Malvinas, Prueba de Fuego
Presentación
Visitando recientemente nuestro
país, el músico inglés Roger Waters
(quien fuera líder de Pink Floyd),
afirmó, antes de tocar para 100.000 personas en River, que
le da "asco"
saber que sus compatriotas están preparando un festejo para
celebrar el
25º aniversario de la Guerra de Malvinas. Y
añadió: "Margaret Thatcher
entra en esa categoría de Georgebushianos, de gente
asquerosa".
Efectivamente, el actual gobierno británico va a festejar su
triunfo
imperialista contra Argentina. Ya el primer ministro de Gran
Bretaña,
Tony Blair, recientemente señaló que, en
relación a la guerra, él
"hubiera hecho lo mismo que la Thatcher".
Sí, realmente,
coincidimos con Waters: "gente asquerosa".
Las Malvinas son argentinas
No
puede olvidarse el origen del conflicto. Cuando el 2 de abril de 1982
la Argentina intentó recuperar por la fuerza su
soberanía de las Islas
Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, fue una legítima
defensa de su
territorio después de haberlo reclamado
pacíficamente, e inútilmente,
durante 149 años, desde la ocupación ilegal
británica en 1833. Esto es
así, al margen de los motivos coyunturales que tuvo la
dictadura
militar para decidir la acción y del resultado de la misma.
El
Imperio británico ocupó islas y hasta
países completos en África, Asia
y América Latina durante el siglo XIX. En muchos lugares
establecieron
"enclaves", expulsando o asesinando a la población nativa y
estableciendo colonizadores ingleses. Esto es lo que sucedió
en
Malvinas desde el 3 de enero de 1833, donde los primitivos pobladores
argentinos fueron expulsados y sin ningún título
jurídico ni
geográfico, el archipiélago fue ocupado por la
fuerza con colonos
ingleses.
Esto fue hecho por Gran
Bretaña después de haber firmado un "Tratado de
Paz y Amistad" con la
República Argentina en 1825. Es decir, no existió
ningún motivo que
pudieran alegar los piratas ingleses. Salvo su propio criterio
imperialista que consideraba que se podían apropiar de lo
que quisieran
sin dar explicaciones. Incluso para la misma época que
ocuparon
Malvinas, llegaron a incursionar en Tierra del Fuego, establecieron una
misión "religiosa" (que luego abandonaron) y hasta se
llevaron a
Londres secuestrados "de recuerdo", a varios indígenas.
Basta
observar un planisferio para ver que tampoco hay ningún
motivo
geográfico que justifique el robo. El único
"argumento" es la
población, que son los propios descendientes de los
invasores de 1833,
y otros llevados por los ingleses. Hoy hay 2.300 "kelpers" implantados
por los ingleses en Malvinas. Gran Bretaña les dio el
"derecho a la
autodeterminación", con lo cual esas personas
tendrían un supuesto
"derecho", no solo sobre las islas, sino sobre una inmensa
extensión
del Mar Argentino, sobre una inmensa riqueza pesquera actual, sobre el
krill, el petróleo y los minerales de una región
virgen que sin duda
tratarán de explotar en el futuro. Por cierto ya lo
están aprovechando,
otorgando licencias de pesca a barcos de todo el mundo para que
depreden el Mar Argentino.
Fue
y es simplemente un robo producto del colonialismo. También,
desde la
guerra, hay una poderosa base militar para custodiar a los ladrones,
que constituye una amenaza contra toda Latinoamérica.
Por qué la guerra
El
plan económico de Martínez de Hoz
inició una colosal bicicleta
financiera especulativa. Nacían fortunas en pocas semanas
entre
burgueses y militares. Esto fue acompañado por una
corrupción
desenfrenada del régimen, que incluyó hasta el
robo de propiedades a
capitalistas caídos en desgracia y a los "desaparecidos". Y
que llevó a
una feudalización (cada jefe militar robaba y asesinaba en
su área de
influencia sin rendir cuentas a nadie, ni siquiera a la propia Junta).
Esto provocó el desarrollo de sectores burgueses y militares
desclasados, irresponsables y aventureros.
El
presidente Galtieri fue quien los reflejó más
directamente desde el
gobierno, en el momento en que la crisis económica
internacional había
puesto un palo en la rueda de la "bicicleta" financiera y el plan
económico estaba al borde del derrumbe.
La
dictadura perdía aceleradamente el apoyo que
había tenido de grandes
sectores de clase media y comenzaba a haber importantes luchas obreras.
Los milicos y la burguesía tenían terror a un
estallido popular que
barriera al régimen y le pidiera cuentas por sus
crímenes.
Desde 1979 la
revolución nicaragüense contra Somoza, las
rebeliones en toda Centroamérica, la caída del
régimen militar peruano, eran un fuerte alerta.
Galtieri
trasladó el aventurerismo irresponsable en la
economía al terreno
político, diplomático y militar.
Intentó superar la crisis "apostando"
al apoyo yanqui contra los británicos y lanzó el
operativo Malvinas. No
buscaba, ni mucho menos, hacer una guerra antiimperialista. Al
contrario, quería convertir a Argentina, incluyendo el
Atlántico Sur y
Malvinas, en una colonia yanqui. Pensaba en una ocupación
breve y una
negociación posterior, sin disparar un tiro.
Pero
"el diablo metió la cola". Todo le salió al
revés a la Junta. Los
yanquis apoyaron a Gran Bretaña, la Thatcher se
negó a negociar
ordenando el ataque, e irrumpieron las masas populares en Argentina.
Así se explica la
paradoja de que el gobierno más proimperialista de nuestra
historia se viera envuelto, sin proponérselo, en un choque
armado con el imperialismo británico y en un enfrentamiento
político y diplomático con Estados Unidos.
Con
su irresponsable aventura bélica, Galtieri logró
que la crisis del país
y del régimen militar pasara de profunda a explosiva.
Lo dicen los ingleses: Argentina podía ganar
Como
lo señalamos antes, el inicio de la guerra fue una
acción irresponsable
y aventurera de la Junta Militar, con una evaluación
totalmente errada
de la situación. Sin embargo, eso no significa que la guerra
no se
hubiese podido ganar, ni que el objetivo de la guerra no fuera una
justa reivindicación nacional.
Argentina
pudo haber ganado la guerra. Esto lo dijeron los propios ingleses con
argumentos puramente militares. Entre ellos, nada menos que el general
Julian Thompson, el segundo jefe de las fuerzas de tierra desembarcadas
en las islas. Thompson dijo: "Cada fuerza argentina libraba su propia
guerra. Si las tres fuerzas hubieran actuado coordinadamente Gran
Bretaña podría haber perdido la guerra".
Señaló también que "Argentina
no creyó que Gran Bretaña iba a atacar. Las seis
semanas que
transcurrieron entre el 2 de abril y el 21 de mayo, cuando
desembarcamos en San Carlos, no fueron aprovechadas como
correspondía
para fortificar las propias posiciones" (Página 12,
6 noviembre 1996).
La
dictadura no hizo algo tan elemental en una guerra como fortificar sus
posiciones para defenderse del ataque inglés. ¡Ni
siquiera se pusieron
de acuerdo en la Junta para unificar el mando!
Algo
similar dice Rupert William Simon Allason, quien fuera parlamentario
conservador (el partido de Thatcher), escritor y experto militar.
"Incluso los analistas en Londres llegaron a una conclusión:
de haber
esperado hasta octubre o noviembre, Gran Bretaña no
habría tenido
oportunidad alguna... para entonces... los misiles Exocet franceses ya
habrían sido entregados a Buenos Aires". Explica
además que Argentina
hubiera podido ganar, incluso sin contar con la totalidad de los
misiles Exocet. Y señala que las acciones contra los barcos
ingleses no
tuvieron ninguna lógica militar, porque no atacaron los
barcos de
suministro, salvo el Atlantic Conveyor. "Cuando hundieron al Atlantic
Conveyor – dice Allason – estuvieron a punto de
ganar la guerra.
Hubieran atacado uno o dos buques más de la marina mercante
y estábamos
terminados. Por eso a mí se me ocurren dos explicaciones:
uno es que
las fuerzas argentinas estuvieran dirigidas por analfabetos en
términos
estratégicos. La segunda es que solo buscaban algo con valor
de
propaganda" (La Nación, 19 octubre 1997)
Eligieron la derrota
La
Junta Militar actuó primero como si todo fuera un teatro y
la guerra no
fuera a producirse. Y luego, cuando estuvo claro que los imperialistas
británicos atacarían, eligieron la derrota.
Finalmente se rindieron
cobardemente.
Hay
bastante que añadir a lo que dicen los expertos militares
ingleses. La
Junta Militar rechazó la ayuda que ofrecían otros
países, como Perú,
Venezuela, Cuba y Libia. Esta ayuda en armamentos, hubiera pesado en la
guerra.
Por otra parte mandó
a las islas
una tropa formada fundamentalmente por conscriptos, pibes de 18
años
con escaso entrenamiento y pobre equipamiento, en lugar de enviar a
cuadros con formación profesional militar.
Esto
se agravó por la corrupción de las Fuerzas
Armadas. Mientras muchos
soldados, suboficiales, oficiales y los célebres pilotos de
la aviación
combatieron con heroísmo, muchos de sus jefes solo se
preocupaban por
llevar televisores y bebidas alcohólicas a las islas y
fueron los
primeros en rendirse. En la retaguardia, los esbirros del
régimen se
robaron hasta los chocolatines que donaron millones de argentinos para
los soldados. Un claro ejemplo de esta cobarde y traidora
actuación de
los genocidas fue la "gesta" de Alfredo Astiz y su grupo de comandos
"lagartos" que, luego de desembarcar en las Georgias, se rindieron a
los ingleses sin disparar un solo tiro.
Además
de la cuestión militar, las guerras se ganan no solo con las
armas. La
guerra polarizó al mundo. Los imperialistas cerraron filas
en defensa
de Gran Bretaña. Pero millones en Latinoamérica
apoyaban la causa
argentina, porque la veían como una lucha contra el mismo
imperialismo
que somete a todos. Las calles de nuestro país se llenaron
de un
amplísimo movimiento de masas con consignas
antiimperialistas que
claramente desbordaba al régimen. El propio Galtieri fue
chiflado por
decenas de miles de personas cuando se animó, desde el
balcón de la
Casa Rosada, a tratar de reivindicar su gobierno.
En plena guerra Argentina
siguió pagando la deuda incluso a Gran Bretaña, a
los bancos ingleses,
ayudó al Banco de Londres en Buenos Aires con 50 millones de
dólares
para compensarlos por el retiro de fondos de argentinos.
Pelear
para ganar hubiera significado no solo tomar las medidas militares
necesarias, sino también expulsar a la misión
militar yanqui que
espiaba para los ingleses. Tomar medidas de represalia
económica,
suspender los pagos de la deuda, expropiar la Shell, el Banco de
Londres, empresas y estancias británicas, llamar a todos los
países
latinoamericanos a hacer lo mismo.
Dicen
que Galtieri era bastante borracho y los otros tampoco eran unos
genios, pero está claro que lo que hicieron no fue solo por
ineptos. No
quisieron hacer la guerra. No quisieron ir hasta el final en el
enfrentamiento al imperialismo.
La Junta
Militar eligió la derrota como mal menor. Y en eso
representaron
cabalmente a la decadente clase capitalista argentina que
apoyó el
genocidio, que colocó sus capitales en la timba financiera y
que tuvo y
tiene como máxima aspiración ser parte, aunque
sea menor y subordinada,
del "primer mundo" de los explotadores.
No
podían enfrentar a Estados Unidos, no querían
desatar un proceso de
masas antiimperialistas que les hubiera pasado por encima hasta
conquistar la segunda independencia recuperando no solo las Malvinas
sino todas las "Malvinas" internas, las multinacionales, estancias,
bancos, que nos dominan desde adentro.
Por
eso en la elección de la derrota los militares no estuvieron
solos. Los
partidos patronales, el PJ y la UCR, los secundaron. La Iglesia estuvo
en primera fila y trajo al Papa para que todos se arrodillaran ante
él
y se rindieran ante el poder imperial. La burocracia sindical de la
CGT, en los dos sectores que estaba dividida entonces,
acompañó esta
vergonzosa capitulación.
Comienza una revolución
Nos
han querido convencer de que "gracias a la derrota se fueron los
militares". Nada más falso. Las libertades
democráticos no las trajo la
Thatcher y los gurkas. Fue la movilización de los
trabajadores y el
pueblo puestos en pie de guerra contra el imperialismo la que
volteó a
Galtieri y a todo su siniestro régimen del Proceso.
Producida
la rendición y derrota, la movilización se
orientó contra la dictadura.
Galtieri cayó y se rompió la Junta Militar. En
junio asumió el general
Reynaldo Bignone -con el sostén de los partidos patronales,
fundamentalmente de la UCR y el PJ, y el resto de los agrupados en la
Multipartidaria-, y convocó a elecciones. Las masas imponen
en los
hechos las libertades públicas de reunión,
manifestación y
organización, se abren miles de locales
políticos, las manifestaciones
callejeras son casi diarias repudiando a los militares exigiendo
investigación y castigo por sus crímenes, con
demandas económicas y
sociales. El régimen de la dictadura había
caído sin pena ni gloria
(ver Anexo documentos "1982: Empieza la revolución", Nahuel
Moreno).
Queda el general Bignone como
su pálida sombra, que no se hubiera sostenido ni un
día sin el apoyo de la UCR y el PJ.
La desmalvinización
Durante estos 25
años todos los gobiernos de la UCR y el PJ que se
sucedieron, han tratado de "desmalvinizar".
Utilizando
el legítimo odio a la dictadura, han intentado convencer al
pueblo
argentino de que nunca se debió haber enfrentado al
imperialismo, de
que nunca más se debe enfrentarlo, de que es imposible
hacerlo, que hay
que aceptar sus imposiciones, que nos sigan cobrando hasta el infinito
una deuda fraudulenta, que se lleven libremente las riquezas naturales.
Esta
política de "desmalvinización" también
apuntó contra los propios ex
combatientes, haciéndoles creer que habían
combatido por una "causa
absurda". Un resultado dramático de ello fue el suicidio de
350 ex
combatientes (según estadística de sus propios
centros), muchos más de
los que cayeron combatiendo en las islas (en la guerra murieron 323 en
el hundimiento del Belgrano y 326 en el archipiélago).
Recién después
de muchos años de lucha consiguieron que los pensionaran
parcialmente.
Por
último la desmalvinización significó
también la restauración de
relaciones "normales" con Gran Bretaña y los kelpers. Esto
incluyó la
reanudación de vuelos comerciales, suministros,
etcétera.
Es
decir: los gobiernos de la UCR y el PJ le facilitan todo a los
ocupantes para que nos sigan robando tranquilamente, sin ninguna
interferencia. Los ingleses nos pagaron transformando la "zona de
exclusión" en una inmensa zona de pesca y de barcos de
países
imperialistas que se reparten lo que roban con los kelpers. Se llega al
extremo de que estos barcos se reaprovisionan libremente en nuestro
país, para poder seguirnos robando.
Kirchner
afirmó que iba a cambiar esa política y que
íbamos a "dejar de ser
alfombra", pero no dio ningún paso concreto para cambiar
nada. En su
discurso del año pasado calificó al conflicto de
"insensato y
siniestro". Ya este año el presidente Kirchner ni siquiera
fue al acto
programado por los veteranos en Ushuaia.
Dijo
en aquella oportunidad que se iba a avanzar para recuperar la
soberanía
"respetando la legalidad interna e internacional, por la vía
diplomática… que no significa ir con la cabeza
gacha, sino enfrentarnos
con altura y dignidad por nuestros derechos" . Y remató:
"Reiteramos la
voluntad de reanudar el diálogo con el Reino Unido, entre
democracias,
para resolver una controversia que afecta nuestras relaciones" (diario Río
Negro,
3 de abril 2006). En resumen, según el presidente, fue
"siniestro e
insensato" que Argentina luchara por las islas y hay que resolver todo
"entre democracias".
Pero señor
presidente, se le olvida que los ingleses nos robaron las islas por la
fuerza, que tienen una poderosa base militar, que se siguen robando la
pesca. No, la "controversia" no es "entre democracias", es con una de
las potencias imperialistas más feroces y rapaces de la
historia. Y la
"legalidad internacional" que Kirchner dice que debemos respetar, es
justamente la "legalidad" que consagra el dominio imperialista. La
misma legalidad que llevó a la que la ONU haya resuelto
ahora sanciones
contra Irán.
La actualidad de Malvinas
La
guerra de Malvinas planteó todo el tema de la
opresión imperialista de
América Latina. Por eso hubo tanta solidaridad popular con
Argentina en
1982, pese a la odiada dictadura militar.
Esa
ocupación imperialista sigue. También se mantuvo
y en muchos casos se
agudizó en los últimos 25 años la
opresión semicolonial de América
Latina, la penetración de las multinacionales, la
privatización de las
viejas empresas públicas con el llamado neoliberalismo. Las
dictaduras
cayeron, pero fueron los gobiernos llamados "democráticos",
que
gobiernan para la minoría oligárquica y al
servicio del imperio, los
que siguieron entregándonos.
La recuperación de Malvinas sigue abierta
Hace
dos años la película "Iluminados por el Fuego",
dirigida por Tristán
Bauer y protagonizada por Gastón Pauls, fue una
reivindicación de esa
gesta por la soberanía, un homenaje al heroísmo
de los combatientes, un
emocionado recuerdo de las víctimas del Belgrano, en medio
de los
horrores de la guerra. Al mismo tiempo la película muestra
la
corrupción, la represión brutal de los genocidas
y la total
ineficiencia de la conducción militar de Galtieri y sus
secuaces.
A
25 años de Malvinas, América Latina vive un
proceso revolucionario. En
los últimos años fueron derrocados varios
gobiernos proimperialistas,
tres gobiernos en Ecuador, Sánchez de Losada en Bolivia, De
la Rúa en
Argentina. Hubo rebeliones en varios países que impusieron
nacionalizaciones parciales de los recursos naturales.
A
25 años de Malvinas está planteada como en 1982,
la necesidad de la
unidad latinoamericana para expulsar al imperialismo, para dejar de
pagarles la deuda que nos impusieron las dictaduras, para recuperar
nuestras islas y también las petroleras, las
líneas aéreas, las
empresas de aguas, todo lo que nos quitaron, para lograr la segunda y
definitiva independencia.
A 25 años de
Malvinas hay que recordar que en esa guerra, hubo héroes que
lucharon y
murieron por la patria. Este heroísmo no es opacado por la
existencia
de los otros, los traidores, la Junta Militar, los jefes genocidas que
fueron los primeros en rendirse o escapar, -como Astiz-, que
sólo eran
"valientes" para secuestrar y asesinar monjas y madres de Plaza de
Mayo, pero se rindieron sin combatir ante los ingleses, los que solo
merecen la cárcel y el desprecio.
Izquierda
Socialista rinde homenaje a los héroes y mártires
de Malvinas. Estamos
convencidos de que lucharon por una causa justa, y que fue parte de la
lucha de los trabajadores y el pueblo argentino y de todos los pueblos
latinoamericanos contra el imperialismo.
Creemos
que junto a los 30.000 desaparecidos y a los caídos en la
luchas
sociales, deben ser considerados héroes y
mártires que lucharon por la
liberación nacional y social, y por la segunda
independencia. Así deben
ser recordados y homenajeados por las nuevas generaciones.
Ediciones El
Socialista
presenta a continuación la reedición del folleto
"Malvinas prueba de
fuego", aparecido en 1987, que contiene, además de una
reseña de los
acontecimientos, las posiciones del PST, Partido Socialista de los
Trabajadores, -que estaba proscrito y perseguido por la dictadura (100
de sus militantes fueron asesinados), y que actuaba clandestinamente
apoyando las luchas obreras y populares-.
Ante
la guerra, el PST no vaciló en llamar a la
movilización
antiimperialista, a la defensa del país contra el
imperialismo inglés,
a anotar a sus dirigentes como voluntarios, al tiempo que
seguía
denunciando los crímenes de la dictadura.
También
hay documentos que fueron editados en ese momento por el MAS de los
años 80, organizaciones de las cuales nuestro partido,
Izquierda
Socialista, se considera continuador.
A 25 años de la
guerra esperamos que junto a nuestros lectores, de la mano de las
actuales y futuras generaciones, podamos seguir extrayendo de esta
heroica gesta, las más importantes y decisivas conclusiones
que durante
años se quisieron ocultar.
Miguel Lamas y Juan Carlos Giordano
6/4/07
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