Cambios en el gabinete: Más de lo mismo

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Salen Abal Medina y Guillermo Moreno. “Entra” Capitanich y Kicillof asume como ministro de Economía. El gobierno busca recobrar la iniciativa “unificando” mandos y sacando a las figuras más impresentables. Para los trabajadores y el pueblo nada cambiará: seguirá el “modelo” de pobreza, entrega y saqueo.

Escribe: José Castillo

Dos son las nuevas figuras destacadas. Por un lado Jorge Capitanich, nuevo jefe de Gabinete en reemplazo del deslucido Juan Manuel Abal Medina. Y por el otro Axel Kicillof, flamante ministro de Economía centralizando las decisiones económicas que hasta ahora aparecían dispersa y contradictoriamente distribuidas entre el ministro saliente Hernán Lorenzino, la ahora ex presidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, y el también “renunciado” super-secretario de Comercio Guillermo Moreno. Es evidente que el gobierno de Cristina de Kirchner -que también reapareció luego de un mes de enclaustramiento por su operación-, busca desesperadamente recomponerse tras la derrota de octubre. El mes de ausencia de la presidenta había agudizado el “cambalache” hasta el extremo donde no se sabía quién era el que realmente tomaba cada decisión.

El gobierno ahora trata de presentar dos figuras “fuertes y claras”. Para eso se “desprende” de Guillermo Moreno, que venía acumulando una serie de roces con algunos sectores patronales (aunque era “bancado” claramente por otros, que gracias a él tenían cubiertas sus ganancias), pero por sobre todo reunía un altísimo repudio popular, fruto de sus patoteadas y mentiras sobre la inflación (ver nota en página 3). Buscan así “oxigenar” al gobierno y generar nuevas expectativas. Así, la dupla Capitanich-Kicillof insiste en “mantener” y “profundizar” el modelo, a la vez que, para tranquilizar a los empresarios, afirman que “no va a haber anuncios espectaculares ni grandes cambios”.

Más allá de que millones ya rompieron electoralmente con el gobierno en las pasadas elecciones, podrá haber compañeros que se pregunten: ¿podrán, así sea parcialmente, beneficiar estos cambios a los trabajadores? Nuestra respuesta es tajante: ¡No! ¡Tajantemente no! Las reuniones con los empresarios ya lo preanuncian. Seguirá y se incrementará la inf lación: como un anticipo de “la fiesta”, ya las petroleras debutaron aumentando las naftas en un promedio del 8%, valores que rápidamente se van a propagar al resto de los bienes. Y las empresas eléctricas ya empiezan a subir sus cotizaciones en las bolsas en anticipo a los futuros aumentos de tarifas. Los pactos con la burocracia sindical también van en la dirección de un nuevo “techo” para las próximas negociaciones salariales que no alcanzará ni de lejos a que recuperemos todo lo que vienen perdiendo nuestros sueldos. Se va a seguir pagando cada peso de la inmoral deuda externa: ya se reafirma el regalo a los acreedores de más de 4.000 millones de dólares por el Cupón PBI gracias a una medición trucha del crecimiento económico. Y continuará incrementándose exponencialmente el saqueo y la entrega (ver nota sobre YPF-Repsol en esta misma página).

Será entonces, más de lo mismo. O peor: más ajuste y entrega. Quedará entonces un solo camino: resistir y salir a dar pelea. El compromiso del Frente de Izquierda es estar ahí, acompañando cada lucha, a la vez que salimos a postular un programa realmente alternativo, al servicio de las reales necesidades de los trabajadores y el pueblo.


El “currículum” de Capitanich

Jorge Capitanich, el hasta ahora gobernador del Chaco y flamante jefe de Gabinete, no es un recién llegado a la política. Hizo sus primeras incursiones durante el menemismo, donde fue “operador” para que el entonces candidato menemista, Ramón Palito Ortega, se impusiera en la interna peronista a Eduardo Duhalde. Luego “se pasó” al duhaldismo, siendo jefe de gabinete de éste durante su presidencia en 2002. A posteriori su carrera lo llevó de vuelta al Chaco, donde terminó como gobernador. Hombre de lo más reaccionario de la Iglesia Católica, se opuso al matrimonio igualitario y, por supuesto, es rabiosamente contrario al derecho al aborto. Claro que su preocupación por el “derecho a la vida” no es tal cuando se trata de los pueblos originarios: bajo su gobierno se está produciendo un verdadero genocidio hacia los Qom. Tampoco duda cuando se trata de reprimir a los trabajadores, cosa que sufrieron en carne propia estatales y docentes en su provincia. Este es el currículum de quien el kirchnerismo quiere hacer pasar como “progresista”. 


Massa también apoya

Sergio Massa se está “promocionando” como el futuro candidato a presidente de los argentinos, “creíble” ante los empresarios. Por eso empezó su obligada “peregrinación” por los países imperialistas y se reunió con lo más granado del empresariado español y funcionarios de su gobierno, acusados de corrupción. No podía extrañar entonces que, apenas conocido el planteo del pago multimillonario por YPF a Repsol, saliera a apoyarlo “fervientemente”. Al igual que en su coincidencia con el nuevo Código Civil, va quedando claro que, más allá de estilos, massistas y kirchneristas comparten lo fundamental.

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