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PANORAMA POLÍTICO

Nada nuevo bajo el sol

Semanas atrás, el gobierno, de la mano de Moyano, había dado la señal de que los acuerdos salariales no podían pasar del 19%. Esta semana la foto fue con el mercantil Armando Cavallieri, después de haber pactado por un monto similar. Claro acuerdo gobierno-patronal-burocracia. A los trabajadores tercerizados del subte, que desbordan ese pacto, represión. Mientras dicen que se va el FMI, Felisa Miceli se reúne con ellos en Washington. Kirchner se acerca a Bergoglio buscando una reconciliación con la Iglesia. Luis Barrionuevo, Ramón Saadi y el intendente de Lomas de Zamora se suman al kirchnerismo. ¿Dónde quedó la “nueva política”?

El que marcó el compás de toda la negociación salarial fue el camionero y jefe de la CGT, Hugo Moyano. Para el gobierno y las patronales fue el gremio “testigo” como en otras épocas lo eran Lorenzo Miguel y la UOM. Se firmó por el 19%, pero en realidad es escalonado, 10% ahora y el 9% en julio. El pacto gobierno, patronal-burocracia sindical estaba en marcha. Luego le siguieron gremios como el de los encargados de edificios de Víctor Santamaría, hombre del ministro Alberto Fernández en el PJ de Capital.

En los últimos días la “estrella” fue el viejo conocido Armando Cavallieri del gremio de Comercio. Lo nuevo es que este burócrata integra la línea de los llamados “gordos”, opositores a Moyano. También dijeron que fue por el 19% pero ni siquiera eso van a recibir, en lo inmediato, los empleados de comercio. Siguiendo el “modelo Moyano” los 800 mil empleados de comercio van a recibir el 10% en abril, más el 5% en junio y otro 4% en agosto. Pero serán “no remunerativos” hasta diciembre, cuando se sumen al sueldo. O sea que por ese aumento las patronales no pagarán cargas sociales (aportes jubilatorios, por ejemplo) y tampoco se contará para el medio aguinaldo de mitad de año, ni para las horas extras.

Kirchner personalmente, junto con el ministro Tomada, avaló estos acuerdos. El argumento es la preocupación por la “inflación”, pero en realidad el gobierno le está asegurando a los empresarios que sigan con sus fabulosas ganancias. Más en el caso de patronales como la de Comercio, en donde entran los supermercadistas Coto, Carrefour, Wal Mart, etc. En los casos de las empresas del transporte público o las privatizadas del subte o del tren, les garantiza suculentos subsidios para cubrir los nuevos aumentos salariales.

Subte, los gremios que faltan y el desborde por abajo

El pacto gobierno-CGT tiene también el claro objetivo de seguir impidiendo que se vaya a una lucha única de todo el movimiento obrero, por un aumento salarial digno, bajo una paritaria única. Kirchner y Moyano, con el acuerdo de la patronal, aplican la máxima “divide y reinarás” o “debilitarás” a los trabajadores. De esta forma también pierden fuerza los que están tercerizados y flexibilizados o están en gremios con menos capacidad de presión.

La lucha de los trabajadores tercerizados del subte mostraron que ese pacto por arriba no pudo evitar que se desatara la huelga por su justo reclamo. Otra vez se produce un desborde por la base a la traición y a lo pactos de los dirigentes. Y muestra que sigue latente la posibilidad de rebeliones de las bases que alimentan el surgimiento de nuevos dirigentes antipatronales y antiburocráticos.

Todavía siguen pendientes las discusiones salariales en gremios como mecánicos, alimentación, construcción y estatales. Este jueves hay un paro de ATE cuando comienza la discusión salarial con los gremios estatales.

Sabemos que la mayor parte de esos gremios tienen al frente dirigentes que están en el pacto con el gobierno y las patronales como José Rodríguez o Gerardo Martínez. Pero habrá que ver hasta donde no puede haber, en algunos casos, mayor presión de la base para que se pueda ir más allá del pacto del 19% escalonado.

La carne en el subibaja

Mientras por un lado el gobierno pone límites a los aumentos en las paritarias, por otro trata de achicar el aumento de los precios, en especial de la carne, que sabe que son irritativos para el pueblo trabajador.

Como en todo, Kirchner hace sus discursos contra “la patria ganadera” y después termina pactando con ellos en vez de tomar medidas de fondo. La semana pasada se anunció con “bombos y platillos” un acuerdo pormenorizado de rebaja de la carne. Pero eso no ocurrió en la realidad para los millones de consumidores.

Cuando la gente va a comprar se encuentra con que hay dos valores: los de los supuestos “cortes populares” más bajos, versus los cortes de ternera y vaquillona, que son los que consume la mayoría, que siguen altos.

El gobierno sigue con las medidas cosméticas. Cambió al negociador de precios Lisandro Salas por uno más “duro” que sería Guillermo Moreno. Se dice que sería tan duro que cuando negociaba con los titulares de Telefónica y Telecom, los recibió con instrumentos de defensa personal sobre su escritorio. Sin embargo nadie recuerda que haya sacado algo a favor del pueblo argentino en esa negociación.

Para bajar los precios de la carne, en vez de poner a uno con cara de “malo” a negociar precios, el gobierno debería adoptar medidas de fondo a las que no está dispuesto. Entre ellas: precios máximos mayoristas (a los frigoríficos) y minoristas para todos los cortes y tipos de carne; aplicación de la Ley de Abastecimiento que autoriza a multar, clausurar o expropiar a quienes violen esta medida; nacionalizar el comercio exterior y estatizar el Mercado de Liniers.

¿Se va el FMI o nuevos aprietes?

El FMI ha anunciado que, por reducción de gastos, se va del país su actual delegado. El gobierno salió a utilizar el hecho, haciendo trascender que sería por un pedido suyo y que es un síntoma de “enfriamiento” de las relaciones. ¿Qué pasa con el FMI? ¿Está en retirada? ¿Ya no va a monitorear más a nuestro país ni a las economías de los países atrasados?

Nada de eso ocurre ni va a ocurrir. En primer lugar, el FMI ya anunció que no va a cerrar su oficina en Buenos Aires y que queda a cargo de ella Ernesto Ramírez Rago, que es parte del actual staff.

El gobierno de Kirchner no tiene nada que ver con estos cambios ni hay ningún “enfriamiento en las relaciones”. Por el contrario, las relaciones están mejor que nunca, porque el gobierno ha pagado por adelantado su deuda con el FMI. Y que va a seguir monitoreando nuestra economía lo pone de relieve que en esta semana Felisa Miceli se va reunir en Washington, nada más y nada menos que con Rodrigo Rato, titular de ese organismo.

Lo que sí ocurre con el FMI es que el imperialismo y las multinacionales, en su crisis de aplicación del modelo de saqueo, han adoptado como “deporte” pegarle al FMI y hacerlo “culpable” de no haber “previsto” la crisis de Argentina o de Turquía. En realidad quieren tapar que se trata de la crisis de la economía capitalista-imperialista, orquestada por el gobierno yanqui, las multinacionales y sus gobiernos cipayos.

Por eso el FMI está buscando una lavada de cara para seguir siendo instrumento del imperialismo. Entre esas lavadas de cara está el plan de “reducción de costos” de su personal en todo el mundo, no solo en Argentina. Pero en realidad están buscando como reestructurarse para “concentrarse nuevamente en prevenir sobre los peligros que acechan al sistema financiero global”, según un informe de Rato (Clarín, 18/4). Entre otras cosas, dicho informe dice “que es muy importante el monitoreo de los tipos de cambio” (ídem). Justamente el FMI viene presionando al gobierno de Kirchner para que deje bajar el dólar, para favorecer a las privatizadas y a las multinacionales en sus envíos de remesas al exterior. Cuando el dólar estaba uno a uno se llevaban por cada peso un dólar. Ahora, por cada peso se llevan, aproximadamente, 33 centavos de dólar.

Kirchner reza junto a Bergoglio

Sorpresivamente Kirchner se presentó en la parroquia de San Patricio en un homenaje a cinco religiosos palotinos masacrados por la dictadura militar. Allí compartió la misa con el arzobispo Jorge Bergoglio. Después de muchos desencuentros el gobierno tuvo un gesto de acercamiento y reconciliación con la Iglesia.

De ambas partes se tomó como un primer paso. Bergoglio, siempre un hombre muy medido en sus palabras, dijo: “Fue muy bueno porque rezamos juntos”.

Hay que buscar el porqué de este acercamiento, que se viene trabajando hace tiempo. Una razón es la necesidad de contar con el apoyo de la Iglesia y parar los roces, pensando en una futura reelección para el 2007.

En lo inmediato ya se empezó a ver cierto resultado político del acercamiento. En medio de la crisis del conflicto de las papeleras, del cual el gobierno ya no sabe como salir del entuerto y de la presión popular de los entrerrianos, Kirchner dijo que le “encantaría que las dos Iglesias ayuden”. Y al otro día monseñor Cotugno, arzobispo de Montevideo, dijo que podría “tender puentes”. Ahora se sabe que Bergoglio se había reunido con Cotugno antes del encuentro con Kirchner. Inmediatamente el obispo Lozano de Gualeguaychú dijo que en la semana podía reunirse con prelados uruguayos.

Hacia un 1º de mayo de lucha

La realidad de la coyuntura reafirma que el gobierno de Kirchner está muy lejos de su proclamada “nueva política” y cada vez muestra más que sigue gobernando para los de arriba y pactando con los enemigos de los trabajadores y el pueblo. Pacta con la burocracia y la patronal; sigue bajo la órbita del FMI y busca una reconciliación con la Iglesia. Como si fuera poca prueba, en estas semanas se han ido sumando al kirchnerismo Luis Barrionuevo, Ramón Saadi y hasta el ex duhaldista de la “primera hora”, el intendente de Lomas de Zamora, Jorge Rossi.

Hay que aprovechar este 1º de mayo para realizar actos unitarios, empezando por el de Plaza de Mayo, de los trabajadores y la izquierda, para presentar una alternativa de lucha contra el pacto del gobierno con la patronal y la burocracia sindical; para movilizarse para presentar una alternativa unitaria de lucha contra el FMI, las multinacionales, las patronales y por nuevos dirigentes políticos y sindicales. Porque una nueva política solo puede venir de la mano de la unidad de la izquierda y los trabajadores.

Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

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