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Obreros y estudiantes hacen tambalear al gobiernoHuelga general en FranciaEl martes 28 se realizó un paro general con 2 millones y medio de manifestantes. Desde hace varias semanas Francia vive una intensa conmoción social. Millones de jóvenes y trabajadores se lanzan a las calles y a la huelga contra la ley de contratos laborales basura que el gobierno se obstina en mantener. La Coordinación Estudiantil llama a huelga general por tiempo indefinido hasta que el gobierno ceda, o, si no cede, que se vaya.
La movilización es tan extraordinaria que periodistas y analistas la comparan con el histórico mayo de 1968. Fue la respuesta al llamado “contrato de primer empleo” (CPE) que hizo ley la mayoría parlamentaria de la derechista UMP encabezada por el presidente Jaques Chirac y su primer ministro Dominique De Villepín. El MDEF, la gran organización patronal, es el principal sostén del gobierno y de la ley que permite el despido sin causa ni indemnización a los menores de 26 años. El descontento social es profundísimo con manifestaciones políticas y de movilización. El año pasado, en enero y febrero hubo grandes movilizaciones de estudiantes secundarios. El 29 de mayo, un rotundo NO obrero y popular, en el plebiscito de la Constitución Europea, fue como un cachetazo al sistema político francés. En noviembre estallaron los suburbios en la rebelión juvenil. Siete millones de franceses viven “por debajo de la línea de miseria”; tres veces más que hace cinco años. La desocupación es del 10% y está en aumento; entre los jóvenes llega al 25%, y 40% entre los no calificados. Cuatro millones de trabajadores tienen “contratos basura”. A esto están diciendo basta los trabajadores y los jóvenes. La juventud desbordó a los dirigentes La movilización tiene su vanguardia entre los estudiantes universitarios que hacen asambleas casi diarias, eligen delegados con mandato que se reúnen y coordinan a nivel nacional cada semana. En la última Coordinación Universitaria hubo 500 delegados de 86 universidades. La mayoría está haciendo su primera experiencia política. Los sindicatos estudiantiles burocráticos fueron completamente desbordados y solo participan con una minoría de delegados. Los estudiantes pelean por su derecho a un trabajo digno. Le siguen los estudiantes secundarios, que también están haciendo masivas asambleas en sus liceos y organizándose por ciudad, aunque no cuentan con una coordinación nacional. Salen masivamente los jóvenes de los barrios obreros. Los docentes se pliegan ampliamente a la movilización. Y 7 de cada 10 franceses apoyan la rebelión de los jóvenes. Ante esa tremenda presión, la CGT (la principal central) y el resto de las centrales convocaron a la huelga el 28, pero se vienen negando a convocar a la huelga general por tiempo indefinido hasta el retiro de la ley CPE, como reclaman los estudiantes. Los dirigentes burocráticos de las centrales están vinculados al PS y el PC. Toda su perspectiva es una negociación, a la que el gobierno se niega, y esperar a las elecciones del 2007. Solo las organizaciones que se reivindican trotskistas como la LCR y Lutte Ouvriere (con cierto peso y miles de militantes estudiantes y trabajadores), así como La Commune, organización de la UIT (CI) Unidad Internacional de Trabajadores (ver recuadro), reclaman la huelga general por tiempo indefinido. La Coordinación Estudiantil, cuyos 500 delegados, representante de centenares de miles de estudiantes votaron un “bloqueo de estaciones y rutas” para el 30 de marzo y la huelga general para el 4 de abril, exigiéndole nuevamente a las direcciones sindicales que la convoque por tiempo indefinido hasta que el gobierno ceda. Y agregaron: ¡si no cede que renuncie el gobierno! Batalla decisiva El movimiento cobró tal magnitud que con la exigencia abierta de que se vaya el gobierno, pone sobre la mesa la discusión de una salida obrera y popular que liquide el régimen político de los grandes empresarios y multinacionales en Francia. Y la posibilidad de construir una nueva dirección sindical y política revolucionaria capaz de encabezar esta lucha. Eso es lo que aterroriza a la burguesía que ahora acusa a De Villepin de ser “demasiado inflexible”. Pese al freno que intenta imponer la burocracia del PSPC, la CGT y demás centrales, la huelga general es posible. La base obrera y popular apoya a los estudiantes. Si se lanza la huelga general De Villepín tiene los días contados y el propio presidente Chirac estará tambaleando. Pueden verse obligados a retirar las leyes antiobreras o a renunciar. La batalla tiene importancia internacional. En toda Europa y en todo el mundo los capitalistas quieren imponer las mismas normas de flexibilización laboral, de contratos basura que priven de derechos a los trabajadores. Contra eso ya hubo huelgas en las vecinas Alemania, Italia, España y, hace unos días, en Grecia y paro de estatales en Gran Bretaña esta semana. ¡Viva la lucha de la juventud y los trabajadores franceses! |
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