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Huelgas y manifestaciones en Puerto Rico“Que la crisis la paguen los ricos”El 1º de Mayo, en Puerto Rico, el gobierno cerró escuelas y municipios “por falta de fondos” y despidió a 95.000 trabajadores estatales. La Federación de Maestros (FMPR) y otros sindicatos llaman a movilizaciones “contra las empresas multimillonarias” y exigen “que la crisis la paguen los ricos”.
La isla de Puerto Rico es llamada “Estado libre asociado” a Estados Unidos. En verdad, desde 1898 fue ocupada por las tropas yanquis y es una colonia. Tiene 4 millones de habitantes que hablan español, y muchos emigraron a los Estados Unidos. Su supuesto carácter de “asociado” a Estados Unidos no lo liberó del saqueo imperialista al que fue sometido el resto de los países latinoamericanos. Como sucedió en la Argentina y en muchos países, el gasto estatal y la deuda se dispararon por las privatizaciones de los ’90. La deuda pública es de 40.000 millones de dólares. La isla tiene una fuerte industria farmacéutica de punta que casi no paga impuestos, paga salarios bajísimos y se lleva las ganancias a los Estados Unidos. Los bonistas de Wall Street, acreedores de la enorme deuda externa, exigen ahora un 7% de impuesto al consumo y el despido de decenas de miles de trabajadores estatales. Como la Legislatura y el gobernador no se pusieron de acuerdo en cómo financiar al Estado, el dinero se acabó. Los diputados siguen cobrando sus 10.000 dólares mensuales de sueldo. ¡Y el gobernador optó por cerrar las escuelas y los municipios! (¡ni en la Argentina se llegó a semejante disparate!). La respuesta de los trabajadores Desde el 1º de mayo, fecha del “cierre”, hubo manifestaciones diarias. Los sectores más activos son los docentes (FMPR) y trabajadores de la electricidad (UTIER), que junto a la Unión General de Trabajadores (UGT), los camioneros y otros sindicatos, con el apoyo de sectores de izquierda, convocaron a una jornada de lucha el martes 9 con las consignas “Paro a las ganancias de los ricos, ¡regreso al trabajo de los cesanteados ahora!”. Dijeron que bloquearán bancos y centros comerciales. Ricardo Santos, dirigente de UTIER, explicó: “Lo que pasa es que hay tres responsables: el gobernador, la Legislatura y los grandes intereses que tienen la responsabilidad de aportar. Como ellos (los ricos) son los que controlan a los políticos, vamos a ponerle presión para que llamen a éstos y les digan: ‘Mira, resuelve ya’. No se les puede quitar el guante de encima. Vamos a seguir creciendo (las acciones) hasta que se haga una actividad de madre” (diario Primera Hora, 9/5). Estos sindicatos se oponen frontalmente al aumento del impuesto al consumo que quiere imponer el gobierno. Dicen que los fondos deben salir de impuestos a las grandes empresas. En cambio, otro sector sindical, vinculado a la burocracia norteamericana de la AFL-CIO, llama a manifestar el jueves reclamando una solución, y aceptan el aumento del impuesto al consumo, haciéndole el juego al gobierno y a los grandes empresarios. Esta división afecta, indudablemente, al movimiento, al punto de que no se puede realizar una huelga general como se había anunciado la semana pasada. No obstante, la movilización va en aumento y es posible que termine imponiéndose desde las bases una huelga general. Esta lucha de los trabajadores portorriqueños se hermana con la lucha de los latinos inmigrantes en los Estados Unidos y con la rebelión latinoamericana contra el imperio yanqui. |
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