¡No al pacto Macri-FMI!

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NO AL PACTO MACRIFMIEscribe José Castillo

El FMI ya impuso su primera exigencia: un ministro coordinador de Economía encargado de garantizar el ajuste. Al que ya se venía realizando se le sumará ahora el que reclama el Fondo. Todo al servicio de seguir pagando una deuda externa que en estos días volvió a incrementarse. Hay que conformar un gran movimiento nacional, obrero y popular, contra el acuerdo de Macri con el Fondo, planteando que la única salida es dejar de pagar la deuda externa

Finalmente asistimos a una semana de “calma cambiaria”. El dólar se estabilizó alrededor de 25 pesos y, por ahora, empieza a abandonar la tapa de los diarios, reemplazado por los 23 elegidos por Sampaoli para la Selección. Es hora, entonces, de hacer el recuento de los ganadores y perdedores de esta corrida.

Los grandes triunfadores fueron, como uno ya se imagina, los grandes pulpos de la especulación financiera. Venían haciendo millonadas con la bicicleta financiera. Luego el Banco Central les vendió dólares “baratos” a 20 o 21 para fugarlos. Y al final se los volvió a comprar a 24 para que vuelvan a pasarse a pesos y disfrutar de la nueva bicicleta, esa que se abre ahora con la tasa al 40%. Ganaron los monopolios exportadores, que retuvieron las divisas y ahora las cambian con un 25% de ganancia por la devaluación. Ganaron los bancos, a los que se les permite reducir al extremo lo que deben mantener de efectivo mínimo para garantizar los depósitos a cambio de comprar Lebac y hacer una gran diferencia con la supertasa de interés.

Del otro lado quedan los perdedores: los trabajadores, los jubilados, los que viven de changas o cobran planes sociales. Todos ya están viendo sus ingresos licuados por la mayor inflación y por el encarecimiento de cualquier tipo de crédito con las altas tasas de interés. Y a esto hay que sumarle la recesión que ya comenzó a sentirse, y que tendrá sus secuelas en términos de más desempleo y miseria.

La otra consecuencia: un mayor endeudamiento

El gobierno de Macri logró superar “exitosamente” el supermartes del 15 de mayo, cuando vencían Lebac por 670.000 millones de pesos, a cambio de renovarlos a una tasa por las nubes de 40%. Esos mayores intereses hay que cargarlos a la cuenta de la deuda argentina. A esto sumémosle la maniobra del ministro de Finanzas Luis Caputo, que logró más “financiamiento” colocando bonos llamados BOTE por casi 4.000 millones de dólares entre dos fondos buitres amigos del ministro, Templeton y BlackRock.

La realidad es que, para financiar tanto la bicicleta financiera como la posterior fuga de capitales, el gobierno de Macri sigue con su carrera loca de mayor endeudamiento. La deuda externa argentina total, sumando nación y provincias, en bonos nominados tanto en dólares como pesos, ya se acerca al monto impagable de 400.000 millones de dólares. El año pasado, sólo de intereses de esa deuda, se pagaron en efectivo 16.000 millones de dólares. Este año, ese monto se incrementará a 20.000 millones.

El acuerdo con el FMI llega para garantizar que se siga pagando

Ya se dieron los primeros pasos. La delegación argentina visitó Washington. Y el directorio del FMI “aprobó” iniciar las negociaciones para concretar el préstamo. Se habla de un monto de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares, que el gobierno recibirá en tramos, previa estricta supervisión que se está cumpliendo con el ajuste que se establezca.

Más allá de que podamos tener una idea de cuáles serán los planteos del Fondo (ver “El acuerdo que se viene con el Fondo” en esta página), ya la Argentina está cumpliendo con la primera exigencia: nombrar un ministro “coordinador” único por encima de los demás en que se dividió el viejo Ministerio de Economía. La designación cayó en el actual ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, tal vez por sus buenas relaciones con Christine Lagarde luego de que gastara 31.000 pesos -obviamente de fondos públicos-, en invitarla a cenar en una visita anterior. Dujovne tendrá la tarea de ser “el hombre del ajuste”: él será quien se comprometerá a “tachar” partidas, que significarán despidos, menos plata para educación, salud u obras públicas y todas las otras exigencias que aparezcan en el acuerdo con el FMI.

Los trabajadores argentinos vamos a ser ajustados, entonces, para que se siga pagando la deuda. El acuerdo Macri-FMI será el que lo garantizará. Tenemos que salir a enfrentarlo, o este mayor ajuste nos comerá vivos. Hay que poner en pie ya mismo un gran movimiento nacional, obrero y popular contra este acuerdo. Planteando que la única salida es romper con el Fondo y dejar de pagar la deuda externa. Para que la crisis la paguen quienes la provocaron y no los trabajadores.


El acuerdo que se viene con el Fondo

Mientras Macri y su ministro Dujovne siguen insistiendo con la mentira de que el Fondo “no nos pondrá condicionamientos”, los economistas y políticos patronales de todos los signos (incluso muchos oficialistas) reconocen que no hay acuerdo con el Fondo que no tenga su respectivo “plan de ajuste”. El año pasado hubo una misión del FMI que se dedicó a auditar la economía argentina y luego elaboró “recomendaciones”. Ahí aparece lo que ahora se transformará en exigencias: ajustar el sistema jubilatorio (aumentando la edad para acceder al beneficio, haciendo que las actuales jubilaciones pierdan poder adquisitivo por ajustarse por debajo de la inflación o eliminando ciertos regímenes especiales como el de docentes), reducir el gasto con una velocidad mayor a la que se viene haciendo, afectando erogaciones sociales tales como salud, educación o vivienda, además de echar a miles de empleados públicos y avanzar con la reforma laboral, liquidando los convenios colectivos y las conquistas que los trabajadores ganaron durante décadas.

Al ajuste que Macri ya viene realizando en sus dos años y medio de mandato se le suman ahora los costos de la devaluación y la corrida de estos días, que significarán más inflación y recesión. A todo eso tendremos que agregarle el plan de ajuste pactado con el Fondo. Sobran razones para salir a enfrentar todo esto impulsando un gran movimiento obrero y popular contra el FMI, exigiendo paro y plan de lucha hasta derrotar este acuerdo.