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Escribe:
Jose Castillo
¡Aumento urgente del mínimo no imponible!
En nuestro país, los que menos tienen pagan más impuestos. El 21% del IVA, innumerables “impuestos internos” (cigarrillos, bebidas alcohólicas), el impuesto al cheque que se lo cobran hasta a un despedido por una indemnización, entre tantos otros. Eso hace un 50% de la recaudación nacional.
Mientras tanto, la Argentina es un paraíso fiscal para los ricos. La forma en que está diseñado el impuesto a las ganancias, le permite a las grandes empresas “dibujar” balances para no pagar casi nada, los impuestos a la riqueza casi no existen, no hay impuesto a la herencia, los valores que se toman como base para el impuesto inmobiliario benefician a las zonas residenciales más ricas y las transacciones financieras están exentas, entre otras tremendas injusticias.
Cualquiera podría pensar que no hay impuesto más justo que el impuesto a las ganancias: “el que más gana, más paga”. Pero sucede que en la Argentina, donde los grandes pulpos no pagan, los trabajadores tienen que pagar ellos por “sus ganancias”. Es increíble. A un trabajador soltero que gana 1840 pesos, se le retiene por ganancias. Lo mismo a un casado que percibe 2.240. Recordemos que la canasta familiar ya superó los 1.800 pesos.
Por todo esto salieron a la ruta los petroleros de Santa Cruz. Porque ahí el costo de vida es mucho más alto que 1.800 pesos: su sueldo promedio es de 2.553 pesos. Y no les alcanza. Pero como pasan “el mínimo no imponible”, les descuentan por impuesto a las ganancias. Para ser claros: les roban un sueldo por año. Por eso piden elevar el mínimo a 5000 pesos. ¿Porqué sucede esto? Porque en el año 2000, el entonces Ministro Machinea “bajó” los mínimos no imponibles. Fue un verdadero “impuestazo” con el que la Alianza inauguró su gobierno. En ese momento afectó a la clase media. Pasaron 5 años. Todo se “ajustó por inflación”.
Pero el piso para empezar a pagar ganancias sigue igual. Por eso ya está afectando a 700.000 trabajadores de distintos gremios, que con sus luchas consiguieron llevar sus salarios cerca de la canasta familiar.
La Ministra Miceli tuvo la caradurez de decir que no iba a modificar el impuesto porque “sólo afecta a los que más tienen”, señalando que apenas el 20% de los asalariados están alcanzados por el pago de ganancias.
¡Por supuesto, si el resto de los trabajadores todavía siguen con salarios de hambre! Y si ahora modifican su postura es por la heroica huelga de los petroleros de Las Heras.
Hay que dar pelea que ningún asalariado pague más ese impuesto, el que corresponde que lo abonen las empresas que amasan diariamente grandes fortunas.
Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.
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