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Kirchner sigue con la privatización de los ’90

¡Fuera Repsol de Argentina!

Kirchner saluda a Antonio Brufau, titular de Repsol, después del anuncio de Evo Morales

Kirchner saluda a Antonio Brufau, titular de Repsol, después del anuncio de Evo Morales

Este 1º de Mayo, en su día 100 de gobierno, el presidente Evo Morales causó un tembladeral. De pie, a la vera del pozo gasífero más grande que explota la brasileña Petrobras y cercado por el ejército, anunció, hablando por megáfono, la decisión de cambiar las reglas de juego en la explotación y comercialización del gas y el petróleo en Bolivia. Intimó a las multinacionales a que las acepten en un plazo de 180 días, firmando de parado y al viento el “decreto supremo” 28.701 que declara a su vez el monopolio estatal en la fijación de precios y comercialización de los hidrocarburos.

Aunque la medida no significa la total confiscación de las petroleras privadas a las cuales se las llama a participar en un sistema de “empresas mixtas”, constituye claramente un gran paso adelante y un triunfo directo de los trabajadores, campesinos y los movimientos sociales de ese país. Los mismos que vienen protagonizando varias insurrecciones populares, volteando a varios gobiernos con la consigna de defender, incluso a costa de decenas de muertos, sus valiosos recursos naturales.

 

Después de Venezuela, Bolivia es el segundo productor de gas en Latinoamérica. Pero fruto de los saqueos del imperialismo, las multinacionales y sus gobiernos, sólo el 2% de su población tiene gas natural. Asentada sobre valiosos recursos naturales, Bolivia está sumida en una pobreza que alcanza al 60 por ciento. Con esta medida, 400 millones de dólares que se iban a las multinacionales quedarán ahora para destinar al interior de ese país.

Por eso la medida, aunque parcial, ha causado una enorme simpatía popular en Bolivia y en nuestro país. Demuestra que se puede enfrentar a las privatizadas y multinacionales yanquis o europeas.

¿Qué ha hecho el presidente Kirchner? ¿Solidarizarse con la medida? ¿Intentar hacer lo mismo en nuestro país, donde el 80% lo ve con buenos ojos? No. Junto con Lula y Zapatero se sintieron ofendidos. Y convocó a una reunión de emergencia con Chávez y Morales para apretar a Bolivia y obligarla a que negocie a favor de las privatizadas, bajando los precios, cuando la Argentina y Brasil compran gas a Bolivia a un costo bastante menor que el precio internacional. Conducta que ha sido felicitada por el gobierno de los Estados Unidos.

 

La Argentina es uno de los pocos países donde, después de la privatización de YPF, el petróleo y el gas está en su totalidad en manos de las multinacionales. Encima, es el país que menos porcentaje recibe de la renta petrolera. Hay empresas estatales -aunque en muchos casos no en su totalidad, ya que han permitido el ingreso de capital privado-, en Brasil (Petrobras), México (PEMEX), Venezuela (PDVSA), Ecuador (PetroEcuador), ahora en Bolivia con YPFB, Rusia, China y en casi todos los países árabes. Pero Kirchner, mientras habla de que hay que terminar con “el neoliberalismo de los ’90”, deja intacta la privatización menemista, permitiéndole a la española Repsol que nos siga sacando las reservas de petróleo y de gas que, de seguir así, se van a acabar dentro de pocos años, obligándonos a importar.

No sólo Kirchner y Cristina estuvieron a favor de la privatización de YPF, sino que actualmente han enviado una ley al Congreso que exime de gravámenes a las inversiones en la exploración de la plataforma submarina. Kirchner sigue siendo “vocero de Repsol”, como lo dijo hace poco el ministro de Hidrocarburos de Bolivia.

De la misma manera está actuando Kirchner con todas las privatizadas. Deja los ferrocarriles, teléfonos, aviones, empresas de luz, gas y las jubilaciones (AFJP), en manos de empresarios usurpadores. Y las concesiones que se caen, como el Correo Argentino, Aguas Argentinas o el ex Ferrocarril San Martín, son porque ya son un escándalo público; los concesionarios no pagan los cánones, no invierten un peso y prestan servicios deplorables que repudia la mayoría de la población.

Kirchner, si se atreviera a tomar una medida similar a la de Morales, permitiría contar con 10.000 millones de dólares que podría destinar a salarios, jubilaciones y trabajo genuino. Pero no lo hace.

Por eso reclamamos la anulación de la privatización a Repsol y la reestatización de YPF, como lo hicimos este lunes con otras organizaciones movilizándonos desde el Obelisco a la embajada de Bolivia y luego a Repsol.

En Bolivia, Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador y toda América latina debemos luchar para que se vayan las multinacionales del petróleo y el gas y reclamar la nacionalización total de los hidrocarburos bajo control de los trabajadores. Llamamos a seguir esta campaña sacando pronunciamientos en cada lugar de trabajo, de estudio o en el barrio y a seguir coordinando acciones públicas y charlas de esclarecimiento. Porque el gas y el petróleo son de los pueblos, no de las multinacionales.


Te pedimos un aporte para seguir apoyando las luchas de los trabajadores.

IS

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