Estatales: Plan de lucha para derrotar los despidos

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plan de lucha para derrotar los despidosEscribe Pablo Almeida, Delegado general ATE Mecon (Hacienda y Finanzas)

El comienzo de 2018 ratificó lo que todos los trabajadores estatales sabíamos: el gobierno comenzó una nueva oleada de despidos para descargar el peso del ajuste sobre nosotros. Solo en la administración pública nacional el macrismo despidió cerca de 1.500 trabajadores. Los gobiernos provinciales y municipales, con Vidal a la cabeza, siguen el mismo camino que el nacional. Es necesario un plan de lucha unificado de todos los trabajadores estatales para derrotar el ajuste.

El gobierno de Cambiemos ha hecho de los trabajadores estatales uno de los blancos preferidos del ajuste. Detrás de campañas mediáticas, plagadas de mentiras y calumnias, se busca demonizar a los empleados públicos para legitimar una nueva etapa del ajuste. Despiden con el pretexto de “modernizar” el Estado y alcanzar “dotaciones óptimas”, para luego destinar los fondos supuestamente “ahorrados” al pago de la fraudulenta y usuraria deuda externa que el mismo gobierno aumenta en forma sideral.

Pero también se busca debilitar áreas estratégicas del Estado, de forma de favorecer directa o indirectamente los negocios de los “amigos” del sector privado nacional y extranjero. Eso es lo que explica que algunos de los más afectados por los despidos sean Senasa (control de alimentos) y Fabricaciones Militares, o que se busque directamente privatizar gran parte de las funciones de la Dirección Nacional de Vialidad.

Algunas lecciones para enfrentar los despidos

En los últimos sesenta días varios sectores fueron sacudidos por despidos masivos. El Enacom, los ministerios de Energía, de Ambiente, de Defensa, la Jefatura de Gabinete, Acumar, la Televisión Digital Abierta (TDA), el Canal de la Ciudad y hasta el Ballet Nacional de Danzas, entre otros, enfrentan la política de “reducción de personal” del macrismo. En muchas de las áreas afectadas se dieron peleas importantes con asambleas, medidas de fuerza y ocupaciones parciales de las oficinas centrales. Lamentablemente, como ya sucediera en la oleada de 2016, el hecho de pelear en forma aislada, lugar por lugar, demostró ser un método con muchísimos límites que no permite revertir la totalidad, y en algunos casos ninguno, de los despidos. Esta política de no generar una lucha de conjunto es impulsada, por acción u omisión, por los distintos sectores de las direcciones burocráticas de ATE, y se suma a la criminal división de aparato que atraviesa a la conducción de nuestro gremio. Frente a un ataque de las dimensiones aquí mencionadas, tanto la conducción nacional en manos de la lista Verde de Cachorro Godoy y Víctor De Gennaro, como la conducción de la seccional Capital en manos de los kirchneristas de la Verde y Blanca se han negado a hacer una sola movilización en conjunto. Han llegado incluso al ridículo de movilizar en el mismo lugar pero con diferencia de minutos, o de realizar plenarios de delegados para analizar los mismos temas con diferencia de un día.

Es imperioso derrotar esta política al interior de nuestro gremio. Tenemos que imponer desde cada asamblea y reunión de delegados o activistas el apoyo total a las luchas que siguen en curso. Como la de los trabajadores de la UEP (Educación de La Plata) que llevan más de quince días de toma, o la pelea de los “fabriqueros” de Fanazul que protagonizaron una verdadera pueblada en la ciudad de Azul contra el cierre de la fábrica. Pero también tenemos que dar una salida desde abajo frente a la división de las conducciones burocráticas de nuestro gremio. Llamamos a pelear por un plan de lucha unificado de todos los estatales, que sea decidido en un plenario de delegados con mandato de asambleas de base o en una asamblea general de afiliados.