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La complicidad de los empresariosLos desaparecidos de la Mercedes BenzLos empresarios argentinos y las multinacionales que apretaban al gobierno de Isabel para que reprimiera a los trabajadores fueron cómplices directos del golpe genocida. Recordemos solamente que el abogado de Siemens era… José Alfredo Martínez de Hoz. Muchos de los miles y miles de delegados y activistas detenidos, torturados y desaparecidos fueron sacados directamente desde adentro de las fábricas. Uno de los casos más graves y que tuvo repercusión internacional fue la masacre de Mercedes Benz.
La fábrica automotriz Mercedes Benz Argentina (hoy DaimlerChrysler) se instaló en nuestro país después de la Segunda Guerra, de la mano del peronista Jorge Antonio, uno de los tantos empresarios que en marzo de 1976 le daba la bienvenida a los militares. Luego del Cordobazo, sus trabajadores estuvieron a la vanguardia en las oleadas de luchas del SMATA. A fines del ’75, luego de una huelga para lograr la reincorporación de 115 trabajadores despedidos a solicitud de Ruckauf-Rodríguez (ver Genocida impune I y Genocida impune II), dirigía la empresa de González Catán una nueva dirección, “Los 9”, que habían escapado del control de la burocracia. “Milagros no hay” Como ocurrió en muchas fábricas, en Mercedes Benz los trabajadores seguían en pie de lucha una vez que se impuso la dictadura. El 29 de abril de 1976 un comando del Regimiento de Tablada se llevó desde adentro de la fábrica a uno de los integrantes de la comisión interna. Lo torturaron y negaron su detención a la familia. A los 19 días apareció, luego de que mil trabajadores se apostaron en las puertas del cuartel reclamando por él. El 14 de diciembre fueron secuestrados otros tres trabajadores que nunca más aparecieron. Intervino en el operativo el comisario de San Justo, Rubén Lavallén, que un par de años después entró a trabajar como jefe de seguridad en Mercedes Benz. Lavallén fue apropiador de una niña que recuperó su identidad (Paula Logares). Los asesinatos culminaron en agosto de 1977 con los últimos diez desaparecidos (entre ellos, el miembro de una comisión interna anterior, despedido años atrás, Charles Grossi -ver recuadro-). De los dieciséis delegados, catorce fueron asesinados. En total perdieron la vida diecisiete trabajadores. La periodista e investigadora alemana Gaby Weber presentó en Alemania, ante la fiscalía del estado de Nuremberg, una denuncia contra DaimlerChrysler por complicidad en los asesinatos. El proceso se puso en marcha, y en la Argentina, un grupo de ex trabajadores y familiares de los obreros desaparecidos, presentó una denuncia ante la cámara federal por asociación ilícita contra Mercedes Benz, José Rodríguez y los militares. El jefe de producción, Juan Ronaldo Kasselkraut (también apropiador), declaró en el Juicio por la Verdad, en La Plata, en el 2001. Se refirió a los problemas que causaba a la empresa la comisión interna y los activistas, ya que no lograban quebrar la resistencia obrera en la planta. Se quejó de que se destruían máquinas, había sabotaje y trabajo muy lento. Agregó, refiriéndose a las desapariciones: “Luego de un tiempo prudencial no volvieron a suceder esas cosas, o sea, milagros no hay, doctor.” (*) * Gaby Weber es autora del video documental Milagros no hay, que relata estos episodios y parte de los juicios. El video fue emitido un par de veces por Canal 7 y ha sido difundido por organismos de derechos humanos, centros estudiantiles y otras organizaciones. También publicó La conexión alemana, con la historia de Mercedes Benz en el país. |
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