Deuda externa: ¿Qué pasa si no pagamos?

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deuda externa que pasa si no pagamosMuchos compañeros, aun acordando en que la deuda externa es el barril sin fondo por donde se van nuestros recursos, plantean dudas sobre nuestra propuesta de dejar de pagarla. Honestamente nos preguntan si se puede: ¿no nos embargarán? ¿Las grandes potencias no nos invadirán?

Lo primero que debemos responder es que estamos planteando algo que ya sucedió cientos de veces. Hay muchísimas experiencias de países que dejaron de pagar su deuda en distintas circunstancias: lo hizo Rusia en la revolución de 1917 y Cuba en 1959. Pero también países capitalistas recurrieron a esa política. Los propios Estados Unidos en la guerra civil, o Inglaterra, cuando dejó de pagarnos la deuda acumulada durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque parcialmente, ya que nunca se dejó de pagar, podemos referirnos también a la suspensión de pagos de una parte importante de la deuda en medio del Argentinazo de 2001. ¿Qué pasó en todos esos casos? Esos fondos sirvieron para resolver situaciones de crisis extremas, ¡hasta el entonces presidente Duhalde, para aplacar la rebelión popular desatada en diciembre de 2001, utilizó esos fondos para otorgar dos millones de planes sociales a los desocupados!

No estamos diciendo que no pueda haber ningún tipo de represalias económicas o políticas de las potencias imperialistas. Sostenemos que en ese caso nos defenderemos llamando a la conformación de un club de países deudores, ya que la deuda externa no es un problema exclusivamente argentino, sino que afecta a todas las naciones de Latinoamérica. Apelaremos a que, de conjunto, uniendo todas las riquezas (los alimentos argentinos, la industria brasileña, los minerales chilenos y bolivianos, el petróleo venezolano y ecuatoriano) podremos resistir cualquier embargo.
En cualquier caso, algún problema que pueda surgir a partir de la suspensión de los pagos de la deuda será infinitamente menor a los beneficios que se obtendrán por el solo hecho de cerrar ese “barril sin fondo” por el que se van nuestras riquezas y el trabajo de nuestro pueblo.