solidarité, avec les femmes. Du monde entiere”

“Solidaridad con las mujeres del mundo entero”. Tal era el canto que una y otra vez mujeres y hombres magrebíes, árabes, de África central, saharianos y europeos, centralmente, hicieron sentir por los pasillos del foro en pequeñas manifestaciones mientras agitaban banderas palestinas. El foro tuvo como uno de los ejes temáticos la situación de las mujeres, especialmente la lucha contra el integrismo de sectores fundamentalistas que busca aplastarlas. Valientes y bravas, tuvieron el apoyo de muchos hombres que marchaban a la par.


Desde la izquierda: Fathi Chamkhi, de la LGO de Túnez; Cristina Mas (Lucha Internacionalista-LI, Estado Español); Salamah Kaileh; Laura Marrone (Izquierda Socialista, Argentina); Gorkem Duru (IDP, de Turquía) y Antonio, militante de LI.La UIT-CI en Túnez

La Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) participó en el FSM de Tú- nez con una importante delegación integrada por compañeros de Lucha Internacionalista (LI), (Estado Español); del Partido por la Democracia ObreraIDP (Turquía); de Izquierda Socialista (Argentina) y del KRD (Alemania). Más de 200 personas participaron en los dos talleres que organizó la UIT-CI en solidaridad con el proceso revolucionario de Túnez, Siria y en apoyo al pueblo kurdo.

El foro duró desde el 24 al 28 de marzo. La UIT-CI levantó un stand con materiales en diversos idiomas (árabe, francés, inglés y español) con los temas de los talleres y, además, sobre Grecia, Venezuela y sobre el Frente de Izquierda de Argentina. Esos textos se distribuyeron por miles. En los paneles participaron como invitados especiales Fathi Chamkhi, dirigente de la Liga de la Izquierda Obrera (LGO) de Túnez y Salamah Kaileh, un destacado dirigente marxista sirio-palestino, preso por 10 años por la dictadura siria y luego deportado en 2012 a Jordania. Además fueron panelistas Cristina Mas (LI); Gorkem Duru (IDP) y Laura Marrone (IS).

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