El Papa en Brasil: Saquen sus rosarios de nuestros ovarios

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El Papa Francisco visitó Brasil con dos objetivos: parar la sangría  de fieles y frenar la rebeldía de los jóvenes que se movilizaron por millones.Tras la extraordinaria abdicación de Joseph Ratzinger al papado de la Iglesia como coletazo de la crisis mundial capitalista, el cardenal Jorge Bergoglio –previa campaña global de 'lavado de culpas' por su participación en la dictadura argentina-, llegó de visita a Brasil como Francisco I, a solo 4 meses de su asunción. El papa que por medio de gestos de vida austera pretende inaugurar "una iglesia p o b r e p a r a l o s pobres" e iniciar una cruzada contra la e s c a n d a l o s a corrupción de la Iglesia, visitó durante 8 días un Brasil convulsionado por multitudinarias protestas populares, protagonizadas por jóvenes que no solo lograron la anulación del aumento de las tarifas de transporte, sino que avanzaron rápidamente a exigir educación, salud, trabajo y transparencia en el manejo del Estado, mostrando que el "milagro brasileño" bajo los gobiernos de Lula y Dilma había beneficiado a los empresarios, las transnacionales y los bancos, no a los trabajadores y el pueblo.

Dos objetivos traía Francisco. Para apuntalar la influencia de la Iglesia Católica (jaqueada por la sangría de fieles), se mostró como un papa cercano a la gente, se reunió con dirigentes de comunidades originarias, impulsó el diálogo y la tolerancia, y afirmó públicamente que no era quién para condenar a los homosexuales. Y con el fin de frenar la rebeldía de los jóvenes, en la misa de clausura de la Jornada Mundial de la Juventud en la playa de Copacabana, a la que asistieron 3 millones de fieles, los animó "a hacer lío" pero sin dejar de "alimentar la llama del amor fraterno" y del servicio. No habló de la responsabilidad de los gobiernos ni de las transnacionales y banqueros en la generación de exclusión y desigualdad. Tampoco sobre el derecho al aborto y el matrimonio homosexual, pero ratificó que en esos temas "soy hijo de la Iglesia".
Cristina Kirchner presenció la celebración final desde un palco vip con Dilma y Evo Morales, y todos habrán rogado para que "la fuerza del amor" pueda contrarrestar las protestas que vienen sacudiendo toda Latinoamérica.

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