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“Guerrilla: del aislamiento a la desesperación”Así decía el título de un breve artículo de Avanzada Socialista 182, el último que se publicó, el 20 de marzo de 1976. El 15 de marzo había estallado una poderosa bomba en la playa de estacionamiento del edificio del gomando general del Ejército. Fueron heridos algunos altos oficiales, pero la mayor parte de las víctimas fueron suboficiales, conscriptos y gente común que caminaba por la calle (entre ellos estaba el único muerto). Desde que surgieron el PRTERP y luego los Montoneros, un rasgo distintivo del PST fue su permanente crítica a la política totalmente equivocada de las organizaciones guerrilleras. Aunque las defendíamos de la represión y reclamábamos la libertad de sus detenidos, en forma sistemática rechazábamos ese camino que pretendía sustituir la organización y movilización obrera y popular por acciones armadas de grupos de elite. Los Montoneros, además, eran el “brazo armado” de un partido patronal, el peronismo, e impulsaron que ese sector burgués volviera al gobierno, primero con Cámpora y luego directamente con Perón e Isabel. Cuando el propio Perón rompió con ellos, mantuvieron su camino equivocado de capitulación con sectores patronales y fueron exacerbando el carácter cada vez más descolgado de las masas de sus acciones militares. Mientras Isabel reprimía a los luchadores obreros, alentaba las bandas fascistas y permitía que creciera el golpismo, los Montoneros -y el ERP, aunque más debilitado- hacían una “guerra de bolsillo” contra la patronal y las fuerzas armadas, que daban argumentos a la represión y los iba empujando al creciente aislamiento y la desesperación. |
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