La conducción de los ferroviarios del Sarmiento es ya un baluarte del sindicalismo combativo y un ejemplo de cómo luchar contra los distintos gobiernos, la burocracia y las patronales.
Escribe Simón Abreu
Desde el año 2001, los ferroviarios del Sarmiento encabezados por Rubén “Pollo” Sobrero, “Café” Ruiz Díaz y Edgardo Reynoso, entre otros, vienen triunfando en las elecciones de cuerpo de delegados del Sarmiento y en reiteradas oportunidades en la seccional Oeste. Demostrando que se puede derrotar a la burocracia sindical, al gobierno y a la patronal con una pelea consecuente en defensa de los derechos de los trabajadores y usuarios.
En estos dieciséis años, los delegados del Sarmiento y la Bordó en distintos ferrocarriles han sido los principales defensores del tren ante los concesionarios privados, que reciben millonarios subsidios mientras liquidan el sistema ferroviario. De 2003 a 2011, presentaron más de 300 denuncias sobre fallas de seguridad y mantenimiento deficiente que ponían en riesgo la vida de trabajadores y usuarios. Luego de la masacre de Once, de la que fueron responsables los empresarios mafiosos y el gobierno kirchnerista, Sobrero y los delegados del Sarmiento acompañaron a los familiares de las víctimas en la movilización y la denuncia, exigiendo la rescisión de la concesión de TBA, justicia contra la corrupción y cárcel para Cirigliano y los demás empresarios y funcionarios cómplices.
El gobierno kirchnerista abrió decenas de procesos judiciales contra Sobrero. En 2011 se lo encarceló mediante una causa armada con absurdas acusaciones de haber quemado trenes, pero las distintas acciones de los ferroviarios que culminaron en una contundente marcha a Plaza de Mayo le doblaron el brazo al gobierno y tuvieron que liberarlo. El gobierno de Macri valiéndose de una medida judicial antiobrera que cercenaba el derecho a huelga, intentó criminalizar a Sobrero en 2016, hecho que también fue enfrentado con dureza por los trabajadores del Sarmiento que realizaron multitudinarias asambleas y distintas acciones.
La Bordó impidió durante todos estos años que las patronales realizaran despidos, conquistó importantes aumentos salariales y luchó contra la tercerización. En 2010 la burocracia sindical de Pedraza asesinó a Mariano Ferreyra. La Verde realizó un paro para que Pedraza quedara impune. Los luchadores de la Bordó llamaron a no parar, repudiando a los asesinos.
Sobrero y la Bordó permanentemente llaman a la unidad de acción para pelear y enfrentar distintos ataques de las patronales, más allá de las diferencias que puedan existir. El cuerpo de delegados, la seccional Oeste y la Bordó fueron y son parte fundamental en los intentos de construir una coordinación permanente del sindicalismo combativo, tarea aún pendiente.
El de la Bordó es un modelo sindical sin privilegios para los dirigentes, contrapuesto al sindicalismo empresarial de “dirigentes ricos y trabajadores pobres”. Es un modelo que enfrenta a los gobiernos y las patronales. Que pelea por la reestatización de los trenes bajo control de los trabajadores y usuarios. Que decide todo en asamblea. Una dirigencia que se ha mantenido todos estos años fiel a su condición combativa y democrática, como parte de un proceso de surgimiento de nuevos dirigentes del que forman parte los Suteba multicolor, ATEN-Capital, Ademys, ATE Sur, las comisiones internas de ATE-Economía, Trabajo e Indec, y más recientemente el Sutna, entre otras. Este es nuestro modelo, que se viene reafirmando en cada elección.