Venezuela: “Vivimos una catástrofe social”

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)

Vivimos una catástrofe socialEntrevistamos a Miguel Angel Hernández, dirigente del Partido Socialismo y Libertad (PSL) y profesor de la Escuela de Sociología de la UCV (Caracas)

- ¿Qué posición asume el PSL ante la actual crisis política y social?
- Estamos de acuerdo con la mayoría de los trabajadores, de sectores populares y la juventud en que el gobierno de Maduro tiene que irse, ya que está destruyendo al país.
Pero no creemos que la solución para el pueblo trabajador sea la intervención imperialista que Trump viene impulsando desde enero, cuando Juan Guaidó se proclamó presidente. Es la derecha patronal que busca una ruptura de las fuerzas armadas para dar un golpe o incluso amenazando con una intervención militar.
Hemos sido categóricos en repudiar la intervención yanqui. Pero también repudiamos la intervención rusa que está enviando militares “asesores”.

Guaidó no es alternativa. El “Plan País”, que propuso, lo refleja. Plantea despidos, privatización de servicios, seguir pagando deuda, incluso a Rusia y China.
Por eso decimos que la salida solo puede venir de la mano de los trabajadores y el pueblo. Que se masifiquen y extiendan las movilizaciones como las realizadas los últimos días por los apagones, o las movilizaciones del 21 y el 23 de enero, o la reacción de los indígenas pemones que enfrentaron a la Guardia Nacional. Todas estas movilizaciones fueron independientes de Guaidó y los partidos que lo apoyan. Muestran que es posible que el pueblo venezolano con su movilización decida el destino del país y logre echar a Maduro e imponer un nuevo gobierno de los trabajadores y el pueblo que reorganice el país.

-¿Cuál es la situación de la clase trabajadora?
- Catastrófica. Lo más conocido es la destrucción del salario, el 70% de la población gana entre uno y dos salarios mínimos, esto es entre 18.000 y 36.000 bolívares soberanos (entre 6 y 12 dólares). Esto en un marco de hiperinflación, donde los precios se duplican cada quince o veinte días. Lo fundamental hoy no es la escasez. Hay productos, pero los trabajadores no pueden comprarlos. El salario mínimo mensual equivalía hace dos semanas a un kilo de queso. Además, se anularon de hecho los contratos colectivos. Esto lo sufre toda la clase trabajadora, incluso los que antes estaban mejor pagos, como técnicos petroleros o de electricidad o empresas siderúrgicas que ganan esos salarios. ¡En ningún país del mundo un petrolero gana 7 dólares!

- ¿Entonces cómo sobreviven los trabajadores?
- Al mísero salario se suman bonos que el gobierno otorga a través del “carné de la patria” y las cajas CLAP de comida que no llegan a la mayoría de las familias, pero sí a sectores muy grandes, teóricamente una vez al mes, tampoco con regularidad. La caja tiene harina de trigo, de maíz, aceite, las pocas proteínas que trae son lentejas y porotos negros, leche en polvo, tres latas de atún al mes. Además, muchos reciben algo de dinero que mandan los 4 millones de personas (de 30 millones de habitantes) que emigraron.
Pero todo esto no alcanza para mantener una nutrición básica. Hace unos tres años se hizo un estudio de universidades que indicaba que la población en promedio bajó de peso 8 kilos en un año. Y hay casos graves de desnutrición en varias partes del país.

- Maduro dice que es culpa de la guerra económica y del bloqueo imperialista
-Eso no es real. El gobierno acuerda precios con los empresarios desde hace años. En el sector petrolero, desde cuando gobernaba Hugo Chávez, hace negocios con empresas transnacionales. Por ejemplo con la Chevron, que anunció incluso después de las recientes sanciones de Trump que seguía operando en Venezuela, además de empresas chinas, rusas, bielorrusas, etcétera. Y recientemente firmó un acuerdo con otra empresa norteamericana.

- ¿Pero hubo sanciones imperialistas?
- Hasta febrero fueron casi simbólicas, sanciones individuales a algunos funcionarios que no afectaban a la economía. Recién ahora, desde febrero, Trump comenzó a aplicar sanciones y congeló fondos petroleros de Citigo, la empresa petrolera del Estado venezolano en Estados Unidos, por unos 10.000 millones de dólares. Estas sanciones sí afectan, pero no pueden explicar la crisis que se viene profundizando desde hace años.

- ¿Cuál fue la reacción del gobierno de Maduro ante las sanciones?
- Ni siquiera después de este bloqueo de fondos ordenado por Trump, que nosotros repudiamos, Maduro toma ninguna medida antiimperialista. ¡Dijo que iba a juntar firmas para llevar a Estados Unidos pidiendo que anule la medida! Pero ni juntaron las firmas, ni tomó ninguna medida real de represalia contra las empresas norteamericanas en Venezuela, que siguen llevándose sus ganancias normalmente, y tampoco suspendió los pagos de la deuda externa.

- ¿Cómo se llegó a esta situación, la mayor catástrofe económico-social en Latinoamérica en más de un siglo, siendo Venezuela un país con las mayores reservas petroleras del mundo?
- El país y sus trabajadores generaron una inmensa riqueza en estos años. Especialmente petróleo. Pero gran parte de esta riqueza se fue del país, y a las multinacionales. El gobierno de Maduro no es socialista ni antiimperialista. El llamado “socialismo del siglo XXI” fue una mentira. El chavismo desde el principio pactó con las petroleras multinacionales y con la propia burguesía tradicional venezolana, como el grupo Cisneros. Se dijo que había nacionalización, pero lo que hubo fueron empresas mixtas con petroleras que se llevaron inmensas ganancias como socios de Pdvsa (la petrolera estatal).

Además, se sigue pagando la deuda externa, dinero que no se usó para beneficio del pueblo sino para alimentar la fuga de capitales, a bancos tradicionales. Se pagaron más de 80.000 millones de dólares en los últimos cuatro años, ya en plena crisis. Los bancos tradicionales, Citibank, Santander, Bilbao Vizcaya, y telecomunicaciones son los sectores que más beneficios obtuvieron en todo el período chavista.

Y además en todos los negocios con las importaciones sobrefacturadas el Estado regalaba los dólares que ingresaban por petróleo, a un décimo de su valor o menos, a los “boliburgueses” y otros importadores y a las mismas multinacionales que lograron fabulosas ganancias y se las llevaron a Estados Unidos o a paraísos fiscales.
Esto generó una fuga de capitales gigantesca, más de 300.000 millones de dólares en el período chavista. Esto produjo además de la miseria, una total desinversión que está paralizando las empresas básicas, como la siderúrgica Sidor, de electricidad (lo que produce los apagones) y, lo más grave, la propia petrolera que pasó de producir 3 millones de barriles diarios a menos de un millón en la actualidad. El 94% de las exportaciones son de petróleo.

- Ante este desastre, ¿qué propone el PSL?
- Reitero que la solución no vendrá de Trump y sus aliados Guaidó y la derecha proyanqui. Como rechazamos cualquier intento de golpe o intervención imperialista decimos que el gobierno cívico-militar de Maduro se tiene que ir. Lo tiene que sacar el pueblo movilizado para que tome en sus manos su destino. Desde el PSL proponemos un gobierno de trabajadores que implemente un plan económico popular con salario de acuerdo a la canasta básica, que el petróleo sea 100% estatal, sin empresas mixtas, no pago de la deuda, un plan de importación masiva de alimentos y medidas de emergencia para reactivar la producción petrolera, electricidad y otras. Con sectores políticos y sindicales de izquierda estamos impulsando un agrupamiento amplio para impulsar la movilización obrera y popular contra el gobierno y las amenazas imperialistas y dar pelea por construir una alternativa política independiente de los trabajadores y el pueblo venezolano, distinta de Maduro, Guaidó, los militares y el imperialismo. Esta es la propuesta que venimos levantando desde el PSL y C-Cura, nuestra corriente sindical combativa.

- ¿Por qué los apagones?
- Agravando el desastre económico social hubo cinco apagones, cortes generalizados de electricidad en gran parte del país en marzo. Los cortes de electricidad provocan además que se corte el agua. Esto no tiene nada que ver con un “sabotaje” o “ataque cibernético” de Estados Unidos, como dijo Maduro. Sabemos de la crueldad imperialista, pero todo indica que esto fue por la falta de mantenimiento durante años. Esto lo dijo incluso un dirigente partidario del gobierno, Alí Briceño, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de Electricidad. Briceño, además de la falta de mantenimiento, denunció que 24.000 trabajadores (de 50.000 en total), y entre ellos 14.700 ingenieros y técnicos, se fueron de Corpoelec, la empresa estatal de electricidad, y de Venezuela. Por otra parte, el sistema no es digital, por lo cual no puede ser víctima de un “ataque cibernético”.

 

 Exitosa charla en Haedo junto a trabajadores, mujeres y jóvenes

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