Otra claudicación de la CGT

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La CGT volvió a ratificar su tregua con el gobiernoLa CGT volvió a ratificar su tregua con el gobierno. Firmó un acta escandalosa con los ministros Triaca y Prat Gay. La misma no dice una palabra de la reapertura de paritarias, ni del desempleo, ni de la pobreza. Solo reclama alguna “compensación” para los salarios más bajos.

Esta agachada se dio en el momento en que se conocía la cifra escalofriante de 13 millones de pobres; la caída de la actividad industrial con nuevos miles de desocupados; mientras las luchas aumentaron el 77% en agosto comparado con el mes de julio y se reveló que Macri gana 173.000 pesos de sueldo.

La CGT ratificó un diálogo con el gobierno y los empresarios, situación que Macri aprovecha para seguir adelante con el ajuste. De esta forma, la CGT le lava la cara a un gobierno ajustador. Las pruebas están a la vista: Triaca salió a decir “el gobierno tiene en común con la CGT el objetivo de mejorar a las personas más vulnerables”.

La CGT deja solos a los que luchan, haciendo más difíciles esas peleas. A los docentes, que están de paro en varias provincias; a los profesores universitarios; a judiciales y profesionales de la salud bonaerenses; a los trabajadores de la salud movilizados en Córdoba, o a los bancarios, integrantes de la CGT, que están en asambleas como parte de un plan de lucha, ya que al 33% de aumento que firmaron se lo tragó la inflación. Para estos trabajadores y para el resultado de sus peleas no es lo mismo que los dirigentes de la CGT pacten con el gobierno o que lleven a cabo un paro general. En vez de apoyar las luchas para que triunfen y de pedir que se reabran las paritarias, reclaman un bono miserable que lo único que hará será consolidar el robo salarial, salvando al gobierno y a las patronales de la reapertura de las paritarias.

La CGT pide un bono de fin de año, una suma fija para jubilados y planes sociales y la eximición del impuesto al salario (“ganancias”) del aguinaldo. Medidas que de una u otra manera el gobierno puede llegar a otorgar, como se hace cada año, posando de tener “sensibilidad social”. Pero, aunque las dé, no habría ningún cambio en la situación desesperante de millo- nes que ven caer todos los días sus ingresos ante los aumentos de los alimentos, la ropa y otras necesidades básicas. A tal punto que al 52,6% de los salarios se lo llevan los impuestos, por eso los trabajadores tienen que destinar entre 173 a 211 días de trabajo al año para pagarlos (Clarín, 2/10).

Incluso a esas migajas, Rogelio Frigerio las puso en duda, diciendo que Macri “gobierna para 40 millones de argentinos” y no para la CGT. Tampoco se sabe a quiénes comprenderían esas sumas que podrían dar. Se habla de los sueldos más bajos, pero hay muchas provincias y municipios que han dicho que están quebrados y “no podrían afrontar” el pago. Es el mismo verso de siempre. El gobierno sigue pagando la deuda externa, exime de impuestos a las megamineras y subsidia a las petroleras con la complicidad de gobernadores e intendentes, mientras a coro, dicen que no hay plata para aumentar los salarios de pobreza. Una caradurez completa.

Al “paro sin fecha” que aprobó el Confederal de la CGT no lo quieren ni el gobierno, ni los dirigentes del triunvirato, la iglesia, Sergio Massa y la mayoría del PJ. La CGT argumenta que hay que “cuidar la gobernabilidad” y no confrontar con quienes todavía tienen “expectativas” en el gobierno. ¿Pero por qué la CGT no les consulta a los trabajadores cómo les está yendo con el ajuste, los tarifazos y el robo salarial? La CGT habló con todos: gobierno, empresarios, el PJ y la pastoral... ¡pero no consulta a los trabajadores!

Héctor Daer, ante la pregunta de si habrá un paro, dijo “no hay tregua ni fecha de paro”. Un eufemismo que deja claro que sí hay tregua, y que no hay paro. Daer agregó: “no se puede estar medio embarazado”, graficando que si no se fijó la fecha no habrá paro. “Si llegamos a un acuerdo con el gobierno no habrá medida de fuerza”, afirmó. Schmid catalogó al encuentro con el gobierno como una “reunión muy positiva”. Acuña, otro de los miembros del triunvirato, para bajarle el tono al paro se preguntó “¿después del paro qué?”. ¡Que primero convoquen al paro! El “qué” posterior debería ser un plan de lucha para derrotar las medidas antiobreras del gobierno. Quienes dicen que hay que hacer un paro son Pablo Moyano de Camioneros y la Bancaria de Palazzo.

Repudiamos la nueva claudicación de la CGT. Llamamos a rodear las luchas de solidaridad y a coordinarlas para que triunfen. Que la CGT rompa la tregua con el gobierno y fije la fecha del paro general junto a la CTA, contra el ajuste de Macri y de los gobernadores.

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