El 1 de Marzo -día del trabajador mecánico- la conducción del Smata, con 20 delegados de General Motors (de 22 en total) firmó un acta a espaldas de los trabajadores aceptando 350 despidos, tras un período de 9 meses de suspensión a partir del 6 de marzo. Hubo una asamblea de más de 1.000 compañeros el jueves. Se formó un comité de lucha para derrotar el acta antiobrera.
Escribe Sebastián Sancevich Abogado de los trabajadores y militante de Izquierda Socialista
La multinacional yanqui sostiene que este acuerdo se debe a “la caída de las ventas en Brasil”. Mientras “la levantaron en pala” -como reconocía la ex presidenta Cristina Kirchnernunca repartieron las ganancias con los trabajadores. Incluso, bajo el gobierno de Kirchner, en 2009, se beneficiaron con un crédito de 259 millones de pesos con fondos del Anses.
Es una fábrica con centenares de denuncias por los ritmos salvajes de trabajo que aplica, lo que genera atroces lesiones corporales a los trabajadores. En una de las asambleas un trabajador reconoció no poder levantar en brazos a sus hijos por los dolores en hombros, codos y cadera, lo que fue replicado por decenas de trabadores que viven lo mismo.
Para General Motors los trabajadores son descartables, bajo la mirada cómplice de las ART, la justicia y los ministerios de Trabajo de la provincia de Santa Fe y de la Nación. El lunes 6 de marzo, los trabajadores (unos 2.300 que componen el personal) ingresaron a la planta de Alvear con la incertidumbre de no saber si continuarían trabajando. Los dirigentes del Smata elegían a dedo en la fila de ingreso quienes ingresaban y quienes quedaban “suspendidos”. El criterio fue sacarse de encima a aquellos que alguna vez criticaron a los delegados y al sindicato.
Minutos más tarde se sabía la verdad: las suspensiones por nueve meses (con un decreciente pago de sueldo) se transformarán en despidos. Estalló la bronca, y ese mismo lunes se realizó una masiva asamblea encabezada por German Tonero (uno de los dos delegados que no firmó el acta). Se resolvió a mano alzada repudiar el acuerdo vergonzoso y exigir que todos vuelvan a trabajar. También se eligió un comité de lucha para organizar la pelea que se viene.
Como militante de Izquierda Socialista y abogado laboralista e integrante de la APDH Rosario me puse al servicio de la asamblea y del comité. Señalé que el acta era ilegal porque solo se puede suspender si hay un proceso preventivo de crisis, que a diferencia de 2008, ahora no existe. A su vez, este “acuerdo” para suspender debe estar homologado por el Ministerio de Trabajo de la Provincia y de la Nación, lo que no ha sucedido. Tampoco se respetó la Ley de Contrato de Trabajo que establece que en caso de haber suspensiones deben comenzar por el personal de menor antigüedad. Tan ilegal es todo que de los 350 suspendidos solo recibieron el telegrama 100 obreros, los otros fueron avisados telefónicamente.
El martes un importante grupo de suspendidos-despedidos acompañados por sus familias concurrió al Concejo Deliberante de Rosario para pedir apoyo a los concejales, quienes se comprometieron a apoyar el reclamo el jueves 9 en la puerta de la fábrica. El miércoles 8, las mujeres suspendidas junto a las esposas e hijas de los trabajadores suspendidos encabezaron la movilización por el día internacional de la mujer trabajadora en Rosario.
El jueves 9 se realizó la asamblea de los trabajadores dentro de la planta, ya que la policía no pudo impedir el ingreso de los despedidos y las personalidades y organizaciones que concurrimos a solidarizarnos. Estaban la mayoría de los concejales de Rosario, los dirigentes de Amsafe Rosario (con Gustavo Teres y Daniela Vergara a la cabeza), el diputado nacional de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda, Juan Carlos “Gringo” Giordano (ver recuadro), entre otros dirigentes y organizaciones. En dicha asamblea -que se realizó postergando el ingreso al trabajo de gran parte de los trabajadores efectivos- se votó repudiar el acta y concurrir el viernes 10 a la sede de Smata a informar al sindicato, que no dio respuesta alguna.
Se trata de una fábrica emblemática de Rosario y una de las más grandes del país. Se ha palpado el apoyo de la población y los medios no han podido ocultar el conflicto, pese a las presiones de la patronal. Desde Izquierda Socialista llamamos a las organizaciones sindicales, sociales y políticas que respaldan la pelea de los trabajadores de General Motors a redoblar esfuerzos para tirar abajo este acuerdo antiobrero.
Nuestro diputado Giordano llevó la solidaridad a la asamblea
Juan Carlos Giordano viajó el jueves 9 a Alvear a llevar la solidaridad de su banca como diputado nacional de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda. Giordano acompañó la caravana que partió de Rosario e ingresó con los suspendidos a la planta sorteando la valla policial. “Se hizo una asamblea histórica”, nos dijo Giordano, como recordaron los propios trabajadores. Hacía casi 10 años que no se realizaba una.
Consultado sobre su intervención en la asamblea, Giordano respondió: “Les comuniqué que llevaba el saludo del Frente de Izquierda. Que repudiaba a esta patronal negrera yanqui subsidiada millonariamente por Obama en Estados Unidos y por Cristina Kirchner en el gobierno anterior. Hicieron una planta modelo a costa de explotar a sus trabajadores. Agregué que respaldaba incondicionalmente esta lucha y denuncié a los dirigentes del Smata por firmar un acta antiobrera a espaldas de los trabajadores. Hubo enormes aplausos, demostrando que hay una gran fuerza en la base para seguir esta lucha repudiando las prácticas pro patronales de la burocracia sindical”.
Giordano a su vez exigió que “la CGT tiene que adelantar el paro para unir al movimiento obrero contra los despidos, las suspensiones y el ajuste de Macri y de los gobernadores”.
Giordano junto al abogado Sancevich fueron entrevistados por importantes medios locales, difundiendo este importante conflicto, que demuestra que el movimiento obrero industrial está de pie y que, junto a dirigentes que no transen, está dispuesto a dar pelea contra el flagelo de la desocupación.
Corresponsal