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Morales anuncia reforma agrariaEl ministro de Tierras de Bolivia, Alejandro Almaraz, declaró que es “inminente una reforma agraria que apunta a distribuir la tierra en beneficio de campesinos e indígenas” y que la idea es “recuperar de manera rápida y masiva las tierras improductivas y especulativas”. Agregó que “es una respuesta a quince años de movilizaciones de indígenas y campesinos” (Clarín, 9/5/ 06). Por su parte, el ministro de Desarrollo Rural, Hugo Salvatierra, dijo que afectaría “todas las tierras que no cumplen una función social o cuyos títulos de propiedad hayan sido obtenidos de forma fraudulenta” y afirmó que esto abarcaría entre 11 y 14 millones de hectáreas y que beneficiaría a dos millones y medio de campesinos a los que se entregarían tierras para que las trabajen (La Nación, 9/5). En Bolivia los campesinos tienen sólo el 13% de la tierra cultivable y el 87% restante es de los oligarcas. Indudablemente, la medida anunciada por el gobierno, aunque no incluya al conjunto de los latifundios, será un gran paso adelante y una conquista importante para el campesinado. Los hechos recientes despiertan expectativa en el pueblo boliviano y en la vanguardia luchadora de todo el mundo. ¿Evo Morales llevará a una transformación a Bolivia en beneficio de las mayorías trabajadoras? ¿A qué se deben estas medidas? No hay que olvidar que en Bolivia hay un proceso revolucionario en marcha que ya derrocó a dos presidentes, barrió a los partidos tradicionales, puso en crisis a las fuerzas armadas, dio origen a poderosísimas organizaciones obreras, populares y campesinas y levantó un programa, la “agenda de octubre”, cuyo punto central es la expropiación y nacionalización total del petróleo y el gas. Lucha que impuso las elecciones anticipadas y llevó al triunfo a Morales. Estos reclamos se dan en un contexto de extrema pobreza que los hacen urgentes y difíciles de resolver sin tomar medidas de fondo. En segundo lugar, el MAS y el propio Evo Morales tuvieron origen directo en los pequeños campesinos cultivadores de hoja de coca, que el imperialismo pretendía erradicar. Posteriormente obtuvo la adhesión masiva de sectores obreros y campesinos. Esto es una presión directa sobre el gobierno. Evo Morales, el vicepresidente Alvaro García Linera y otros miembros de su gobierno comparten la idea utópica de que es posible lograr sacar al país y al pueblo de la pobreza pactando con la oligarquía y las multinacionales. A tal punto que, no bien asumió, Evo dijo que gobernaría con los empresarios y fue a negociar con la oligarquía de Santa Cruz. Pero la oligarquía cruceña exige cada vez más concesiones. Mientras las multinacionales se resistían a pagar más impuestos, el movimiento de masas reclamaba a diario cumplimiento de la “agenda de octubre”. Un giro Ante esta encerrona, evidentemente, el gobierno dio un giro tomando medidas que afectan a sectores patronales y las ganancias de las multinacionales del gas y el petróleo, apoyándose en el movimiento de masas. Pero sin abandonar su idea básica de que es posible acordar con las multinacionales en otras condiciones y que eso será beneficioso para el país. Por eso no las expropia, sino que las llama a negociar y utiliza la presión popular en esa negociación. Algo similar a lo que hace el venezolano Hugo Chávez. Nosotros creemos que aunque se puedan dar algunos pasos positivos, la presencia de las multinacionales y el peso económico de la oligarquía siempre serán nefastos para el pueblo, ya que traban las posibilidades de seguir adelante, sembrando todos los peligros para el futuro. Por eso pensamos que hace falta ir hasta el final, expropiarlos y formar un gobierno de las organizaciones obreras, campesinas e indígenas dispuestas a hacerlo. Pero indudablemente los trabajadores tienen hoy grandes esperanzas y confianza en el gobierno de Evo. Tanto la nacionalización parcial del petróleo, como la reforma agraria anunciada, son auténticas conquistas de la movilización. Por eso la clave hoy para seguir logrando avances reales, y para que no se retroceda, es mantener la movilización del pueblo trabajador, campesino e indígena, exigiendo que se cumplan y profundicen las medidas anunciadas y todos los reclamos populares. M. L. |
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