Rompamos con el FMI: Paro y plan de lucha

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Rompamos con el FMi Paro y plan de lucha

Editorial

En medio de la continuidad de la debacle económica que la semana pasada le sumó el dato de la inflación récord de marzo, Macri lanzó su paquete de medidas. Pretende esconder la brutalidad del saqueo al bolsillo trabajador: desde 2015 a hoy los salarios perdieron 60% de su poder de compra y las jubilaciones y los planes sociales mucho más aún. Las nuevas medidas son tan parciales, deshilachadas, directamente truchas, que hasta los propios funcionarios oficialistas salieron a decir que solo se trata de un “mero alivio”. En realidad, son la respuesta de un gobierno que entra al período electoral con una caída creciente absoluta en las encuestas. Todas reflejan que se hunde.

No hace falta recurrir a las consultoras, cualquiera lo palpa en la calle con la bronca creciente. ¡Hasta el propio Macri anunció una que le daría arriba, la única que solo circula desde las usinas de las Rosada!

Las medidas -que encima fueron anunciadas por medio de un video casero- son un manotazo de ahogado. En su desesperación el gobierno tuvo que sentarse con las patronales para pedirles que “aflojen algo” para así tener alguna posibilidad de llegar a octubre. El dueño de Cabrales lo ejemplificó: “ni loco les daba el café, pero no me costaba nada entregar el té, que es un negocio menor” (reportaje en Animales Sueltos, 22/4), para así explicar por qué aceptó poner ese producto en el listado de “precios esenciales”. Hace apenas una semana, el propio jefe de Gabinete Marcos Peña afirmó en el Congreso “no vamos a congelar”. Luego pasó a hablar de precios congelados, más adelante que no eran congelados sino “acordados” por 180 días, para elegir finalmente el nombre de “esenciales”, garantizados por un supuesto “pacto de caballeros”. Obviamente, con estas medidas de puro marketing preelectoral (que analizamos en detalle en las páginas centrales) no va a generar ningún alivio para el pueblo trabajador.

Mientras crece la bronca, y en muchos casos la desesperación (en estos días se viralizó la imagen de una abuela intentando suicidarse en el subte), la oposición peronista sigue haciendo reuniones y giras lanzando sus precandidatos. Ya se perdió la cuenta de cuántos: Massa, Urtubey, Lavagna, Pichetto, Scioli, Rossi, Solá, Rodríguez Saá, Kicillof…). Mientras Cristina sigue en la incertidumbre de si se presenta o no. Hasta se dio la nota de color de un Sergio Berni que declaró “yo soy de derecha”, mientras afirma su pertenencia al kirchnerismo. Lo único concreto es que en ningún caso ofrecen un plan alternativo al ajuste de Macri y el FMI.

Kicillof, ante las nuevas medidas, se quejó porque le robaron la idea: “Aplican los mismos precios cuidados que nosotros”. Pero lo más importante, sin duda, es que todos los candidatos peronistas insisten en que renegociarán el acuerdo con el FMI. Como explicamos en páginas centrales, no hay ninguna posibilidad de renegociación “progresista” con el Fondo. La insistencia del peronismo, y en particular el kirchnerismo, en que van a cumplir con el FMI, reflotó el “teorema de Baglini” (se cambia el discurso a medida que se acerca la posibilidad de llegar al poder), con un giro cada vez mayor a la moderación de un peronismo kirchnerista que hace un año llegó a hacer actos con el lema “la patria está en peligro” y exaltados discursos contra el FMI.

Ante el desastre del macrismo, insistimos que el peronismo no es salida. El FIT sale a dar pelea y ha lanzado su fórmula presidencial (Nicolás Del Caño precandidato a presidente y Romina Del Plá a vice) a la que se le sumarán los candidatos de Izquierda Socialista (ver página 3).

A todo esto, ¿en qué andan los burócratas sindicales? La CGT sigue en la tregua y pacta con el gobierno de Macri, negándose a convocar al paro general con excusas insostenibles como que “no hay ambiente”. Acuña llegó a plantear que “desde todos los sectores se le dio una mano al gobierno. La CGT siempre fue prudente, como tiene que ser” (Página12, 20/4). Por su parte, la CATT (Cámara Argentina de Trabajadores del Transporte) llegó al ridículo de plantear una “retención de tareas” (ni siquiera paro) para el feriado de 1° de mayo. Su preocupación está puesta en cómo juegan en la interna del peronismo (Daer y Acuña apoyan al peronismo federal). Andrés Rodríguez, de UPCN, afirmó que “no hay que parar porque este es un año político”.

Del otro lado, tenemos a Hugo Moyano. Su sector sindical (Camioneros, junto con Bancarios y el Smata) lanza un “paro” para el 30 de abril, apoyado por las CTA Yasky y Micheli. Se trata de una medida aislada y parcial. Estos dirigentes, o no hacen nada, o “regulan” cualquier medida acomodando sus intereses a la interna del PJ. Camioneros y Moyano el 21 de febrero de 2018 utilizaron una marcha multitudinaria para llamar a “votar bien” (al peronismo) y luego le dieron la espalda a las marchas contra el presupuesto 2019 a fines del año pasado para hacer una misa en Luján.

Ante el paro del 30 que convoca el sector Moyano y las CTA, desde la izquierda y el sindicalismo combativo llamamos a parar en los gremios que han convocado, haciendo asambleas para exigir a su vez un verdadero plan de lucha y no un paro aislado. Y en los gremios donde sus dirigentes no han convocado hay que hacer asambleas en los lugares de trabajo para decidir de qué manera se participa de la jornada. Ese día, el Frente de Izquierda convoca a Plaza de Mayo y en todas las plazas del país a los actos en conmemoración del 1º de Mayo reclamando un verdadero paro nacional y plan de lucha hasta derrotar el ajuste e imponer reales medidas de emergencia para el pueblo trabajador.