Ante el ataque del gobierno: Hay que defender la universidad pública

(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

hay que defender la universidad publicaEscribe Nahuel Fernández, consejero directivo de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

Las declaraciones del presidente contra el presupuesto universitario deben ser el comienzo de una gran lucha. Macri busca achicar el gasto público a costa de la precarización de los docentes y estudiantes. Su orientación privatista y de ajuste es clara. Debemos enfrentarlo en la calle y organizados.

El presidente pidió que las universidades hicieran un “esfuerzo”, es decir, que se ajusten todavía más. El macrismo salió fortalecido de las elecciones y quiere llevarse todo por delante, pero eso dependerá de la respuesta que podamos dar en las calles. Lo peor es que el plan de ajuste y privatización viene desde el gobierno anterior cuando asignaba fondos a las universidades por debajo de la inflación, en un 95% destinados a (bajos) salarios, mientras mantenía miles de docentes ad honórem y acercaba cada vez más a las empresas privadas con las universidades públicas. Macri busca profundizar cualitativamente esa orientación, tal como lo ha dejado claro con su Plan Maestro.

 El proyecto de presupuesto que presentó el Ejecutivo para las universidades presenta recortes reales y nominales. El monto destinado a becas es de 974 millones de pesos, lo que representa una pérdida de 32% en términos nominales, y de 44% en términos reales en relación con los fondos que se destinaron para 2017. A eso hay que sumarle la subejecución de las becas, que en los últimos dos años se suspendieron sin motivo: volver a adquirirlas se hizo muy difícil y tedioso para muchos compañeros, quienes, en razón de lo lentos y burocráticos que son los trámites, nunca las volvieron a renovar. Desde la Juventud de Izquierda Socialista sostenemos que el monto de las becas debe duplicarse y que tienen que percibirlas quienes la soliciten, no que haya un número fijo que ocasione que miles de estudiantes se queden sin ellas. Hoy se planifican 19.257 becas para el año que viene, lo que representa un número ínfimo de becados para la educación superior en su conjunto, cuando la población universitaria supera el millón de alumnos.

Del total del PBI este año se destinó el 0,81% para las universidades, pero el año que viene ese número bajará a 0,77%. Esa brecha significa menos becas, menos plata para hospitales (se destinarían 1.376 millones, lo que significa un 3,4% menos que en 2017, una caída real de casi 20%), menos plata para comedores estudiantiles, menos salario a los docentes… y la lista continúa. Sin embargo, hay un sector que sí se beneficia: los buitres. Este año, por cada peso que se destinó a pagar la deuda externa, se destinaron 55 centavos para educación (primaria, secundaria, universitaria y terciaria). El año que viene esa brecha será mayor. Por eso es fundamental estar en las calles y luchar por nuestros derechos, no podemos quedarnos pasivamente mirando cómo nos ajustan, ni sacar comunicados contra el gobierno pero sin organizar ninguna medida concreta, como hace el kirchnerismo. 

Nuestros diputados del Frente de Izquierda votarán en contra de este presupuesto de ajuste y elevarán los reclamos más sentidos de los estudiantes que cursamos todos los días y vivimos en carne propia la precarización y el ajuste. Más que nunca está planteado que los estudiantes, que somos la enorme mayoría del sistema universitario, salgamos a la calle junto con nuestros docentes y no docentes para luchar contra este ajuste. La marcha del 12 de mayo del año pasado debe ser el espejo: miles y miles marchamos y así se conquistó una mejora salarial para los docentes y un presupuesto extra para las universidades. Desde Izquierda Socialista proponemos impulsar y apoyar todas las instancias de lucha y organización que puedan surgir de los centros de estudiantes, creemos que esa es la única manera de torcerle el brazo al macrismo.

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