Acto del 22 de agosto: Los que fueron y los que no a Plaza de Mayo

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Nacional Los que fueron y los que no a Plaza de mayoEscribe Gabriel Massa

La clase trabajadora expresó de manera clara y contundente su bronca contra el gobierno y su reclamo contra el ajuste de Macri, en una plaza con miles de trabajadores.

Reivindicar que el del 22 de agosto fue un importante acto de los trabajadores contra el gobierno no debe significar que cerremos los ojos a lo que se vio –y lo que no se vio– en la Plaza de Mayo.

En el editorial de página 2 ya señalamos que el acto se vio limitado en su convocatoria por las peleas entre distintos sectores de la burocracia y la forma misma y la fecha en que fue llamado.

En la plaza hubo cuatro sectores presentes y uno ausente que tuvieron mucho que ver con sus características. Primero está el sector del moyanismo, que busca afirmar su juego propio, incluso postulándose para que vuelva a haber un solo secretario general de la central, que le responda. Siempre sin sacar los pies del plato del acuerdo de no hacer olas –al menos muchas olas– hasta después de las elecciones de octubre. Fue respondiendo a esta estrategia de afirmarse como jefe de la CGT, que fue el principal impulsor del acto del 22 de agosto y del anuncio de un confederal que discuta un posible plan de lucha… dentro de un mes.

Y también los moyanistas fueron los que impusieron en el acto toda la tradicional simbología peronista, incluida la “marchita” que sonó a todo volumen desde los altoparlantes después del discurso de Schmid, como manera de distanciarse de Cambiemos y el gobierno, sin embanderarse con ningún candidato electoral.

Por otra parte, Schmid en su discurso subrayó que la CGT no hacía el acto “en apoyo a ningún candidato”, buscando así subrayar su distancia tanto del gobierno como del kirchnerismo en las elecciones.

El moyanismo logró el apoyo de los llamados “independientes” –Uocra, UPCN, Alimentación, etcétera– que estuvieron en el acto. Este sector pretende evitar toda ruptura de la CGT y por eso trató de sumar todas las adhesiones posibles al acto, al mismo tiempo dando indicios de que no quiere confrontar con el gobierno y con su plan.

Confluyó con ellos la Corriente Federal, liderada por Sergio Palazzo de la Asociación Bancaria, el sector de las conducciones de la CGT que apoya a Cristina Kirchner. Por supuesto que su objetivo al impulsar el acto fue tratar de favorecer a su jefa en las elecciones de octubre. En esto coinciden con la conducción de la CTA de Yasky y Baradel. Por eso mismo el moyanismo insistió en que no hubiera representantes de esos sectores en el escenario a pesar de que convocaban también, evitando toda identificación del acto con Cristina.

En la plaza se notó la ausencia de la UOM, el Smata, Luz y Fuerza, Ferroviarios y otros gremios grandes, nucleados en los llamados “gordos”, que no tienen ningún problema en mostrar con toda claridad su apoyo al gobierno y sus planes. Las conducciones de estos gremios vienen facilitando todos los planes de flexibilización y los despidos y suspensiones masivas de las grandes patronales. Y seguramente se opondrán duramente a cualquier votación de plan de lucha en el confederal que quedó convocado para el 25 de septiembre.

Finalmente en la plaza se dio la presencia de una importante columna del sindicalismo combativo y la izquierda, encabezada por los despedidos de PepsiCo, los ferroviarios del Sarmiento, los trabajadores del neumático (Sutna) y otros.

La conducción anticipó el inicio del acto –programado para las 15, comenzó a las 14:30– y aceleró el discurso de Schmid que duró apenas diez minutos, no fuera a ser que se complicara la cosa.

Por eso no fueron pocos los compañeros que llegaban recién salidos de sus trabajos y se encontraron con el acto finalizado. A pesar de todas las limitaciones de la convocatoria, venían con ganas de protagonizar una gran jornada de lucha contra Macri. Tendrán que volcar esas ganas y esas energías a reclamar que se concrete el paro y plan de lucha.